martes, 19 de junio de 2012

Los violentos

El Diario, 19 de junio de 2012 Luis Javier Valero Flores Vaya furibundo ataque de José Díaz López a López Obrador y al #YoSoy132 en su artículo “¡Excelente amigo Valero!.. AMLO y los violentos útiles” (El Diario, 16/VI/12) en los cuales Díaz recoge puntualmente la postura de Enrique Peña Nieto y del PRI. Díaz sostiene que ahora existen elementos para “predecir una violencia”. Para sustentar el dicho del PRI –que López Obrador es un peligro, infundio creado por la derecha radical– ; afirma que los hombres “sensatos” saben que “el movimiento juvenil que apoya a AMLO” ejercerá “presiones y violencia política” y que ya se ha presentado en algunos mítines. Acusa a López Obrador de manipular a los jóvenes para que estos practiquen la “violencia utilitaria”, cuando éste sostiene que puede darse un fraude en las elecciones, sólo para satisfacer sus “fines particulares”. También define la violencia política como la que “existe en todo ataque colectivo organizado contra el gobierno, ya sea contra sus personajes, o contra los diferentes partidos, o contra su programa”. Más aún, arguye que esa violencia utilitaria está inducida por AMLO y sus asesores y el núcleo de ella, “está sembrada, o utilizada” en el nacimiento del #Yo Soy132, cuya manifestación “refrescante y genuina” fue desplazada “por la destreza que en la manipulación de movimientos sociales tiene el PRD”. Sorprendentes las afirmaciones del buen José Díaz. Ahora resulta que si hay violencia política, es responsabilidad de la oposición y no de quien tiene la conducción del Estado o del gobierno; que el movimiento estudiantil está controlado por El Peje, que este ya se convirtió, y si en 2006 no lo hizo, ahora sí incendiará al país, sólo porque controla el movimiento estudiantil. Me parece escuálida la definición de violencia política usada por quien se ha significado en los últimos meses por ser uno de los mejores panegiristas del PRI y sus gobernantes, locales y nacionales. Nada dice de la violencia política producida por un régimen (y no hablo solamente de gobiernos) cuya base de sustentabilidad la constituye la simbiosis de los poderes económicos y los medios de comunicación, los mismos que diseñaron un candidato, cuyo antecedente en el gobierno es el uso de la fuerza pública de manera autoritaria, ilegal y arbitraria, que tales fueron las conclusiones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación con relación a los hechos de Atenco. Nada dice de la violencia que representa lanzar a miles de trabajadores de gobierno (municipales y estatales) a desarrollar tareas partidistas en horas hábiles y usando el temor como acicate para que levanten supuestas “encuestas”, casa por casa, bajo el sambenito de que las levantan para saber las preferencias electorales, cuando en realidad lo que hacen es estructurar una infernal operación de coacción del voto. ¡Ah, pero luego critican a los de enfrente, a los de la auténtica oposición popular, de estar alimentando el odio, de ser los violentos, en tanto transmiten imágenes que nada tienen que ver con la lucha de miles, de decenas de miles por hacer que se respeten y cuenten los votos y al mismo tiempo levantan las bases para la polarización popular! ¿Te acuerdas Pepe, cuánto se burlaban en 2006 cuando los perredistas gritaban “Voto por voto, casilla por casilla”? Ahora está en la ley hacer recuentos de ese modo. Pero no sean violentos, acepten la ley, no intenten cambiar las instituciones. Y si los jóvenes, los de las capas medias altas, los estudiantes de las instituciones más caras del país, un día revientan contra el monopolio televisivo, porque están hartos de una programación estúpida en la tele, y se encuentran que sus exigencias coinciden con las del candidato de la izquierda ¡Ah, es que los controla el PRD! ¡Por dios, Pepe! Lástima. Cada que los hombres del poder –y sus voceros y corifeos– no se pueden explicar la aparición de fenómenos sociales, de inmediato aparece la pregunta ¿Quién los manipula? Lo mismo dijeron de los jóvenes del ’68. Todo, para finalmente hacer otro montaje: acusar a López Obrador de ser el violento, mientras en las pantallas de la tele lo acusan de ser un peligro para México y hacen que se recuerden las imágenes del 2006 cuando el spot incluía tomas de extrema violencia bélica ¡Agarren al ladrón, grita el malandro mientras se esconde la bolsa recién hurtada! Como ahora lo constatamos todos los días en la Tv, el uso de la violencia no depende de los opositores, éstos recurren a ella sólo como defensa, y solamente después de las infinitas agresiones del poder. Pregúntales a los sirios, a los árabes, a los egipcios, a los Ocupa Wall Street, a los griegos… a los de Atenco.

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