lunes, 26 de octubre de 2015

Que pidan licencia todos

MegaRadio 860,  Juárez,  26 de octubre de 2015
Luis Javier Valero Flores
En la primera conferencia de prensa, ofrecida por el Gobernador del Estado, César Duarte, que otorgó luego de la segunda cirugía a la que se le sometió a consecuencia del accidente en el helicóptero, con una convocatoria extrañamente restringida de los reporteros invitados, abordó, en un tono picaresco que arrancó las risas de sus interlocutores, algunos de los aspectos relacionados con la sucesión gubernamental que debieran formar parte de la discusión, no sólo de la clase política y sus partidos, sino del conjunto de la sociedad y que versan, también, sobre el papel de los medios de la comunicación y su relación con el poder.
No son asuntos menores.
El gobernador señaló que los funcionarios estatales que deseen contender en las elecciones del 2016 deben dejar sus cargos. Que los aspirantes deben esperar a enero, cuando se abra el registro y a que “en los primeros días de febrero se defina quién será el candidato o candidata”. (Nota de  Orlando Chávez, El Diario Chihuahua, 19/X/15).
Si bien la información aparecida fue extremadamente escueta, se puede colegir que el tema de la postulación del candidato de su partido acaparó la mayor parte de su atención y de los entrevistadores a tal grado que cuando se refiere a los aspirantes no se refiere al total de ellos, sino solamente a los de su partido.
En ese sentido, llega, incluso, al grado de precisar fechas de lanzamiento de la convocatoria del PRI para designar a su candidato de tal manera, dijo, que “el que se pare de manos no hace más que pararse de manos”, expresaría, en el giro  usado para imprimirle a sus expresiones.
Cosa semejante haría en el otro aspecto que más concita la atención, el de las condiciones de equidad en la contienda, algo que han reclamado Víctor Valencia de los Santos, Lilia Merodio y Marco Adán Quezada: “Si quieren piso parejo que se lo pidan a los albañiles, yo no pongo pisos”.
Y en el lenguaje críptico usado por la clase política, criticó a algunos por haber perdido “la brújula, porque los tiempos y la dinámica que hemos visto es diferente a la de hace seis años”.
Bueno, pues el problema que padecemos es que prácticamente todos los aspirantes priistas han resuelto aprovechar estos momentos y desplegar una intensa actividad, lo que se les agradece pues nos ofrecerá la oportunidad de apreciar, de mejor manera, su entramado mental, sus proyectos, sus concepciones acerca de muchos aspectos, y no sólo los derivados de los discursos, sino, fundamentalmente, de su actividad política, concebida esta no solamente por su paso por las dependencias, cargos, encomiendas, sino, también, en el modo en que buscan, por ejemplo, agenciarse las simpatías del electorado.
La objeción estriba en que casi todos lo hacen utilizando los recursos generados por el desempeño de sus cargos públicos y ahí es en donde cae en terreno fértil lo dicho por el mandatario.
Nos la deben fundamentalmente los priistas a los chihuahuenses; y no solamente los priistas. Si hablan de que son tiempos modernos, con políticos modernos, de última generación ¿Porqué actúan igual que en el pasado?
¿Porqué no piden licencia a sus cargos, todos?
La lista es larga: Las senadoras Graciela Ortiz y Lilia Merodio; los diputados  federales Juan Blanco, Gustavo Madero y Javier Corral; los alcaldes Javier Garfio (Chihuahua), Enrique Serrano (Juárez), Heliodoro Juárez (Cuauhtémoc) y Jaime Beltrán (Delicias); y los funcionarios Víctor Silva (Sedeso federal) y Héctor Murguía (Gobierno de Chihuahua).
Podrán argüir sus defensores. Dirán que en otros países los aspirantes no se separan de sus cargos gubernamentales.
Tienen razón, la diferencia está en que aquí hasta el último centavo y el último de los recursos gubernamentales, puestos bajo su custodia o ejercicio, es utilizado en las actividades proselitistas.

Cambiar, sobre todo para los priistas, implica dejar atrás su pasada, y muy pesada, herencia patrimonialista.

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