martes, 27 de diciembre de 2011

Contrasentido económico y político

El Diario, 27 de diciembre de 2012
Luis Javier Valero Flores
Para desgracia del gobierno y los chihuahuenses –y sobre todo para éstos– el año finaliza en medio de una preocupante tendencia recaudadora de la administración estatal. Al nuevo impuesto de uso vehicular, –por más explicaciones y denominaciones que le den, eso es y nada más– debemos sumarle la sobretasa del 5 por ciento al Impuesto Sobre Nómina (ISN).

Tales nuevos gravámenes, además de la posibilidad de que sean declarados inconstitucionales, van en sentido absolutamente contrario al de las tendencias mundiales puestas en vigor para enfrentar la actual crisis económica. En todo el mundo, al momento de instrumentar las medidas económicas en estas circunstancias se sopesa mesuradamente la creación de nuevos gravámenes, por varias razones, una de ellas es simple de entender, pueden incidir aún más en la depauperación de amplias capas de la población, porque eleva la elusión y evasión fiscales y porque puede incidir en la inflación.

Nada de eso, parece, fue tomado en cuenta para la creación de ambos gravámenes, pero quizá el descuido sea mayor en el caso de la sobretasa del ISN pues va en sentido absolutamente contrario a las intenciones y deseos mostrados, no solamente por la iniciativa privada, sino también por el gobierno estatal.

Tanto el gobierno anterior como el actual han insistido tercamente ante el gobierno federal sean tomadas en cuenta las condiciones de verdadero desastre económico de la entidad –particularmente en Juárez– a causa, primero, de la crisis de seguridad pública, y luego como consecuencia de las adversidades climáticas, para que la región fuera declarada de excepción fiscal.

Como lo han expresado reiteradamente distintos voceros empresariales es incongruente que se pidan medidas de excepción en el ámbito federal y en el estatal no solamente no se declare, o se disminuyan las obligaciones fiscales sino que se elevan ¿Cómo entenderlo?

Peor aún, de acuerdo con todas las informaciones ofrecidas por la actual administración estatal y la diputación federal, la entidad recibirá un notable incremento de las participaciones federales con relación al año anterior, a pesar de eso se decidió elevar las cargas fiscales contra quienes de alguna manera son, también, causantes cautivos y aumentar la llamada base fiscal, pero ahora bajo la chicanada de que los propietarios de toda clase vehículos paguen el nuevo impuesto vehicular y a los empresarios cargarle la mano con el incremento del ISN.

¿Sobre quienes recaerán tales incrementos? No se necesita ser especialista en economía y finanzas para razonar que ambos gravámenes serán usados en la cadena comercial como motivo para incrementar precios y tarifas al consumidor final y que esto influirá en el aumento de precios, en la elevación de las tasas inflacionarias locales y en la evasión fiscal. Es decir, más factores para hacer insostenible la cuesta de enero… y el resto del año, precisamente en el 2012 que se avizora aún más difícil que el actual, algo que apuntamos faltó hacer en los informes de gobierno rendidos en octubre anterior en los que nada apuntaba, en esos documentos oficiales, a las más difíciles condiciones que enfrentaremos.

Hoy podemos constatar que no sólo no se previó sino que al momento de plantearse las líneas generales de política económica no se toma en cuenta, o que sí, pero sólo desde el punto de vista del manejo de recursos económicos gubernamentales, y no desde la óptica del bienestar general de la población.

Peor aún, para aprobar ambos gravámenes se recurra a la estratagema de hacer aparecer como propuestas de otros sectores o individuos realizados, incluso por encima de sus respectivos organismos pues el caso del impuesto vehicular ni siquiera fue discutido en los cabildos y el de la sobretasa al ISN no fue consensuado en los organismos empresariales.

Política de la buena, pues…

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