jueves, 5 de enero de 2012

Retractaciones

El Diario, 5 de enero de 2012
Luis Javier Valero Flores
A penas transcurrió día y medio del cobro –y toma de conciencia de la ciudadanía- de la tenencia vehicular municipal y algunos de sus autores, lógicamente, como es año electoral, iniciaron el cuestionado camino de la retractación.

En primer lugar, el gobernador del Estado, César Duarte, asumió ya públicamente lo que era una certidumbre más que extendida, legisla por encima del Poder Legislativo, y éste, sin ningún respiro, de inmediato asume lo que el gobernante resuelve, aún por encima de la legalidad vigente.

Pero si la mayoría gobernante asume parcialmente sus costos políticos en la creación del nuevo impuesto, la primera minoría, que es a su vez, la principal de las oposiciones, el PAN, nos ofrece un verdadero espectáculo vergonzante al declarar el coordinador de los diputados locales, Héctor Ortiz, que “está arrepentido” de haber creado tal engendro fiscal, y el líder estatal de ese partido queda en grave entredicho al declarar que los alcaldes emanados de su partido “no firmaron” la solicitud de crear la “tenencia municipal”.

Y las demás fuerzas políticas no existen, ni se asoman ¡Ah, qué pobreza de políticos

Es un verdadero galimatías lo realizado por la clase política chihuahuense.

Primero aprueban una “solicitud” de los alcaldes para resarcir a los ayuntamientos del gasto en pavimentación y mantenimiento de las vialidades, pero esa petición no pasa por la discusión de ni uno solo de los 67 cabildos -¿Se imagina usted, por ejemplo, cuánto recibiría Batopilas y cuánto gastará en mantenimiento de semáforos?-; luego, el Congreso aprueba una “ampliación” en el presupuesto de ingresos y de egresos ¡de todos los municipios –es decir, se asumió como cabildo estatal y modificó lo que es una facultad inicial de los ayuntamientos-, pero como los municipios en esta etapa de la vida pública de Chihuahua no tienen capacidades administrativas y siendo una contribución estatal, que cobra el gobierno estatal, éste la recaudará y se la entregará, íntegra, a los municipios y éstos, también de manera íntegra la gastarán en obras viales, y de ninguna manera en otras obras públicas, ni mucho menos -¡¿Cómo cree usted?- en gasto corriente.

Uff, como diría Erasto Olmos. Pero no para ahí el asunto.

Consciente de que se debe estimular el trabajo de los hombres del campo, propietarios de camionetas tipo pick up, sin importar el modelo y condiciones, al darse cuenta de la insensibilidad de los diputados locales, el gobernador ordena que se les cobre como si fueran autos y no como vehículos de carga, es decir, 300 pesos. En ese acto, el mandatario sustituyó al total de los ¡33 diputados!

¿Ya fue todo?

Por supuesto que no. Raudos y veloces, el presidente del Congreso y la diputada presidenta de la Comisión de Programación, Presupuesto y Hacienda Pública le dieron la razón al gobernante, y también sustituyeron al total de sus compañeros.

¡Viva la división republicana de poderes!

Y si la mayoría gobernante nos ofreció un inaceptable espectáculo, la principal de las oposiciones no le quedó muy atrás.

Héctor Ortiz, líder de los legisladores blanquiazules, lo hizo, dijo, para apoyar a los alcaldes panistas, pero “muy en el fondo” no estaba de acuerdo en que se cobrara una tarifa de 300 por auto y 450 por camioneta o camión. (Nota de Alejandro Salmón, El Diario, 3/I/12).

A su vez, el dirigente estatal panista, Mario Vázquez Robles, aseguró repetidamente que los alcaldes de su partido “nunca pidieron ese cobro”, pero ni uno solo de ellos ha ratificado tal declaración ¿No será que sí existen las firmas de los ediles?

¡Viva la alternancia partidaria ¡Viva la plena competencia electoral y el régimen de verdaderos partidotes políticos!

Y luego salen a pedir el voto, diciendo que ellos, todos, sí cumplen con sus promesas de campaña, y se desgañitan repitiendo una y otra vez que debemos, también todos, abatir al abstencionismo, verdadero peligro de la democracia, dicen, y algunos pensamos que no, que el peligro para México, parodiando a los ínclitos dirigentes empresariales del 2006, son algunos, quizá muchos, integrantes de la clase política mexicana.

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