lunes, 15 de febrero de 2016

Ríspido inicio de precampañas

Mega Radio, Juárez, 15 de febrero de 2016
Luis Javier Valero Flores
No podía ser de otra manera, el arranque de las precampañas -sobre todo de los precandidatos de los dos más importantes partidos en la entidad, PRI y PAN- fue como lo imaginaba la mayoría de quienes le dan seguimiento a los asuntos públicos.
En tanto, el aspirante priista, Enrique Serrano, buscó cambiar su imagen del político serio, extremadamente formal y frío, por el del candidato jovial, “alivianado”, incluyendo hasta pasos de baile al estilo duartista, y deslindarse, desde ese primer acto, del gobernador de Chihuahua; en tanto, el del PAN, Javier Corral hizo gala de lo que mejor hace, un durísimo discurso en contra del actual gobernador, César Duarte, y del precandidato priista, al que señaló como “marioneta” del mandatario.
Serrano, en el acto oficial de arranque -el de los jóvenes, en la sede del Comité Estatal- al estrenar su nueva faceta, tuvo un mediano éxito, con los suyos, no pueden esperarse semejantes resultados cuando enfrente al electorado no identificado con el priismo.
Por otra parte, como se esperaba, prácticamente desde el primer día, el gobernador Duarte se “subió” a la contienda. Lo hizo para dar respuesta a Corral y para darle un pequeño “desconocimiento” al gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez (El Bronco), con motivo del motín del penal de Topo Chico, que se puede explicar, porque de otro modo es inexplicable que el gobernador de una entidad critique tan seriamente a otro, porque una parte del equipo hacedor de la imagen de José Luis Barraza (El Chacho) es el del regiomontano.
Duarte le dijo al Bronco: “Hay que tomar el toro por los cuernos, dejar la publicidad y ponerse a gobernar’’.
Pero el de Nuevo León lleva, apenas, 4 meses en el gobierno, en cambio, una de las masacres más salvajes ocurridas en el penal de Juárez, con un saldo de 17 muertos, ocurrió en julio del 2011, cuando César Duarte llevaba, ya, ¡9 meses! en el gobierno.
A su vez, Javier Corral, en un durísimo discurso, en Chihuahua, develó a grandes rasgos lo que será el eje de su campaña, una demoledora crítica al Gobernador César Duarte, responsable, dijo, de haber llevado a que el “cinismo se enseñoree en Chihuahua” y enfatizar en lo que hasta ahora ha sido el tema central: “Le llegó la hora a César Duarte”, al que promete, lo llevará a la cárcel por ser el “corrupto más corruptor en la historia de Chihuahua”.
Ante esas frases, repetición de las que había expresado desde el momento en que se anunció su precandidatura, el gobernador Duarte reaccionó agresivamente: “Yo sólo sé que los hermanos de Corral son narcotraficantes”.
Ante ello, cabe preguntarse ¿Los hechos de los hermanos del aspirante panista le pueden ser imputados? ¿O el gobernador de Chihuahua sabe de actividades ilícitas de Javier Corral? ¿Por qué no lo denuncia, como es su obligación?
Algunos pensábamos que Enrique Serrano sería obligado por la dinámica de la campaña, allá por el primer mes de la campaña, probablemente en la segunda quincena de abril, a deslindarse de Duarte, nunca pensamos que lo intentara en el mismísimo primer día de la precampaña. El nombre del gobernador no fue mencionado, salvo cuando expresó que “no necesité hacerle la barba a nadie”, para llegar hasta ese lugar.
No estoy bajo la sombra de Duarte, dice Serrano: “Es mi amigo, pero no es cierto lo que dicen, no estoy bajo su amparo ni bajo su sombra”.
 Su problema estriba en la credibilidad que alcance en los sectores de votantes no plenamente identificados con el PRI.
¿Será el continuismo sin continuidad?
En tanto, enfrente, la euforia fue el principal signo del evento panista, con la presencia del dirigente nacional, Ricardo Anaya. 

No se trató, como muchos lo piensan, que el panismo haya cerrado filas alrededor de Corral, sólo porque “son políticos” o porque “no les queda de otra”, no, el arranque de Corral mostró a un panismo por primera ocasión con sonrisas de satisfacción de todos, de todas las corrientes.

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