lunes, 4 de noviembre de 2013

La deuda de Chihuahua, asunto preocupante

Aserto 123, Octubre de 2013 Editorial Aprobada sorprendentemente por unanimidad, la reestructuración de la deuda pública de Chihuahua, conllevó, además, un nuevo empréstito por poco más de 5 mil millones de pesos. La reestructuración se negoció a un plazo de 30 años, en condiciones que el Secretario de Hacienda, Jaime Herrera (quien ha dedicado bastante tiempo recientemente a difundir las bondades de tal operación financiera) consideró inmejorables pues, además, se aprobó la creación de un fideicomiso cuya principal misión será la de regular la contratación de nuevos empréstitos y la liquidación de los actuales compromisos. Pero si los números de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público son ciertos -y nada nos hace pensar que no lo sean- la deuda de Chihuahua era, hasta antes del nuevo préstamo, 26 mil 135 millones de pesos (mmdp), de los cuales poco más de 8 mil 500 están avalados por las participaciones federales y 16 mil 355 por los ingresos propios (esto es, los bonos carreteros y los del Impuesto Sobre Nómina). Sin embargo, estas cifras aún no eran impactadas por un crédito autorizado por el Congreso en julio, también de bonos carreteros, por hasta 15 mmdp, y de los cuales una cantidad entre 9 y 10 mmdp serían destinados a refinanciar una parte de los bonos y cerca de 5 mmdp al gasto público. Si así fuera, entonces la deuda rondaría, según cálculos de diversos especialistas, entre los 28 y 29 mmdp, antes de la reestructuración. Esto nos podría llevar a que, en realidad y siguiendo el método de contabilidad de Hacienda federal, el endeudamiento de Chihuahua llegaría a los 33-34 mmdp. Aunque otros análisis (en esta edición los consignamos) ubican el monto total en 41 mmdp. Tal endeudamiento nos colocaría apenas por abajo -por el monto- de Coahuila, en el sexto lugar nacional, pero en el segundo lugar per cápita, pues éste sería del orden de poco más de 7 mil, frente a los más de 11 mil por persona en la vecina entidad. Cifras más, o menos, de todos modos la capacidad de endeudamiento estaría muy cerca del límite, difícilmente alguna entidad financiera comercial le otorgaría nuevos empréstitos a la entidad, razón por la que, entonces, adquiere mayor importancia la reestructuración, porque más allá de las bondades con las que se está pactando, significa que las próximas 5-6 administraciones estatales no podrían endeudarse, o lo podrían hacer a muy bajas cantidades y, por tanto, el presupuesto, no sólo para los futuros gobiernos, sino para el actual, estará muy acotado, tanto, que, probablemente, lo pueda llevar a efectuar algunos ajustes verdaderamente drásticos, en caso de que no lograran negociar algunas fuentes de financiamiento federal, como por ejemplo, el hecho de que el gobierno federal lograra que se aprobara que fuera nuevamente quien le pagara al magisterio. Tal rubro le podría significar a Chihuahua un ahorro de poco más de 4 mmdp. Igual acontecería de aprobarse la homologación del IVA en la frontera, a la entidad le llegarían alrededor de mil 600 mdp. Pero tales márgenes de maniobra harían que el gasto del gobierno estatal debería mantenerse en los actuales niveles y probablemente con una disminución importante en la obra pública, a reserva de que efectuara una profunda revisión del gasto corriente, en el que hasta algunos secretarios estatales reconocen que hay un desmedido exceso. Y todo lo anterior si se mantuvieran los actuales niveles de crecimiento económico, tanto en la entidad, como en los EU pues ya es sabido cuán dependiente es nuestra entidad del ritmo de la economía norteamericana, probablemente en mayor grado que el total de los estados. De ahí que la segunda parte del gobierno de César Duarte deberá actuar conforme a las expectativas aquí planteadas, no tendrá mucho margen de maniobra de seguir como hasta ahora, urge una profunda revisión del gasto público.

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