domingo, 5 de septiembre de 2010

Dimensiones políticas

El Diario, 5 de septiembre de 2010
Luis Javier Valero Flores
En su alocución con motivo del 4º informe, Felipe Calderón habló de los tamaños políticos de quienes protagonizaron los cambios sociales más importantes en la historia de México. Llamó a asumir los retos de ahora, e implícitamente, se arrogó las dimensiones necesarias para enfrentarlos.
El país se le deshace en las manos y él se preocupa de convocar, personalmente, a reuniones para dirimir quién será el candidato presidencial del PAN, según lo declaró rampantemente Juan Molinar Horcasitas, Secretario de Comunicaciones y Transportes.
El problema es que no pareciera ser el único de la clase gobernante que denota las graves carencias para gobernar bien en los actuales momentos.
El 1º de septiembre nos amanecimos con el fenómeno que faltaba en la cadena de sucesos demostrativos de la enorme incapacidad de los gobernantes para superar la actual crisis de seguridad pública, particularmente en Juárez, la aparición de una crisis política, así sea mini.
Literalmente, a unas horas de entregar el mando municipal juarense, el alcalde Reyes Ferriz enfrenta la oposición, de la mayoría del cabildo, con la particularidad de que en ella van, a su vez, la mayor parte de los regidores de su partido, incluido el coordinador de los ediles, Leopoldo Canizales, quienes han impulsado la realización de una auditoría a la obra de la introducción del transporte semimasivo, cuya inauguración plantea el alcalde celebrar en el curso de los últimos días de su gestión.
En la sesión extraordinaria, celebrada el miércoles, priístas y panistas se pusieron de acuerdo, no tan solo en aprobar la cancelación de la inauguración, sino en denostar a Reyes Ferriz, a quien Canizales llamó el “peor presidente de la historia dentro de su propio partido”, además de reafirmar lo que su compañero, Arturo Domínguez, había propuesto, exigirle que renunciara a su cargo “para que pueda seguir la buena marcha del Ayuntamiento”. Frases tan lapidarias fueron, de inmediato, secundadas por los ediles del blanquiazul.
Ahora el alcalde ha promovido la anulación del decreto del cabildo ¡para proseguir con la inauguración y la difusión publicitaria de la obra y detener la auditoría motivo de la querella entre quienes pertenecen al mismo partido, pero que ahora sabemos son de distinto, muy distinto grupo y empiezan a cobrarse no tan viejas facturas!
El problema está en que, para aprobar la petición de nulidad del acuerdo aprobado en la sesión extraordinaria, promovida por el alcalde, deberá ser ratificada por el cabildo el próximo jueves, a escasos treinta días de la asunción de un nuevo gobierno, por casualidad, encabezado por quien Reyes Ferriz criticó severamente.
El alcalde se negó, al principio de su gestión, a reconocer las deudas del ahora presidente municipal electo, Héctor Murguía, quien había informado, al término de la anterior administración, que la deuda del municipio no rebasaba los 30 millones de pesos.
Reyes Ferriz acreditó que ascendía a poco más de las 3 centenas. Era de tal magnitud que debió recurrir al Congreso del Estado a que éste le aprobase un endeudamiento superior a la capacidad de pago durante su gestión. En tanto, las críticas de los nuevos gobernantes aumentaron y se sumaron a quienes acusaron a la administración de Murguía de múltiples fallas, desaciertos y presunción de corruptelas.
Ahora, Reyes Ferriz debe enfrentar a los regidores de su propio partido, quienes hacen todo por congraciarse con el alcalde electo y argumenta que los regidores no tienen facultades para cambiar una decisión que considera estrictamente administrativa.
Cuestionado acerca del origen del diferendo, Ferriz respondió no saber si se trataba de cuestiones políticas. “Seguramente. No sé, bueno si lo sé, pero no quiero hacer comentarios’, respondió”. (Nota de Juan de Dios Olivas, El Diario, 3/9/10).
No necesitaba declarar el origen de un diferendo tan grande y tan desproporcionado, dados los tiempos que vive la administración municipal juarense, ilustrativos de los tamaños de quienes tienen la responsabilidad de dirigir la administración pública de la ciudad que ha superado, por tercer año consecutivo, las escalofriantes cifras de homicidios (que la lleva a una tasa por encima de los 170 por cada 100 mil habitantes).
