jueves, 9 de septiembre de 2010

Gestores irredentos

El Diario, 9 de septiembre de 2010
Luis Javier Valero Flores
Desatada como casi nunca, alcanzada una importancia tal que sólo fue superada en la etapa colonial, la actividad minera en Chihuahua adquirió, en últimos ocho o nueve años, un crecimiento extraordinario, pero, como en el pasado, con las mismas características de los dos siglos anteriores, es decir, que el territorio chihuahuense se ha convertido, solamente, en el lugar de extracción de los minerales, sin que los habitantes de los terrenos disfruten más allá de muy pocas compensaciones por rentar sus tierras a fin de que poderosas empresas transnacionales exploten el oro, la plata y otros metales.

Y ya sin la obligación, a partir del sexenio “dorado” –para los monopolios extranjeros– de Carlos Salinas de Gortari, en el cual se derogaron todas las disposiciones impositivas para la explotación minera, especialmente la de exportación.

Así, como hace 300 o 400 años, de tierra chihuahuense siguen saliendo fantásticas cantidades de oro –nos mantenemos, en casi toda la actual década, en el primero o segundo lugar nacional en producción de este metal– y quienes se enriquecen con las ganancias de tan redituable negocio no son los chihuahuenses, sino las gigantescas empresas extranjeras, particularmente las canadienses, que han hecho del territorio nacional el eje de su acelerado crecimiento económico.

No sólo, huyendo de la legislación de su país, que prohíbe la explotación áurea con el método de la lixiviación con cianuro, este se ha convertido en el método preferido en nuestro país. Chihuahua no es la excepción y los problemas generados por este método han despertado, de manera, intermitente, las quejas de los pobladores de los lugares donde se explota el oro.

No es el único problema generado por la intención de explotar las minas de oro, el otro son las continuas controversias desatadas entre la empresa minera y los dueños del terreno donde se ubica la explotación minera. Ese ha sido el caso de la mina de Huizopa, ubicada en el pueblo de Dolores, municipio de Madera.

Pero no contentos con obtener pingües ganancias, los empresarios canadienses se han dado a la tarea de aparecer como benefactores del estado y los pobladores. En varias ocasiones han celebrado eventos en los que deciden donar al gobierno del Estado cantidades ínfimas –para el poderío económico de la empresa– para la realización de algunas obras.

El colmo sucedió días atrás cuando, con bombo y platillos, anunciaron que, alegremente, Marcos Pineda Portela, gerente de Relaciones Comunitarias de la Minera Dolores, acompañado del presidente municipal electo de Madera, Gilberto Estrada, —asistieron a las oficinas de la Comisión Federal de Electricidad en la ciudad de México para gestionar la electrificación para cuatro comunidades rurales, entre ellas Arroyo Amplio en el ejido Huizopa, puesto que aún se encuentran sin el servicio de energía, informaron—, según informó la reportera Lourdes Díaz (El Diario, 5/9/10).

El funcionario minero, en el colmo de la desfachatez, declaró que “la electrificación es indispensable para Dolores’’. ¡Qué lejos quedaron los tiempos en que el ‘‘Magnate de la Plata’’, fue capaz de llevar a Batopilas la primera planta generadora de energía eléctrica en Chihuahua Pareciera que en el pasado se pensaba que quien debía ‘‘subsidiar’’ la producción minera debía ser la empresa minera y no el Estado Mexicano.

No es lo único, ya puestos en el plan de gestores de tiempo completo, ambos funcionarios, el de la empresa privada y el que en pocos días tomará posesión de su cargo, acudieron, también, a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, a gestionar “la construcción de dos puentes así como la ampliación de la carretera que comunica a Madera con Dolores, donde actualmente es una brecha que no sirve para el tránsito de vehículos grandes, doble remolque o carga pesada debido a que es meramente una brecha de un solo carril”.

Es decir, vamos a decirle a ‘‘papá gobierno’’ que nos construya las rutas de acceso para extraer el metal pues en los presupuestos de la empresa no existen tales rubros.

Pero, preocupados por la gente, tales caminos se gestionaron para que “la gente pueda trasladar el ganado y venderlo en Madera”.

¡Bien por ellos ¡Debemos elogiar suficientemente tal grado de preocupación

Lástima, seguimos cambiando nuestro oro por espejitos, como hace 500 años.

No hay comentarios:

Publicar un comentario