jueves, 2 de febrero de 2012

De deudas y debates

El Diario, 2 de febrero de 2012
Luis Javier Valero Flores
Traído el tema a colación, a partir del escándalo de las firmas apócrifas, en documentos que certificaban las solicitudes de algunos de los créditos contratados por el gobierno de Humberto Moreira, y que finalmente le costó la presidencia nacional de su partido, el PRI, (por supuesto que no era el único argumento, ahí estaban, también, los acuerdos de las alianzas con el Panal y el Partido Verde) le estallará, literalmente, a la actual administración federal pues, de acuerdo con los informes más recientes de la Secretaría de Hacienda, la deuda pública creció casi 170% (168%) bajo los gobiernos panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón.

Crítico de los gobernadores priístas, en un lenguaje críptico, Felipe Calderón, según estos informes, no debería hacerlo pues en su administración el crecimiento de la deuda fue casi 100% (98%) superior a la de su antecesor, llevando al país a uno de sus mayores endeudamientos en toda su historia, ya que a fines de 2011 llegó a $5 billones 473 mil 700 millones, equivalente al 35.6% del PIB, uno de los más altos de las naciones que no cayeron en la crisis financiera del año pasado y que echa por tierra uno de los argumentos más frecuentemente usados por los integrantes del blanquiazul para pregonar las “excelentes” administraciones de los gobiernos del PAN. (Nota de Juan Antonio Zúñiga, La Jornada, 31/I/12) Peor aún, en los cinco años de la actual administración, el pago de intereses de la deuda ascendió a 1 billón 200 mil millones de pesos, algo así como 24 años del actual presupuesto del gobierno de Chihuahua.

No puede ser.

Tal cantidad significa que cada mexicano debemos poco más de 48 mil pesos, la mayor parte de ella a los poseedores de bonos emitidos por el gobierno federal, que ahora, en otro agravante más, son abrumadoramente extranjeros pues 72 por ciento del endeudamiento total del sector público corresponde a la deuda interna (3 billones 129 mil 546.2 millones en 2011) y de ella, al iniciar la primera administración gubernamental panista, los extranjeros poseían valores del gobierno mexicano por alrededor de 969 millones de dólares. Al cierre del 2011, poseen bonos del gobierno federal por un monto de 69 mil 654 millones de dólares.

¿Alguien ha usado la palabra dependencia?

¿Nos preguntaremos, entonces, cuáles son las razones para que organismos financieros internacionales, oficiales o no, tracen las líneas del comportamiento financiero del gobierno mexicano?

Es de tal magnitud el problema que la próxima administración federal deberá endeudarse para pagar la deuda actual. Y eso que son “buenos” administradores los que ahora gobiernan.

Las cifras son de pavor. El pago de intereses significa que cada año hemos pagado, ni siquiera abonado, cerca de 200 mil millones de pesos al pago de intereses, sin que exista la más mínima posibilidad de hacer que la deuda disminuya.

¿Se acuerdan del Fobaproa? Bueno, pues seguimos pagando algo así como 70 mil millones de pesos al año en este robo y el “rescate” de las carreteras, dos de los negocios más redondos de los amigos de los presidentes Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo y Vicente Fox, con la aprobación, en su momento, del actual, Felipe Calderón, como líder del grupo parlamentario del PAN en la Cámara de Diputados, primero, y luego, como presidente nacional de su partido. Ya instalado en la silla presidencial, lo único que hizo fue remachar la obra anterior.

Y esto no fue tema de los presidenciables del PAN en sus debates o foros temáticos. Seguramente no será uno de los factores que tomen en cuenta los electores panistas al momento de votar el próximo domingo; al contrario, seguirán ufanándose del equilibrio “macroeconómico” y del buen manejo de las finanzas del país al que nos han llevado sus administraciones. La realidad es, como siempre, muy distinta.

Muy poco le podrán aportar al tema de las deudas públicas de los gobiernos estatales, con crecimientos explosivos como el de Coahuila, bajo el gobierno de Moreira, pero que no se trata –ojalá así fuera– de un caso único, por el contrario. Y los gobernantes chihuahuenses aportarán también lo suyo pues aún esperamos el informe del nuevo Secretario de Hacienda, José Luis García Mayagoitia, quien afirmó, al momento de su asunción, que estudiaría el monto de la misma y lo informaría.

Si así seguimos, nos acercaremos peligrosamente al mismo abismo de los griegos.

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