jueves, 30 de julio de 2015

Autodefensas en el Valle

El Diario, 30 de julio de 2015
Luis Javier Valero Flores
Son de no creerse las posturas de la élite dirigente del país. Contra todas las declaraciones del grupo gobernante, en el actual sexenio se han presentado más homicidios, en promedio diario, que en el sexenio de Felipe Calderón.
Descalificadas por la realidad, las declaraciones de los funcionarios gubernamentales, que pregonan la disminución de los homicidios como resultado de las políticas aplicadas, los repuntes de este fenómeno delictivo llevan a la población a la desesperación y a la instrumentación de medidas de ese tipo.
Así, ante la desaparición de cualquier institución que garantizara la seguridad pública en Michoacán, los habitantes de distintas poblaciones se armaron.
Las consecuencias fueron variadas, algunas de las autodefensas devinieron en grupos criminales; en otras se refugiaron en su seno algunos de los elementos de los grupos criminales; otras se mantuvieron en legítima defensa de las poblaciones y otras más fueron legitimadas por las autoridades federales.
Días atrás, ante la persistente ola homicida existente en el Valle de Juárez, que llegó hasta el asesinato del jefe de la policía municipal de Guadalupe Distrito Bravos, algunos habitantes de ese municipio mencionaron la posibilidad de la creación de autodefensas en la zona.
De inmediato recibieron una más que contundente y desproporcionada respuesta del jefe militar de la región, el General Vicente Antonio Hernández Sánchez: “Si los residentes de los poblados del Valle se quieren armar y crear grupo de autodefensas, se van a topar con una reacción inmediata del Ejército, que no les va a permitir actos de anarquía”. (Nota de Lapolaka, 28/VII/15).
¿Por qué los residentes del Valle de Juárez no han observado una conducta militar semejante en el combate a los delincuentes, que han tomado el control de la zona hace años?
Tal respuesta se dio al término de una reunión, celebrada en la Guarnición Militar, motivada por el anuncio de la creación de las autodefensas, con la participación del Delegado de la Procuraduría General de la República (PGR) César Augusto Peniche; el Comandante César Omar Muñoz; el jefe local de la Policía Estatal Ricardo Realivázquez; los comisarios de la Policía Federal, Centeno Guadiana y Teófilo Gutiérrez, y los Presidentes Municipales Gabriel Urteaga Núñez y Rodrigo Acosta, de Guadalupe Distrito Bravos y Praxedis G. Guerrero, respectivamente.
Los métodos estadísticos mundiales no lo recogen, debido a que la incidencia homicida sólo es tomada en cuenta en poblaciones superiores a los 100 mil habitantes, pero en estos dos municipios la incidencia llegó a ser superior a los 600 por cada 100 mil habitantes en lo peor de la ola homicida y, de poblaciones ligeramente superiores a los 12 mil habitantes, ahora sólo quedan alrededor de 2 mil.
Bueno, pues ante el anuncio de algunos de esos extraordinarios habitantes del Valle de Juárez se originan tan extraordinarias amenazas ¿Quién le otorgó a los militares, en este caso al Gral. Hernández Sánchez, la facultad de enfrentar a los habitantes de Guadalupe DB? ¿Cuándo le otorgó el Gobierno y el Congreso de Chihuahua facultades para acometer tal tarea? ¿Acaso no saben que aún existe -así sea letra muerta en muchos casos y en muchos lugares- la legalidad y el Estado de Derecho?
No somos “primerizos” en esto de los excesos de los militares, no hace mucho el Gral. Juárez Loera se dio el lujo de espetarnos, frente a todas las autoridades civiles de Chihuahua, incluido el entonces gobernador José Reyes Baeza, que su mazo era la orden de cateo. 
Los resultados fueron terriblemente sangrientos. A pesar de la permanencia de casi 10 mil efectivos militares en el estado sufrimos la peor ola homicida, superior a los decesos de la Revolución Mexicana porque en ésta se dieron en el marco de una guerra civil y en aquella al amparo de un supuesto y maltrecho Estado de Derecho.
No hace mucho -desgraciadamente en la memoria sucede lo contrario- que Josefina Reyes, asesinada vilmente, encabezaba las multitudinarias protestas de los habitantes de Guadalupe DB -que llegaron al grado de apedrear los camiones militares repletos de aparatos y enseres domésticos robados por las tropas- en contra del saqueo que realizaban en las ya de por sí golpeadas zonas del Valle juarense.
No, no son amenazas como la ahora señalada las que debemos recibir, sino los resultados efectivos en el combate a la inseguridad que necesitamos.
Pero, después de la “salida” del Chapo Guzmán ¿Qué podemos esperar?

asertodechihuahua@yahoo.com.mx; Blog: luisjaviervalero.blogspot.com; Twitter: /LJValeroF

No hay comentarios:

Publicar un comentario