domingo, 19 de mayo de 2013

El PAN ¿única oposición?

El Diario, 19 de mayo de 2013 Luis Javier Valero Flores Parecía que la estrategia del actual grupo gobernante, en materia electoral, era inexistente. No lo es. Analizada fríamente arroja, nítida, la pretensión de erigirse al cabo de la elección del 7 de julio como el grupo hegemónico en el estado. La auténtica capirotada de alianzas y candidaturas comunes presentada por el PRI, las renuncias de candidatos panistas, la postulación de otros ex panistas por los partidos menores y la de Miguel Jurado en Parral, amén de la salvaje declinación de la dirigencia perredista a mantenerse como la opción de izquierda, arrojan un panorama peor que el precedente y retrotraerá a la sociedad chihuahuense a una situación política semejante a la de hace 30 años, es decir, cuando la única oposición en el plano electoral era el PAN. Tal estrategia de alianzas, convertida en un auténtico reparto de migajas de poder, tiene un clarísimo objetivo, alcanzar el control absoluto del Congreso del Estado, además de asegurar el triunfo en las principales ciudades del estado, especialmente en Parral. Queda claro que nadie puede garantizar un triunfo electoral, pero el PRI chihuahuense ha realizado hasta lo imposible por contar con la mayor certidumbre posible. En el camino ha destrozado, o acelerado los distintos momentos de degradación y división de los partidos. Más en concreto, la estrategia de la elección al Congreso del Estado le otorgaría al PRI la posibilidad de conformar a su gusto la composición del Poder Legislativo, hasta con los nombres de quienes deberían acceder. Si tales estrategias funcionaran, llevarían a que si el PAN obtuviese solamente un triunfo de mayoría, merced a los distintos acuerdos del PRI con el resto de los partidos y los porcentajes de votos que les otorgue (evidentemente en una clara violación a las decisiones ciudadanas pues tales acuerdos se toman antes de que los ciudadanos voten, de tal manera que los partidos están resolviendo, previamente, el uso de su voto) el blanquiazul podría alcanzar solamente 3 diputados plurinominales. Lo que justifica el enrarecimiento al interior de este partido, en la disputa por los plurinominales, pues quien ocupe el lugar 2 de la lista, en realidad sería el diputado número 3 en la asignación y el 3 de la lista, el quinto de la asignación, algo que se antoja muy lejos de las previsiones electorales. Es decir, si el PANAL, por ejemplo, obtiene un 4 por ciento de la votación, pero en el acuerdo le otorga el PRI un 3 por ciento más, podrá obtener, de entrada, dos diputados. En la misma circunstancia se encontrarán el Verde y el PT. Si así fuera, y el PRD, en un giro más que sorpresivo alcanzara el 2 por ciento de la votación –ahora que no va en alianza con el PRI–, y que el Partido del Movimiento Ciudadano (ex Convergencia) también alcanzara esa votación, entonces, en la primera ronda se asignarían –si el PRI no tuviera derecho a participar, por rebasar la correlación entre el porcentaje de diputados de mayoría ganados y su votación– 6 diputados de los 11 a repartir. Luego, en una segunda ronda, con el 7 por ciento de la votación, participarían PAN, PANAL, PVEM y PT, es decir, se asignarían cuatro diputados más y sólo quedaría uno a repartir entre los partidos que obtengan el 10 por ciento de la votación, que podría ser asignado al PAN. Así, el PAN alcanzaría 3 diputados, más los de mayoría relativa. Si las cosas se mejoraran para este partido y alcanzara un triunfo en Juárez, otro en Chihuahua y ya en el apogeo, el de Delicias, sólo obtendría los mismos legisladores de ahora, seis, pues ya no habrá plurinominales que repartir y el control del Poder Legislativo, como ahora, sería del PRI, pero quizá de peor manera pues ahora todos los que ingresaran al Poder Legislativo lo harían gracias a los acuerdos con los gobernantes priistas. Así lo hacía hace muchos años, en la prehistoria, el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana, y en muchos aspectos, el Popular Socialista. Eso nos remonta a principios de los 70’s del siglo pasado. De ese tamaño es el retroceso. Y de ello, por lo menos en el caso de Chihuahua, el principal responsable, pero por mucho, es el PAN. Durante 30 años fueron la única oposición que pudo