martes, 17 de abril de 2012

Calderonlandia

El Diario, 17 de abril de 2012
Luis Javier Valero Flores
Lanzados a la Internet como si fueran correos enviados por la ciudadanía común y corriente, sin liga alguna con los partidos, sus candidatos y sus campañas electorales, circulan una gran cantidad de mensajes enviados por correo electrónico en lo que es, sin duda, el inicio de la muy incisiva campaña del PAN, pletóricos de mentiras que, bien engarzadas llevan al común de los receptores de tales mensajes a concluir que contienen grandes verdades acerca de los logros de los gobiernos emanados de este partido y que los comparan tendenciosamente con los resultados de las administraciones emanadas del PRI, cometiendo el error de ubicar a los gobiernos de Lázaro Cárdenas y Manuel Ávila Camacho, como si hubiesen sido, también, de este partido.

La primera mitad del mensaje hace un comparativo entre la deuda externa heredada por los gobiernos priístas, la inflación y el tipo de cambio con el dólar al final de cada administración y se ufanan de que México “tiene hoy las más grandes reservas (en dólares) en 70 años y sin deuda externa”.

Ahí se encuentra la primera de las mentiras, el país que dejará Calderón será uno en el que el crecimiento de la deuda pública superó los 5 billones 473 mil 698 millones de pesos al término de 2011, con un incremento de 168 por ciento durante los 11 años de gobiernos federales surgidos del Partido Acción Nacional (PAN), según informes divulgados por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

Asimismo, se ufanan de que la inflación, en el gobierno de Vicente Fox, fue del 4% anual y de haber llevado a contar con las mayores reservas en dólares ¿Y? Lo mejor de tales alegatos se encuentra en la defensa del actual sexenio. Dicen que ahora existe libertad absoluta en prensa, radio y TV, como si lo existente fuera gracias a estas administraciones y se olvidan del “decretazo”, es decir, la entrega a Televisa del tiempo del Estado, de las numerosas concesiones otorgadas a las empresas monopólicas de la radio y la televisión.

Dicen que ya hay “equidad de los tres poderes de la unión (ya se discute el presupuesto, por ejemplo) y para nada recuerdan las presiones de Calderón sobre los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en el caso de Florence Cassez y en el de la discusión de este organismo acerca de la ley para desenlazar el aborto en el DF y la de la que permitió el matrimonio y la adopción de infantes por homosexuales, sin contar la infinidad de episodios en los que la injerencia de la Presidencia de la República ha sido violatoria del marco legal; eso, sin contar que hasta el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ha decretado la indebida intromisión de Calderón en los procesos electorales.

Luego se enorgullecen (del mismo modo, como si fueran acciones efectuadas por el gobierno de Felipe Calderón) de que México pagó “TODA su deuda con el Fondo Monetario Internacional” y no informan que dejamos de tener deuda con el organismo internacional para adquirirla con la banca comercial extranjera ¡Nomás

Luego, en ese mismo orden de ideas, destacan la creación del Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI) como un logro del ¡PAN, porque ahora, en esta concepción patrimonialista, eso permite la “rendición de cuentas”. Sólo recordémosles que el penúltimo secretario de Educación, Alonso Lujambio, saltó de la presidencia del IFAI a ese cargo, funciones ocupadas en las que, por supuesto, nada contó la amistad con Calderón.

Pero sintámonos más sanos, el colmo, ahora el “cigarro y el alcohol ya no se anuncian por televisión. ¿Se han fijado?” No, po’s sí. Y luego, seguramente que jamás habrán pasado a recibir atención médica en las instituciones gubernamentales (no todas, por supuesto, hay excepciones) pues sostienen que el Seguro Popular otorga “un servicio eficiente y más barato, sin gastar en infraestructura con burócratas adicionales”.

Cansinamente repiten una letanía: No estamos peor que cuando el gobierno… “mataba estudiantes (‘68 y ‘71)”… “mataba a los periodistas (recuérdese el caso Buendía) o cerraba publicaciones que sacaban a la luz sus robos y sinvergüenzadas (Excélsior, Loret de Mola, Impacto, etc., etc.)”, sin que exista a lo largo de ese texto la menor crítica, o una referencia menor a alguno de los temas en los que el gobierno de Calderón hubiese fallado. Nada, todo lo contrario, en este sexenio, al igual que los precedentes de los priístas y de Vicente Fox, todo en México funciona a la perfección, no tenemos problemas, ya no hay casas con piso de tierra, no hay desempleados, los jóvenes ya no emigran, cada día hay menos pobres, etc.

Calderonlandia, pues.

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