lunes, 4 de noviembre de 2013

Fatal -¿Criminal?- responsabilidad

Aserto 123, Octubre de 2013 Luis Javier Valero Flores La dolorosa tragedia ocurrida en el festival Extremo Aero Show, de la ciudad de Chihuahua, ocurrió por la concurrencia de un cúmulo de errores, omisiones e irresponsabilidades, que a la luz de los hechos y de las reflexiones, derivadas del sinnúmero de informaciones han develado cuán cerca estuvimos de una peor. No hay lugar a equívocos. En el funesto accidente del sábado anterior son varios los responsables, de ninguna manera se puede aceptar el linchamiento del piloto Francisco Velázquez Samaniego, quien evidentemente tiene responsabilidad en los hechos, -más allá de sus deslindes y acusaciones-, pero de los cuales pudo desentenderse pues no pueden ser aceptables sus justificaciones acerca de las supuestas o reales presiones del propietario de su empresa, Demolition Show, para que efectuara una maniobra, para la cual no había, evidentemente, condiciones ni distancia. Tampoco pueden aceptarse las explicaciones de las también supuestas o reales presiones de funcionarios municipales para que el espectáculo se llevase al cabo sin importar las condiciones de seguridad. La responsabilidad abarca a funcionarios de los dos niveles de autoridad, la estatal y la municipal, y en este último caso, quizá, a los más altos niveles. Las investigaciones habrán de fincar tales responsabilidades, pero para ello se requiere el total apego a la ley y el apartamiento de las autoridades de actitudes que, a los ojos de una sociedad dolida, parecieran ir en el camino de deslindar responsabilidades de los funcionarios gubernamentales. La violación a prácticamente todas las normas establecidas para garantizar la seguridad en un evento público, por parte de los organizadores, de las empresas propietarias de los vehículos y de las dependencias de gobernación y Protección Civil, especialmente las del orden municipal, son aterradoras. Sirva para contar con un parámetro el hecho de que horas antes del accidente, en el mismo escenario se hubiese realizado un acto en el que cerca de dos decenas de niños y jóvenes fueron utilizados, como obstáculos, al paso de motocicletas que los salvaban después de transitar por una rampa ¿Dónde se encontraban los inspectores encargados de verificar el estado de los vehículos, la seguridad del escenario y, sobre todo, garantizar la integridad física de los asistentes? Del mismo modo, que también unas horas antes del accidente, los tripulantes de los vehículos 4x4 se negaran a actuar argumentando la inexistencia de medidas adecuadas de seguridad para hacerlo debido a la invasión de la gente en el área de las maniobras. La autoridad, en este caso la municipal tiene la obligación de celebrar todos los eventos bajo las más estrictas medidas de seguridad para todos y cada uno de los eventos, y atendiendo escrupulosamente sus variadas presentaciones. Ahora fluye la información acerca del mínimo de condiciones de seguridad necesarias para la celebración de este tipo de eventos, los que siempre se deben celebrar en lugares en los que los vehículos efectúen sus maniobras en un plano inferior al del público y que, además, se establezcan barreras naturales o artificiales entre ellos y los asistentes. Conforme pasan las horas aparecen las informaciones acerca de las numerosas violaciones a las regulaciones de seguridad de este tipo de eventos, como la de que el vehículo no contaba con los controles remotos necesarios para detener el flujo de combustible, o de electricidad, que detienen la marcha de esos vehículos, cuando se presentan condiciones imprevistas. ¿Qué autoridad fue la responsable de otorgar el permiso para la celebración del evento en esas condiciones? ¿Los responsables de las dependencias de protección civil y de seguridad pública, estatal y municipal, tienen el conocimiento necesario para evaluar adecuadamente las condiciones de seguridad de estos eventos? ¿Dónde estaban los funcionarios municipales encargados de verificar las condiciones físicas de los pilotos, y las condiciones mecánicas de los vehículos? Baste, para señalar un parámetro, que los choferes de los camiones de transporte foráneo pasan, antes de salir a carretera, por un examen médico. Y luego, la argumentación de que la gente “no se hizo para atrás”, como lo pedían los auxiliares. No se necesitan esas indicaciones cuando la autoridad y los