disputarle el poder al PRI y cuando accedieron a él hicieron exactamente lo que criticaron y, timoratos o comprometidos con los poderes fácticos de Chihuahua, no fueron capaces de sentar las bases sociales e institucionales de la auténtica transición democrática (Acordémonos de las frases de Francisco Barrio, gobernador, a los campesinos que protestaban –¿Para qué protestan si ya estoy yo en el gobierno? – O cuando dijo que el gobernante debería ser como los padres que de vez en cuando deben aplicarles algunos golpes a los hijos “para que se eduquen”). De ahí que suenen totalmente incongruentes las frases del dirigente nacional del PAN, Gustavo Madero, que nos viene a decir que vivimos en un estado “pre-democrático”, porque “sigue habiendo el gran monopolio de un solo partido que impide que prospere la democracia, la rendición de cuentas, la transparencia y la prosperidad” pues, dijo, “en donde gobierna el PRI, aplasta y corrompe a los medios de comunicación y a los poderes, esa es la manera autoritaria y perversa que tiene el PRI para expandir autoritarismo y antidemocracia”. ¿Y dónde estaban los gobernantes panistas? ¿Qué hicieron, cuando disfrutaban del poder municipal y federal, o cuando lo ejercieron a nivel estatal y con el apoyo de Carlos Salinas? ¡Ah es que entonces andaban en las concertacesiones! Es en este panorama en donde adquieren su verdadera importancia dos hechos: por un lado, la pretensión de la dirigencia del PRD de aliarse al PRI y la decisión de Miguel Jurado para dejar al PAN y buscar la candidatura del PRI a la alcaldía. Es de tal magnitud el giro imprimido por los actuales dirigentes del PRD a su postura política –ni siquiera compartida por la dirigencia nacional, que también cojea de ese lado– que ayer un grupo de destacados militantes de este partido anunciaron su renuncia al partido del sol azteca. La sangría es ahora dramática. En el pasado, a lo largo de los últimos años, numerosos militantes de base habían dejado las siglas del partido del sol azteca, el mayor en la historia del país, pero en el grupo de quienes tomaron esa decisión, justamente cuando este partido decidió hacer una auténtica chicanada al decidir proponer candidaturas comunes con el PRI, son de quienes se han significado por ser de lo más representativo de la izquierda local. Ni más ni menos que dos ex dirigentes estatales, los dos primeros candidatos a las alcaldías de Juárez y Chihuahua; los más connotados dirigentes sociales de la izquierda chihuahuense, dos ex diputados locales, varios ex regidores de distintos municipios, un ex alcalde, además de haber ocupado incontables ocasiones las candidaturas de mayoría relativa de cuando no había posibilidad alguna de acceder a puestos de poder. Tales cargos y otros acumulan los renunciantes Jaime García Chávez, Víctor Orozco, Alma y Gabino Gómez, Luz Estela Castro, Gustavo De la Rosa Hickerson, Luis Raul Aragón Arvizo, Isaí Gómez y Óscar Klassen Villa, entre otros. Y lo que nos faltaba por ver: quien fue en el pasado un auténtico kamikaze anti priista es ahora candidato de ese partido en la “capital del mundo”. ¿Quién garantiza que el voto duro del PRI en Parral vaya expresarse a favor de Jurado? ¿Y de que el voto duro del PAN no reverdezca ante la que es, a sus ojos, una traición a su partido y sus ideales? Bastará con que Ángeles Gutiérrez, la candidato panista logre concitar la simpatía de quienes no se identifican con partido alguno para se dé una auténtica sorpresa electoral. Por otra parte, ante la resolución del TEPJF relativa a la equidad de “género” en las candidaturas, el PRI, probablemente, cambiaría en Juárez al eterno dirigente y diputado local de esa central, Jesús José Díaz Monárrez, por la hija del dirigente estatal, Georgina, lo que nos llevaría a que la próxima legislatura se convierta en algo así como un encuentro de los ex alumnos del kínder de los hijos de los funcionarios públicos y políticos chihuahuenses, pues los vástagos de Leonel de la Rosa, Raymundo Romero, Xóchitl Reyes Castro, Doroteo Zapata, Rubén Aguilar (PT), y la sobrina de José Luis García Mayagoitia, devengarán sendos y jugosos salarios en el Poder Legislativo, además de que “Teto” Murguía tendrá hermanos aquí y en la Cámara de Diputados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario