lunes, 29 de junio de 2015

Rectificación y reforma electoral

Luis Javier Valero Flores
Mega Radio 860 (Cd. Juárez), 29 de junio de 2015
El día de hoy se presentará en el Congreso del Estado la iniciativa de reforma electoral, dentro de lo que la semana anterior denominaron pomposamente como “la reforma de Estado” que necesitaba Chihuahua.
Como todos los asuntos importantes que han aprobado, lo hacen sin la menor participación de la sociedad, no importan los chihuahuenses para los integrantes de la actual legislatura. No se distinguen mucho de sus antecesores.
Uno de los temas centrales de la discusión política, el de la minigubernatura, ha sido descartado por el Gobernador César Duarte. No podemos cantarlo aún como una respuesta sensible ante el reclamo de varios sectores de la sociedad chihuahuense, al parecer responde a otra motivación, por desgracia.
En el curso de la semana anterior aumentaron las informaciones en el sentido de que el Gobernador César Duarte solicitaría una licencia a fin de incorporarse al gobierno federal. Se dice que lo han propuesto un grupo de gobernadores para dirigir al PRI nacional. Según las informaciones, uno de los principales impulsores de Duarte es Eruviel Avila, mandatario del EdoMex.
Interrogado, Duarte dijo que no era el indicado para anunciar si se iría del gobierno, que eso le correspondía a “otras instancias”.
Si esto es así, nos explicaríamos, entonces, que las presiones contra la minigubernatura para quitarla de la discusión no provinieron de los chihuahuenses sino de las necesidades de la clase política.
Ahora bien, si Duarte no asume un cargo federal o partidista, entonces sí podrá valorársele haber quitado de la escena política un asunto extremadamente controversial, máxime que él había sido uno de los promotores de la reforma realizada en 2012 que dió origen a la gubernatura de 5 años.
Y eso, en el supuesto que la decisión proviniese de él, y no, como algunos pensamos, del gobierno de Peña Nieto.
La candidatura de Duarte al PRI nacional, con el apoyo de Emilio Gamboa  Patrón, líder de los senadores priistas, denotaría que se enfrentarían a Manlio Fabio Beltrones por la presidencia del PRI, teniendo como telón de fondo la disputa presidencial del 2018.
De ahí que si Duarte se va, será por indicación de Peña Nieto y entonces deberá cederle a éste toda la preeminencia en la designación del candidato de Chihuahua. Duarte no decidirá pero sí influirá.
Todo lo anterior es muy importante para la clase política, ¿Pero en qué beneficia a la entidad que su gobernador, elegido por una mayoría, abandone el cargo para ir a desempeñar tareas de su partido, que por muy importantes que sean no lo son respecto del mandato que la ciudadanía le otorgó?
¿Qué hará el sustituto? ¿Continuar los planes y programas en marcha o, simplemente, preparar la maquinaria gubernamental para afrontar la elección de gobernador?
Y todo lo anterior en medio de la discusión y aprobación de la reforma electoral, justamente cuando los tiempos y movimientos de los priistas se aceleran y que al llegar a la mitad del año pareciera que, si por Duarte fuera, el elegido sería el alcalde juarense, Enrique Serrano.
No todo está dicho, la sorpresiva inclusión de Héctor “Teto” Murguía en el gabinete, demuestra que deberá contarse con él al momento de la designación del PRI. 
Aparentemente, el gobernador Duarte emprendió el camino de la cicatrización al interior de su partido, está obligado, los resultados de la elección pasada arrojaron un retrato muy cercano a la realidad de las fuerzas priistas en Chihuahua. Los Baeza sacaron adelante el triunfo en Delicias con Tony Meléndez y los equipos de Teto Murguía en los distritos 2 y 3 de Juárez.

Sin acuerdo entre ellos difícilmente triunfará el candidato priista el próximo año, de ahí la pretensión de ponerle candados a los candidatos independientes y de bajarle el piso a los partidos menores, los necesitan como nunca.

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