organizadores establecen las medidas preventivas adecuadas. Y si las condiciones no eran las adecuadas, si era demasiada gente y una buena parte de ella había invadido el área del espectáculo, bastaba con suspenderlo. Pero ahora sabemos que ni el Director, ni el Subdirector de Protección Civil del municipio se encontraban en el lugar del accidente al momento de los hechos ¿Y quién sí estaba? Luego, las explicaciones de los empresarios acerca de que el accidente se presentó en una área que no era de riesgo, o que el piloto dio una vuelta no programada, así como la versión del piloto Francisco Velázquez Samaniego de que sí estaba programada, caen por su propio peso. Supongamos que es cierta la versión de que el piloto se golpeó y que su ruta hubiese la programada, es decir, de frente a las gradas, ¿Qué habría detenido al vehículo, con el acelerador hasta el fondo, si no existía un muro de contención y solo gradas llenas de gente? Más allá del desarrollo del proceso legal, es imperioso que peritos especializados en eventos de este tipo presenten a la sociedad chihuahuense un estudio acerca de las condiciones de seguridad. Quizá nos sirviera para el fincamiento, o no, de responsabilidades a las autoridades, y seguramente sí nos serviría para el futuro inmediato, para impedir la celebración de eventos con estas condiciones. Son de tal magnitud las fallas en seguridad que la Asociación de Carreras de Camionetas Monstruo (MTRA, por sus siglas en inglés) condenó acremente la falta de medidas de seguridad en el Extremo Aeroshow 2013, al señalar el “desprecio” de los organizadores por ellas, al calificar de precario el escenario instalado en la presa El Rejón, lo que “va en contra de las numerosas medidas de seguridad y protocolos establecidos por la MTRA a lo largo de tres décadas”. LOS CONTRATOS Pero si lo relacionado con la seguridad del evento tiene innumerables violaciones, la develación de la contratación del espectáculo y de las empresas involucradas ha mostrado de qué modo los intereses particulares, la búsqueda del dinero, el otorgamiento de contratos a personas y empresas sin experiencia alguna, la creación de empresas especialmente diseñadas para favorecerlas -a ellas y sus propietarios- afectan, en este caso gravemente, las condiciones adecuadas para la realización de eventos de cualquier tipo. Ahora sabemos que Jorge Luis Cuesta Manjarréz, Mario Gerardo Dueñas Barrios y Xavier Chaires Duarte constituyeron una empresa -Espectáculos Extremos- se constituyó apenas tres meses antes del primer Aeroshow en 2011, que firmó un contrato por 30 millones de pesos por la celebración de los tres festivales que le correspondían a la actual administración municipal. Sin embargo, MVS Noticias informó (10/X/13) que “en 2012, el municipio otorgó 4 millones de pesos para cubrir una parte de los gastos de un evento de Espectáculos Extremos en octubre; en un segundo contrato firmado en 2013, el municipio otorgó 7 millones 255 mil 470 pesos”. Lo peor, que dichas cantidades le fueron entregadas a esa empresa, en donación, para evadir la licitación. Todo lo anterior a pesar de las declaraciones de Xavier Cháirez (regidor del actual ayuntamiento), quien afirmó que es una Asociación Civil, sin fines de lucro, que se encargó de contratar a las distintas empresas que presentaron los espectáculos en dichos festivales. De los datos curriculares de sus socios no se desprende que posean experiencia alguna en la celebración de dichos eventos, además de la probabilidad de que se haya violado la ley en lo referente a la adjudicación de obras, o contratos de servicio y que por los montos entregados a la empresa Espectáculos Extremos pues no se ha otorgado información acerca de la licitación respectiva. TRISTE DESPEDIDA La presentación del tercer y último informe de gobierno Marco Adán Quezada al frente del municipio de Chihuahua se hizo en medio de un contradictorio choque de sentimientos de una buena parte de quienes fueron sus gobernados; lo impactante de la tragedia y la descomunal comisión de errores, omisiones e irresponsabilidades por una larga lista de funcionarios bajo su mando y de empresarios -especialmente los propietarios de la empresa Espectáculos Extremos- había hecho que aún no se desatara una generalizada opinión de señalarlo como el principal responsable de tales omisiones. ¿La razón? Sencilla, realizó una extraordinaria gestión, señalada por