domingo, 1 de enero de 2012

Nuevo año, esperanza infinita

El Diario, 1 de enero de 2012
Luis Javier Valero Flores
Al terminar el año es inevitable efectuar un balance, tanto en lo personal, como en lo colectivo, pero sobre todas las cosas, en uno y otro ámbito, siempre, se hace necesario plantearse las perspectivas del futuro inmediato y del mediato.
Si partiéramos de lo acaecido en Chihuahua un año atrás, sin duda debemos alegrarnos, nos fue mejor, así los índices en que mejoramos sean casi imperceptibles. De ese tamaño es la tragedia que vivimos a lo largo del 2010 ¡Cómo estaría para que nos sintamos mejor en 2011, a pesar de la caótica situación por la que atravesamos!
Pero una cosa es la percepción ciudadana, otra la realidad y una más la que las autoridades intentan difundir en la población. Todos saldremos ganando si todos nos convenciéramos que la llegada de la ola delictiva fue intempestiva, explosiva, extremadamente dolorosa y caótica, y que la disminución a las cifras previas a esta oleada homicida nos llevará años, muchos años y que lo peor será regresar a aquellas condiciones.
Si por lo menos la clase política actuara pensando, no en la siguiente elección, sino en función de la terrible tragedia que nos asola; que actuaran como auténticos responsables de la conducción del Estado mexicano y no en función solamente de la temporalidad con la que les tocó gobernar, podríamos pensar en una mejor aceptación de lo que nos espera a lo largo de esos años.
Y esa es la mala noticia, pueden disminuir algunas cifras delictivas, elevarse otras, pero el daño al tejido social es enorme y sus cicatrices deberán contarse por cientos de miles de víctimas, porque al número de caídos debemos sumarle la de sus deudos, la de los decenas de miles de secuestrados o extorsionados, los que sufrieron el robo de algún vehículo o en su negocio, además de los migrantes, que se cuentan por cientos de miles, y si se cree que exageramos nada más ubiquemos los huidos de Juárez, del Valle de Juárez y los de la franja ribereña fronteriza de Tamaulipas, amén de los que salieron de ciudades como Monterrey, Durango, Torreón, Gómez Palacio, Nuevo Laredo, Reynosa, Matamoros, etc.
Y es un largo etcétera.
Algo de tales altas y bajas de la incidencia delictiva ya hemos sufrido los chihuahuenses. Todas las estadísticas hablan de la disminución de las ejecuciones y de algunos otros rubros, con el aumento de otros y en lo general de una disminución, quizá menor a la informada en las últimas semanas por las autoridades, pero con toda seguridad sí la existe a juzgar por las expresiones ciudadanas.
No ocurre así en el país, particularmente en algunas zonas, en el que durante 2011 se elevaron las cifras de homicidios dolosos en un 11% respecto al período anterior, al presentarse 41 mil 833 entre octubre de 2009 y septiembre pasado, “según datos que el gobierno federal distribuyó exclusivamente a los gobernadores durante la sesión del Consejo Nacional de Seguridad Pública, celebrada en Palacio Nacional”. (Nota de Gustavo Castillo y Ángeles Cruz, La Jornada, 17/XII/11).
De acuerdo con esa información, de octubre de 2009 a septiembre de 2010 en Chihuahua se cometieron 3 mil 800 homicidios dolosos; en el siguiente período, de 2010 a 2011, el número de asesinatos disminuyó 12 por ciento, al registrarse 3 mil 344 casos. (Ibídem).
Pero la danza de las cifras ofrecidas por las instancias oficiales es un verdadero caos, cuya causa la ubicamos, probablemente, en la imperiosa necesidad oficial de edulcorar la situación, así sea solo en las estadísticas.
Las distintas dependencias oficiales nacionales ofrecen como resultados, en lo referente a homicidios relacionados con el crimen organizado, cifras poco superiores a los 40 mil, de ahí, por ejemplo, el recuento del portal La Opción de la capital del estado que hasta el 29 de diciembre informaba de 42 mil 438 en el actual sexenio. Sin embargo, el semanario Zeta, de la ciudad de Tijuana, y quizá uno de los medios de comunicación que desde tempranas horas inició el recuento e información de las cifras relacionadas con el narcotráfico, elaboró un trabajo que le llevó a la conclusión que en realidad la cifra es de 60 mil muertos por esta causa, lo que equivale a que casi una tercera parte de las muertes no están tomadas en cuenta en el recuento final. (Nota de Enrique Mendoza Zeta/Proceso 1832, 11 de diciembre de 2011).
