jueves, 8 de diciembre de 2011

Las muertas desaparecidas

El Diario, 8 de diciembre de 2011
Luis Javier Valero Flores
El hecho hizo recordar otras etapas, igual de aciagas, de cuando nos espantaban las noticias acerca del descubrimiento de otro cadáver más, de otra mujer asesinada y su cuerpo lanzado a los lotes baldíos de la principal de las ciudades chihuahuenses, primero, y luego, también en Chihuahua.

Inmersos en la tragedia causada por la guerra de los cárteles, el asesinato de mujeres cayó también en el comentario más generalizado –andaba en algo relacionado con los señores de las drogas y la muerte– y no se ha podido apreciar en su debida dimensión que, otra vez, amenaza con regresar el feminicidio por el cual tantas menciones negativas recibió Juárez.

Y es que el señalamiento es tan preciso, tan directo, tan irrebatible que estremece: La Fiscalía General del Estado de Ciudad Juárez oculta cadáveres de mujeres asesinadas, según afirma la organización Justicia para nuestras hijas, en voz de su dirigente Norma Ledezma.

El cuerpo de Adriana Sarmiento Enríquez fue encontrado hace más de dos años. Esta joven de 15 años de edad desapareció el 18 de enero del 2008, en el trayecto entre la preparatoria en donde estudiaba y su casa, en Ciudad Juárez. Sus restos fueron localizados casi dos años después, el 5 noviembre del 2009, cerca del panteón del poblado de San Agustín, en el Valle de Juárez, y llevados a las instalaciones de la Fiscalía.

Se supone que entonces debió hacerse con el cuerpo todos los trabajos necesarios para obtener la identificación. Por lo menos en lo referente a los exámenes de ADN no fue así; además, la Fiscalía no cuenta con una base de datos genética y actualizada que permita cotejar los restos de osamentas femeninas con las mujeres y niñas desaparecidas, a pesar de que fue un mandato impuesto por la Corte Interamericana de Derechos Humanos desde el 2009, por el caso “Campo Algodonero”.

Sin embargo, desde julio de 2011, la Fiscalía General de Justicia de Ciudad Juárez obtuvo los resultados que confirmaban la identidad de los restos encontrados. La familia no fue notificada sino hasta fines de noviembre, y eso debido a hechos circunstanciales que obligaron a la dependencia a hacerlo.

De ahí que nos asalten los recuerdos más pavorosos relacionados con los asesinatos ocurridos en la década de los 90’s y principios de siglo, especialmente los de las muchachas cuyos cuerpos fueron encontrados en el campo algodonero.

Por si se olvidó, debemos recordar que algunos de ellos mostraban evidencias de haber estado refrigerados, además de que las probables fechas de los decesos eran absolutamente diferenciadas, por lo que podía sospecharse, con mucho sustento, que habían permanecido guardados en algún lugar con refrigeración. ¿Sucede así igual? Quisiéramos creer que no, pero un reportaje, publicado por una revista digital –Los Angeles Press– el 29 de noviembre del 2011, bajo la firma de Guadalupe Lizárraga, (“Mujeres ‘guardadas’ en la morgue de Juárez”) da cuenta de la existencia de otros cadáveres “guardados”.

Refiere los casos de Hilda Gabriela Rivas Campos y Mónica Liliana Delgado Castillo, la primera de 16 años, desaparecida en febrero de 2008 y asesinada ese mismo año. “Su cadáver lo encontraron en el Kilómetro 57 del Valle de Juárez, y fue retenido en la morgue durante tres años hasta que las autoridades decidieron notificar a su madre, el 27 de septiembre de 2011. La segunda, Mónica, desapareció en enero de 2011 y tenía 18 años. También fue localizada en el Kilómetro 57, poco después del asesinato y su cuerpo entregado a los familiares el mismo 27 de septiembre.

Según la reportera Lizárraga en las mismas condiciones se encuentran por lo menos otros siete cadáveres, no entregados a sus familiares ¿Por qué? ¿Acaso para no despertar el pánico, o simplemente para no generar una mala imagen a la dependencia encargada de procurar justicia?

Cualquiera que sea la respuesta, es inaceptable prolongar el dolor de los deudos, y más lo es el hecho de no investigar, de no buscar a los culpables para prevenir más asesinatos.

Igual que antes.

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