jueves, 30 de julio de 2015

¿Quién designará al candidato del PRI?

Megaradio, 27 de julio de 2015
Luis Javier Valero Flores
Un hipotético acontecimiento ocupa la atención de la clase política chihuahuense, en especial a la gobernante. Le llama la atención, también, a una parte de la sociedad: La de que el Gobernador Duarte podría irse a la administración federal o dirigir al PRI nacional.
Nadie puede descartar que tales movimientos se dieran, sólo Peña Nieto y algunos de sus colaboradores más cercanos lo saben. 
Solo hasta que Manlio Fabio Beltrones alzó la voz para decir que le interesaba la presidencia del partido se filtró a la prensa que un grupo de gobernadores estaban impulsando al de Chihuahua.
Sin embargo, en el evento priista del sábado, la segunda mayor ovación se la prodigaron a Beltrones en tanto que a Duarte no lo mencionaron.
Ese hecho no determinará la decisión de Peña Nieto.
¿Permitirá el Grupo Atlacomulco que otro priista, ajeno a ellos, dirija el partido, precisamente cuando se van a dirimir aquellas gubernaturas el próximo año y alrededor de 7 en 2017? ¿Lo permitirá, de cara a la elección presidencial del 2018?
Lo más probable sería que designaran a alguien de las confianzas del presidente Peña, o en el extremo, a algún priista que no se le identifique con grupo alguno y, a la vez, sea de las confianzas de los grupos, por ello se menciona al Secretario de Sagarpa, el ex gobernador coahuilense, Enrique Martínez.
¿Ante lo anterior, más allá de las filias y las fobias de cada ciudadano, tiene posibilidades el gobernador Duarte de alzarse como el “segundo” priista del país?
Son pocas, pero el priismo es muy predecible, es probable que en la negociación -que necesariamente deberán realizar todos los grupos- se hablara de “abrirle” otros espacios en el gobierno federal o en la estructura partidaria, pero en el aire estaría la necesidad, para el PRI, de procesar con éxito la designación del candidato a gobernador de Chihuahua.
¿Quién designará al candidato del PRI en Chihuahua?
Por lo menos para Chihuahua, a falta de presidente de la república para designar, han sido los dirigentes nacionales quienes lo han hecho. Ahora es priista quien ocupa Palacio Nacional.
Si tales elucubraciones son correctas, entonces tiene sentido el elevado activismo de los aspirantes priistas.
Por un lado, el Gobernador Duarte “placea” en cuanto acto político puede a los alcaldes Enrique Serrano y Javier Garfio, de Juárez y Chihuahua, respectivamente, al presidente magistrado, José Miguel Salcido y al nuevo funcionario de su gabinete, el ex alcalde juarense, Héctor Murguía.
A su vez, las senadoras Lilia Merodio y Graciela Ortiz y el ex alcalde capitalino, Marco Adán Quezada, han expresado claramente sus pretensiones. Merodio y Quezada han agregado, además, su exigencia a fin de que sea una contienda “pareja”. 
Pero ninguno de ellos, ninguno, ha dicho que sería buena una elección interna por la militancia de su partido; todos le apuestan a que su presencia, su pasado y su activismo les lleve a ser designados por la dirigencia de su partido, y más en concreto, por el Presidente Peña Nieto.
Si la decisión recayera en el Gobernador Duarte, aparentemente llevaría ventaja Enrique Serrano, es al colaborador que más responsabilidades políticas le ha otorgado. Javier Garfio, por su parte, ha sido el suplente de Duarte en la diputación y ha sido uno de los apoyos más sólidos a lo largo de su trayectoria de los últimos años.
Si el PRI decidiera por la priista más cercana a Peña Nieto, optaría por Graciela Ortiz. Merodio pareciera ser la que menos apoyo tendría en los primeros niveles del priismo nacional.
Quezada tiene varias ventajas. Pertenece al grupo que más cerca está de los mexiquenses, gracias a las relaciones del ahora embajador Fernando Baeza, y la cercanía de Reyes Baeza con Osorio Chong le da invaluables ventajas, amén de que, por lo menos en la capital, cuenta con un muy extendido apoyo del priismo de base, lo que hace pensar a más de uno que, a querer y no, encabeza a los priistas inconformes con el gobernador Duarte.

En ese orden de cosas, las posturas y hasta la eventual candidatura de alguna de las senadoras podría darse en la búsqueda de atemperar las encontradas posiciones del baecismo y el duartismo, los dos principales grupos priistas de Chihuahua, aunque aún falta ver si el duartismo existirá fuera del gobierno.

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