Por desgracia, uno de los referentes de tales inexactitudes del mencionado semanario lo constituye la estadística de Chihuahua:
Así lo escribieron: “No todas las ejecuciones ocurridas en los estados están siendo registradas por el Sistema Nacional de Información, el ejemplo es el estado de Chihuahua: La fiscalía informó en noviembre 2011 que entre el 1 enero de 2008 y el 31 de octubre de este año sucedieron en Chihuahua 16 mil 456 homicidios dolosos, de los cuales 2 mil 543 ocurrieron en 2008, 4 mil 543 en 2009, 5 mil 898 en 2010 y 3 mil 466 durante los primeros 10 meses de 2011.
No bastante el Sistema Nacional de Información a través del Secretariado Ejecutivo sólo reporta 11 mil 588 homicidios dolosos: 2 mil 30 en 2008, 3 mil 156 en 2009, 3 mil 806 en 2010 y 2 mil 596 en los primeros 10 meses de 2011. Es decir, el Sistema Nacional de Información no da cuenta de 4 mil 868 homicidios dolosos. Sólo hay dos opciones: O la fiscalía de Chihuahua no reporta 100% de los muertos al gobierno federal o el Sistema Nacional de Información no registra la cantidad que las autoridades estatales le reportan.
De hecho, en la edición 1945 correspondiente a la semana del ocho al 14 de julio del 2011 Zeta dio a conocer que el 14 marzo de este año la Fiscalía General de Justicia (sic) del Estado de Chihuahua reportó 7 mil 209 homicidios dolosos ocurridos en 2010, pero en noviembre de 2011 sólo reconoció que en 2010 ocurrieron 5 mil 898. Es decir, mil 311 homicidios dolosos no son reconocidos por la misma institución.
“Entonces, si la Fiscalía General de Justicia del Estado de Chihuahua no reconoce mil 311 ejecuciones, más 4 mil 868 que no reporta el Sistema Nacional de Información, resulta que por lo menos 6 mil 179 cadáveres son desconocidos por ambas instituciones. Lo único que informó en noviembre último la Fiscalía General del Estado de Chihuahua fue la cantidad de 9 mil 604 homicidios dolosos relacionados con la delincuencia organizada: mil 024 en 2008, mil 976 en 2009, 4 mil 138 en 2010 y 2 mil 466 durante los primeros 10 meses de 2011”.
El periodista informó que a lo largo de todo el año 2011 solicitó una entrevista con el Fiscal General, Carlos Manuel Salas. No se la han otorgado, igual sucedió con el escribiente quien la ha solicitado, tanto para las colaboraciones editoriales, como para la revista Aserto.
Informar correcta y oportunamente de las cifras delictivas es oportunidad de mejoramiento de la seguridad pública, actuar con transparencia significa mejorar ostensiblemente la administración pública y en esta materia aún más pues la confianza ciudadana en las instituciones es cardinal, y si esta no se construye con veracidad, la realidad golpeará en la línea de flotación la credibilidad ciudadana y no habrá la cooperación necesaria para atacar a la delincuencia.
Y esto es fundamental, máxime que en los últimos días se han empezado a difundir distintas informaciones en el sentido que la disminución de la ola homicida alcanzó cifras de hasta el 35%, que no reporta, por ejemplo, el mencionado portal La Opción, cuyas cifras no concuerdan, ni con las informadas recientemente por el Gobernador del Estado, César Duarte, (Nota de Flor Holguín, El Diario, 29/XII/11) ni con las del semanario mencionado, ni con las reportadas a los gobernadores en su última reunión.
El gobierno de Chihuahua le apostó al aumento de la severidad de las penas y aparentemente, por lo menos en sus números, las cosas han mejorado, ojalá así sea para bien de todos nosotros, pero las autoridades debieran ser más cautas al momento de lanzar las campanas al vuelo, no hay, hasta el momento, parámetros que nos demuestren que tal política en materia penal ha incidido en esa disminución.
Antes bien, podríamos apostarle –ojalá así fuera- a que las detenciones de los reales delincuentes han aumentado.
Eso quisiéramos creer, eso esperamos del 2012.
Por lo pronto, ¡Feliz Año Nuevo!
asertodechihuahua@yahoo.com.mx
Blog: http://luisjaviervalero.blogspot.com

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