viernes, 30 de septiembre de 2011

Informes

El Diario, 29 de septiembre de 2011
Luis Javier Valero Flores
No podíamos faltar a la cita. Cada año, desde la aprobación de la confusa y medrosa legislación que norma la presentación de los informes de los gobernadores de Chihuahua ante el Congreso del Estado, se presenta la misma, casi idéntica discusión: Que si el gobernador asiste o no a la entrega del informe; que si toma la palabra o no y si los representantes de las fuerzas parlamentarias ahí acreditadas hablan “ante la presencia del gobernante”, o no.
Lo explicamos. La reforma constitucional aprobada por el Congreso del Estado, cuando el PAN fue mayoría absoluta, en el período 1992-1995, contenía dos opciones para tal efecto: Una, la simple presentación del informe, sin mensaje del gobernador y, dos, la que ahora trascribimos, cuyo texto es prácticamente semejante al de la Ley Orgánica del Poder Legislativo:
“ARTICULO 55. A la apertura del primer período ordinario de sesiones concurrirá el Gobernador del Estado, quien presentará un informe por escrito en que manifieste el estado que guarda la administración pública. Si el Gobernador le da lectura, el Presidente del Congreso le contestará en términos generales y un representante de cada grupo parlamentario podrá hacer comentarios generales en torno al mismo una vez rendido aquél y dentro de la misma sesión. El desarrollo de la intervención de dichos representantes se regulará en la ley orgánica del Congreso”.
A su vez, la norma legislativa indica en qué orden deben hablar los representantes parlamentarios.
Pues bien, todos los años debemos debatir tal asunto, sólo porque la mayoría panista de aquel entonces no se atrevió a desafiar a la tradición presidencialista y en lugar de dejar muy claramente establecido un ritual más republicano, esto es, que el gobernante informe y los grupos parlamentarios y el Presidente del Congreso realicen comentarios muy generales acerca del contenido de lo informado, dejaron abierta una puertita, que luego se convirtió en tremenda puertota en todo el país, para que a los titulares del Poder Ejecutivo, en todos los órdenes de gobierno, no los alcanzaran las frases polémicas de la oposición y así, en lugar de atenuar el presidencialismo, salió más fortalecido pues los gobernantes entregan –o mandan a su secretario de gobierno, o de gobernación- a entregar el documento al Congreso y luego se echan en brazos de los suyos –y algunos no tan suyos, pero sin facultades ni oportunidad para cuestionar al gobernante- en lo que fue catalogado por los priistas de entonces, en tiempos del panista Francisco Barrio, de actos “faraónicos”.
A partir de entonces, salvo excepciones, es el mismo ritual. El gobernador de Chihuahua (cualquiera que este sea) entrega el informe y se va a “informar” a la sociedad, ya no en un solo evento, sino en varios. Presidencialismo puro.
Pero en los últimos años, sobre todo en la parte final del gobierno de Reyes Baeza, se recurrió a otra chicanada (por aquello de darle vuelta a la ley, dicen, sin violarla), esto es que el gobernador “escuchaba” las intervenciones de los representantes de los grupos parlamentarios y luego daba un mensaje, ahí en el Congreso.
La ley es muy clara, primero habla el Gobernador y luego los grupos parlamentarios. Por una razón muy sencilla, porque, se supone y eso es lo legal, los diputados representan a todos los chihuahuenses y eso es más que la suma de todos los asistentes a los eventos regionales celebrados con motivo de la presentación del Informe del Gobernador de Chihuahua.
Decía el connotado ideólogo ¡del PRI! Don Jesús Reyes Heroles, a quien dicen respetar tanto los militantes de este partido, que “en política, la forma es el todo”.
Y si estamos ante la inminencia del regreso de ese partido –dicen sus integrantes y algunos más allá de tales siglas- a Palacio Nacional, debieran mostrarnos que empiezan a abandonar tales formas, que en mucho fueron la causa de su derrota en el 2000.
El presidencialismo autoritario, aquel que no admitía quejas, interpelaciones, cuestionamientos ni posturas críticas, porque, así lo dijo una de sus presidentas nacionales, María de los Angeles Moreno, no es un diálogo “entre pares” y que motivó la histórica frase de Porfirio Muñoz Ledo a Ernesto Zedillo -“Vos es más que cada uno de nosotros, pero todos nosotros somos más que vos”-, no debe regresar, y eso se demuestra hasta en el más modesto de los ayuntamientos, ya no digamos en el Estado Grande.
Correo electrónico: asertodechihuahua@yahoo.com.mx
Blog: http://luisjaviervalero.blogspot.com

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