En repetidas ocasiones hemos expresado la necesidad de que, ante circunstancias tan difíciles, la altura de miras de los gobernantes es condición indispensable para hacerles frente. Este episodio nos lleva al pesimismo pues nos muestra de qué modo unos y otros sólo piensan en el cobro de viejas rencillas, y de ninguna manera en la necesaria convergencia para sacar a Juárez de la gravísima situación en la que se encuentra.
Pero si en Juárez así se las gastan los gobernantes municipales, los salientes y los entrantes, lo sucedido en el Congreso del Estado en el curso de la semana, acerca de la creación de un puesto en el Supremo Tribunal de Justicia y de la aprobación de las reformas administrativas impulsadas por César Duarte, a cambio de la aprobación de las cuentas públicas de la administración de Carlos Borruel y la práctica exculpación del diputado panista con licencia, Roberto Lara, por las supuestas irregularidades encontradas en su actuación como funcionario de la administración municipal de Juan Blanco, nos llevarían a concluir que pocos son los espacios para el optimismo.
Y el momento es de lo más delicado. Muchos suponían que el tiempo entre la elección de los nuevos gobernantes y su asunción no era tomada en cuenta por quienes tienen bajo su conducción a las bandas criminales. Deberán cambiar tal concepción, la criminalidad, por lo menos en la ciudad de Chihuahua, creció a niveles por momentos desesperantes.
Ahora dicen las autoridades prejudiciales que la mayoría de los detenidos, acusados de robo de automóviles y de la oleada reciente de extorsiones, pertenecen a “La Línea”. De ser cierta tal aseveración, significaría que el relajamiento por el término de la gestión de Reyes Baeza se convirtió en una coyuntura ampliamente aprovechada por quienes han asolado a los chihuahuenses de manera indecible en los últimos tres años.
De ahí la importancia de la aclaración de las informaciones surgidas a raíz de la aprobación de las reformas administrativas, que incluyen las concernientes a la creación de la Fiscalía General del Estado.
Igual que seis años atrás, la mayoría de las fuerzas políticas en la entidad le concedieron a Reyes Baeza un tiempo de gracia y le aprobaron las reformas propuestas por éste. De ahí la creación de la Secretaría de Seguridad Pública y el mecanismo para la elección de la persona que ocupara la Procuraduría de Justicia. Así ahora, todas las fuerzas le concedieron tal beneficio a César Duarte, a pesar de las críticas opositoras planteadas en la campaña electoral.
Tienen razón, tanto el diputado perredista Víctor Quintana –en pedir una mayor reflexión y más tiempo para que se analizaran tales reformas–, como quienes arguyeron que las propuestas de Duarte fueron avaladas por la contundente votación obtenida por el parralense, pero en cualquiera de los casos el tiempo y la instrumentación de las reformas demostrarán su validez o no, lo que es difícil de aceptar es la negociación de las cuentas públicas y la creación de un puesto como el anunciado, pues más allá de que sea cierta la versión de que sería para el actual coordinador de los diputados priístas, Fernando Rodríguez Moreno, es injustificable, tanto por las supuestas funciones que desempeñaría quien lo ocupara, como las elevadas canonjías de todo tipo, derivadas de las características aprobadas en la reforma y, además, flaco favor se le haría al todavía líder legislativo a quien tanto se le ha zarandeado.
Hágase bien la pregunta ¿Para qué se necesita la “Coordinación para la Instrumentación del Nuevo Sistema de Justicia Penal”?
¿Qué mamotreto es ese? ¿Acaso no basta con las numerosas dependencias de la nueva Fiscalía General? ¿O de las funciones de quien se desempeña como Presidente del Supremo Tribunal de Justicia? En plenos tiempos de escasez, en el inicio de un gobierno que tantos recursos necesita para emplearlos en los múltiples proyectos propuestos en la campaña electoral ¿Para qué gastar en más burocracia, acaso no debería irse en sentido contrario?
Por otra parte, la veracidad de los rumores desatados con motivo de las reformas propuestas por Duarte, acerca de la aprobación de las cuentas públicas, deberán encontrar su confirmación en ese hecho. Confirmar una u otra cosa nos llevará, aunque no fuere así, a la confirmación de ambas y a otra conclusión, la de que las fuerzas políticas gobernantes podrían negociar todo, independientemente del daño que se le infrinja al erario, es decir, al dinero de todos los chihuahuenses; todo, en aras de mantener el status quo, pero el de ellos; en tanto, la entidad se derrumba, literalmente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario