jueves, 9 de septiembre de 2010

Cuotas escolares y promesas de campaña

Editorial de Aserto No. 85
Agosto de 2010
Una vez terminadas las campañas electorales y las vacaciones de verano, miles de chihuahuenses podrán constatar, ya, si las promesas de campaña tienen sustento y si guardan congruencia nuestros políticos.
Durante la misma, el candidato a la gubernatura del PAN prometió que de triunfar ya no se cobrarían las cuotas escolares. A tal propuesta, desde el Gobierno del Estado se le respondió diciendo que no existía presupuesto estatal para el mantenimiento de las instituciones escolares, por lo que, si fuéramos buenos entendedores, se daba luz verde para que las agrupaciones de padres de familia, puestos de acuerdo con no pocos directores de escuelas, sintieran que habría algo así como manga ancha al cobro de esto que se ha ido convirtiendo en uno de los principales problemas del inicio de actividades escolares.
El problema es real, pero la salida ofrecida hasta ahora por las autoridades (de todos los partidos, salvo el perredista del DF, no así en otras entidades gobernadas por este partido) a la falta de recursos económicos para equipar y dar mantenimiento a los edificios escolares, ha sido la de hacerse de la vista gorda a fin de que las agrupaciones de padres de familia cobren las cuotas escolares y entreguen los recursos recabados a las direcciones y se efectúen las mejoras necesarias.
La existencia de tal anomalía echa por tierra la existencia de la educación gratuita, la impartida por el Estado, provoca la aparición de numerosas irregularidades en el manejo de recursos, además de la posibilidad de contubernios entre directores de escuelas y dirigentes de las agrupaciones.
Además, exime al Estado de la obligación de impartir la gratuidad de la educación, no basta, y ese es el concepto esencial, con pagarles los salarios a los maestros para que se cumpla con tal obligatoriedad, ahora mismo, cuando se discute la necesidad de establecer escuelas de tiempo completo, de alargar los horarios ¿Deben ser los padres de familia los que construyan las instalaciones necesarias para las actividades que deberán desarrollarse en planteles de ese tipo?
De ninguna manera, y ahí es en donde ubicamos las responsabilidades de quienes buscaron la máxima posición pública en la entidad, y la de sus compañeros pues en esa búsqueda no iban solos, las propuestas efectuadas en la campaña fueron respaldadas por su partido, pero no solamente hasta que los ungieran funcionarios públicos, y dicha responsabilidad no competía solamente a los nuevos sino al total de sus funcionarios, incluidos, como es lógico, a los actuales.
Y de ninguno de ellos, pero tampoco de los que proceden del grupo mayoritario, hemos escuchado que habrán de cumplir con tales compromisos, por lo menos de proponerlos en el órgano legislativo para que éste, en la discusión del presupuesto 2011, resuelva en consecuencia.
No hacerlo significará que tales eran las promesas de campaña, con las cuales no se comprometen los nuevos funcionarios, emanados de cualquiera de los partidos, pues si se trata de establecer la agenda gubernamental y la legislativa para el siguiente período, no hay que buscar mucho, ahóndese en las propuestas de campaña de los candidatos al gobierno estatal y la encontraremos. Hacerlo es abonarle al camino de alcanzar la necesaria credibilidad que los políticos debieran tener en la población.
Pero si optan por lo contrario, tres años más tarde nos encontraremos en una faceta más aguda aún de desapego ciudadano a las tareas gubernamentales y el abstencionismo crecerá, algo que, por lo menos en sus discursos, los políticos repudian y se han comprometido a trabajar para disminuirlo.
Y lo más grave no será eso, sino que la disminución de recursos a los planteles escolares irá minando la capacidad académica y se obligará al aumento de las cuotas escolares y la gratuidad de la enseñanza será una mera utopía.

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