tener en el centro de ella la pretensión de reconstruir el entramado social a través de distintas iniciativas cuyos ejemplos señeros son el Multideportivo del sur de la ciudad, precisamente en una de las zonas de mayor marginación de la capital chihuahuense y que contaba con dos datos estadísticos, de la mayor relevancia, la de poseer la más alta cifra de incidencia delictiva y la de poseer el récord de la iniciación más temprana en el consumo de drogas. La otra acción gubernamental más relevante en aquel sentido es la remodelación del centro, realizada a pesar de la oposición de los cientos de vendedores ambulantes ahí instalados. Se extraña no se hubiesen considerado algunos de ellos en la remodelación, no en instalaciones efímeras sino plenamente integrados a las actividades comerciales formales. Podrán, como evidentemente se le hacen a todos los gobernantes, haber puntos negativos en su ejercicio, pero la ovación que la multitud le otorgó en la inauguración del Festival Extremo Aero Show la noche del viernes anterior a la tragedia (apenas el 4 de octubre) fue, seguramente, la mejor evaluación efectuada por los chihuahuenses. Todo le cambió 24 horas después. A la luz de los hechos, aterran las fallas en la prevención de accidentes y la relajación de todas las medidas de seguridad en la celebración de los espectáculos en el parque El Rejón. Conforme pasan las horas, y empiezan a conocerse de manera más detenida los hechos y los antecedentes, va creciendo la percepción de que estamos frente a una operación por demás truculenta y en la que, ilógica o muy lógicamente, las autoridades responsables de la aplicación de los reglamentos para la celebración de los espectáculos masivos cometieron gravísimas omisiones. Violaron flagrantemente infinidad de regulaciones, no se trataba solamente, como muchos afirman, que “la gente no hacía caso”. Aún en el supuesto que las personas se hubiesen colocado en unas hipotéticas gradas, colocadas en el lugar del accidente, las características del vehículo hubiesen desatado una tragedia de proporciones semejantes. Igual hubiese ocurrido si el percance sufrido por el piloto se hubiera dado en el sentido contrario. Habría arrollado a todos los que estuvieran en las gradas que la empresa llamó “de bajo riesgo”. Ese es, sólo, un ejemplo de las muchas violaciones a las normas de seguridad. Hay otra, aterradora. La del espectáculo de aviones ¿En dónde, éstos pueden hacer piruetas a muy bajas alturas sobre la gente? ¿Quién autorizó, el año pasado, semejante violación a todas las normas de la aeronáutica? ¿Nos imaginamos, siquiera, el número de víctimas fatales, de haberse desplomado una aeronave encima de miles de personas? Más. Se habla, informalmente, del levantamiento de un reporte de la oficina de Protección Civil estatal, en el que consignaban las precarias -por no decir nulas-condiciones de seguridad para llevar adelante el espectáculo de las Monster Truck ¿Dónde está? ¿Cuál fue su curso? En tales condiciones entregó el gobierno municipal Marco Adán Quezada, las investigaciones deberán demostrar cuánto los funcionarios bajo su mando incumplieron con sus responsabilidades y si ese incumplimiento lo abarca a él. Y cuánto a cada uno de ellos. Nada de lo anterior está desligado del futuro político de la entidad, y no solamente de los principales protagonistas, hasta antes del trágico accidente, fruto de un meteórico cierre de gestión, Marco Adán Quezada se convertía en uno de los principales aspirantes, o por lo menos en uno de los posibles a tomar en cuenta para la sucesión del 2016, a diferencia de lo ocurrido al alcalde de Juárez, Teto Murguía, que culminaba en medio de una creciente crítica por el enorme desorden vial provocado por las obras del Plan de Movilidad Urbana. Nada está dicho, y menos en política, pero el ahora ex alcalde capitalino deberá enfrentar, probablemente, la acusación de ser uno de los principales implicados en la preservación de la seguridad en el festival Extremo Aeroshow 2013. Será una lástima -y no solo por las numerosas víctimas de tan fatal accidente- que una gestión tan exitosa se haya visto empañada por ello, y que, además, la tragedia viniese a develar las muy oscuras maneras de efectuar tan ansiado festival. asertodechihuahua@yahoo.com.mx; Blog: luisjaviervalero.blogspot.com; Twitter: /LJValeroF facebook.com/ljvalero

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