jueves, 15 de octubre de 2015

Una muy buena, los taxímetros

El Diario, 15 de octubre de 2015
Luis Javier Valero Flores
Entre todos los conflictos sociales, unos mayores que otros, desatados en las últimas semanas, especialmente en la capital del estado, por fin aparece una buena noticia, merecedora de una reflexión, antes de que sea demasiado tarde. El de la instalación del taxímetro obligatorio para antes del fin de año.
De acuerdo con el proyecto de la Dirección de Transporte del Estado, a finales del mes de diciembre, los taxis en la ciudad de Chihuahua deberán utilizar taxímetros, así, los mil 170 vehículos deberán contar con taxímetro en 2016.
Semanas atrás, el alcalde juarense, Enrique Serrano, había externado su simpatía por la adopción de tal medida (deberemos recordar que en Juárez, a diferencia de la capital, el departamento de Tránsito está bajo la tutela del municipio, como debe ser), porque, dijo, “… el sistema de taxis en Juárez se ha quedado muy atrasado en comparación a las condiciones que se ofrecen en otras ciudades”. (Nota de Juan de Dios Olivas, El Diario de Juárez, 20/IX/15).
A diferencia de Juárez, en Chihuahua ya se habla de la tarifa del “banderazo”. La ubican en los 8 pesos y aún no se define la tarifa por kilómetro. Ahí está el problema.
Si las quejas de la población por el servicio en la capital del Estado Grande son innumerables y fundadas, las de los usuarios del antiguo Paso del Norte son inconmensurablemente mayores. La razón se ubica en la calidad del servicio prestado en una y otra ciudad, tanto en el acceso a las unidades y la calidad de éstas. 
Pero en ambas, la coincidencia estriba en el elevadísimo costo. Cobran como si fuera el servicio de taxi de los aeropuertos, sin que los modelos se acerquen, así fuera de lejos, al año que vivimos.
Ciudades aprovechadas en la principal “ventaja” que tenemos -la extensión- sus poblaciones se ubican en las de menor densidad poblacional de urbes semejantes.
En tales condiciones, el transporte urbano es uno de los peores en el mismo rango de ciudades; presos de una poderosa burocracia sindical, los habitantes de Juárez y Chihuahua han padecido una de las peores lacras de las urbes modernas, el transporte urbano, en sus dos vertientes, la del transporte urbano colectivo y la de los taxis.
La intención de fijarles taxímetros a los taxis, por lo menos la más seria, proviene del sexenio de Reyes Baeza. En él se prometió que antes del término de ese gobierno se contaría con tal servicio. Quedó en promesa, los señores del transporte se opusieron -como a tantas otras cosas- y los señores del gobierno les obedecieron.
Hoy parece que el intento puede cristalizar, es una necesidad impostergable, sobre todo ante el evidente atraso del transporte colectivo; abaratar el servicio de taxis -cosa que se puede lograr con esa medida- puede llevar al mejoramiento del total del servicio, como sería la adquisición de unidades nuevas (por ejemplo, Ford, aprovechando que una de sus principales fábricas de motores se encuentra en la ciudad de Chihuahua, que fabricará, a mediados del año próximo, un millón de motores al año) a través de esquemas como los realizados en la ciudad de México en la que el gobierno financió la compra, o por la concreción de un plan con las plantas armadoras a fin de que pudieran propagandizar en los taxis, por ejemplo, el lema de “Juárez (o Chihuahua), la ciudad de x marca automotriz”.
Pero todas las buenas intenciones se pueden perder si al fijar la tarifa por kilómetro, en la práctica, el costo del servicio se equipara al de la hora presente. No debiera ir más allá de los 5 pesos por kilómetro.
Debe fijarse una tarifa que abarate sensiblemente el servicio, la que, paradójicamente, le podría rendir mayores dividendos a los taxistas pues si la abaratan, un mayor número de usuarios haría uso del servicio; transitarían, por tanto, menos tiempo sin clientes a bordo, se ocuparían más tiempo y obtendrían mayores utilidades.
Los usuarios saldrían ganando con la prestación de un servicio más eficiente y más barato… si nos dejan las cúpulas sindicales que controlan el transporte urbano y a las que, todavía, los gobernantes y dirigentes del partido en el gobierno, les creen todo acerca de su inmenso “control” sobre sus agremiados y los rendimientos electorales que, dicen, les generan.
No es cierto, y las pruebas se encuentran en prácticamente todos los procesos electorales de los últimos 20 años, los chihuahuenses (la mayoría de quienes van a votar) aprendieron a ejercer su voto sin que tuvieran la tutela de los caciques sindicales.

asertodechihuahua@yahoo.com.mx; Blog: luisjaviervalero.blogspot.com; Twitter: /LJValeroF

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