martes, 20 de diciembre de 2011

Optar

El Diario, 20 de diciembre de 2011
Luis Javier Valero Flores
Puestos en el dilema entre crear –o aprobar, con su aval– un nuevo impuesto o ajustar aún más el presupuesto municipal, los alcaldes resolvieron por la primera opción. Presionados por la realidad electoral, en un año crucial para todos –partidos y ciudadanos–, y sin la posibilidad de obtener más recursos procedentes de la recaudación fiscal “normal”, resolvieron acogerse a una más “cómoda” opción, la de entregarle, íntegro, el costo de la emergente situación económica a los ciudadanos.

Y así optaron todos, incluidos los, en otros momentos, enjundiosos alcaldes panistas a quienes les plantearon, los funcionarios estatales, las opciones que tenían para resarcir la disminución de la recaudación debido a las promesas de campaña en cuanto a la derogación de la tenencia vehicular.

A las alcaldías les tocaban algunos centavos por cada peso recaudado de tal impuesto, pero ahora les dijeron que el total de la recaudación sería “participable” a los municipios, lo que en cristiano significaría que el total de esa cantidad ingresaría a las arcas municipales.

Y ardió Troya, no hubo (por lo menos hasta ahora no hay una manifestación pública de ello) alcalde que se opusiera a tal medida recaudatoria, carácter que han tenido los múltiples intentos por cobrar impuestos a partir del uso de vehículos; antes bien se han expresado críticas al modelo de distribución de los recursos económicos, en las que se expresa molestia porque los municipios sólo reciben 3 centavos de cada peso del presupuesto federal, las entidades federativas alrededor del 20 y el resto el gobierno federal.

El único problema estriba en que quienes se quejan de tan inequitativo modelo forman parte del partido que es mayoría en la Cámara de Diputados, que es segunda minoría en la de Senadores (y que en alianza con sus partidos satélites conformarían mayoría, amén de que probablemente contarían con la anuencia del PRD para una reforma hacendaria más equitativa), poseen 20 gubernaturas, son la fuerza mayoritaria en la mayoría las legislaturas locales, la abrumadora mayoría de las alcaldías y la estructura territorial más importante.

Su organización de presidentes municipales es la más poderosa de las agrupaciones existentes, además de que controlan la Conferencia Nacional de Gobernadores, y en ambas, destacados priístas chihuahuenses ocupan elevados cargos y ejercen la mayor de las influencias con sus compañeros.

Pues bien, a tan vasta fuerza política no le alcanza para modificar la actual estructura hacendaria y fiscal del país y sólo atinan, algunos de sus más connotados integrantes, a quejarse de la existente. Más aún, en la discusión y aprobación del presupuesto, por si algo faltara, facultad exclusiva de la Cámara de Diputados, no han sido capaces de modificar la iniciativa de presupuesto que año con año les envía el titular del Poder Ejecutivo federal.

Y no pueden alegar que los diputados federales se conducen, en esta materia y en casi todas, con plena autonomía, al contrario, si de algo estamos convencidos es del hecho que con la salida del PRI del Palacio Nacional ha crecido estratosféricamente la fuerza de los gobernadores priístas; son casi poderes omnímodos en los asuntos de sus respectivas entidades y de ello no escapan sus –porque parece que así lo son– diputados federales.

¿Por qué no han cambiado, los priístas, la estructura hacendaria del país? Por una sola razón, creen que pueden regresar a la Presidencia de la República y no quieren ejercerla de un modo menos autoritario, quieren gobernar del mismo modo que lo hicieron décadas y décadas, así gobiernan en sus entidades ¿Por qué habrían de cambiar si así les ha ido de maravillas?

Así, a cada momento en que se han visto precisados en poner a prueba sus capacidades democráticas, de mostrar que efectivamente modificaron su modo de ejercer el poder, de optar, lo hacen por el viejo modo, es decir, igual que López de Santa Ana, que el peso de la crisis y de las urgencias recaiga sobre el total de la población; a este paso deberemos conminar a los chihuahuenses a que empiecen a clausurar sus ventanas, no tardan en cobrar por el número y dimensiones de ellas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario