martes, 8 de junio de 2010

Choque de trenes corporativistas

El Diario, 8 de junio de 2010
Luis Javier Valero
Tal y como ha sucedido a lo largo de la presente campaña electoral, los candidatos del PRI y del PAN anunciaron o celebraron actos con actores semejantes, o con intenciones muy parecidas.
Acostumbrados a la añeja realidad del manejo corporativista de las organizaciones sindicales, los priístas no tienen el menor reparo en recibir el respaldo de esas organizaciones, tanto de las “propias”, como la CTM, como de las formalmente ajenas, que es el caso del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), cuya dirigente nacional, Elba Esther Gordillo, visitó Chihuahua el fin de semana anterior.
Los panistas tampoco tienen remilgos, siempre y cuando se trate de organizaciones y manifestaciones de las mismas, que los respalden a ellos, pero que critican acerbamente si el apoyo va dirigido a sus adversarios.
Así, mientras Gordillo respaldaba abiertamente a los candidatos del PRI –que lo son del partido creado por la maestra, el PANAL– los candidatos del PAN se pronunciaban enérgicamente en contra de tal actitud, pero casi al mismo tiempo Carlos Borruel recibía el respaldo de los dirigentes del sindicato del IMSS.
Nada puede haber tan antidemocrático como lo es la incorporación automática de los trabajadores asalariados –por el solo hecho de serlo– a los partidos, en especial a los partidos gobernantes; tal postura atenta violentamente a la libertad del voto y al derecho al trabajo.
¿De dónde acá, con argumentos basados en las concepciones democráticas, es válido sostener, impulsar y aceptar el apoyo de organizaciones sindicales en las que debiera existir la más amplia libertad de participación política y no lo que sucede en los dos casos mencionados ahora, en los que, siendo trabajador del magisterio o de la institución de seguridad social y miembro, por tanto, de su sindicato, se está obligado a apoyar al candidato que la cúpula sindical ha determinado?
Se podrá argumentar lo que quieran, que hemos avanzado en tal y cual sentido en materia electoral, y en lo general en desarrollo democrático, pero una de las características esenciales de los regímenes fascistas fue el que las organizaciones sindicales eran parte del partido gobernante.
Esa es la realidad, harto representativa del atraso democrático del país, que muestra en los hechos el oportunismo de las cúpulas sindicales.
No hay duda de tal aserto, pero si lo dudáramos, recuérdese que el dirigente nacional del sindicato del IMSS, Baldemar Gutiérrez, coqueteó hasta el último momento, antes de las elecciones federales del 2009, con el PRD; ya con el tiempo encima, el PAN le ofreció un mejor lugar en las listas plurinominales y ahora lo tenemos como flamante diputado federal de ese partido.
Por eso no es raro que sus compañeros de élite sindical le dieran todo su respaldo al candidato del PAN, Carlos Borruel “y se comprometieron a trabajar duro en la promoción del voto para ser la diferencia en el triunfo” de este partido.
¿Y la Gordillo? N’ombre, es el desiderátum de la clase política mexicana. En tanto que uno de sus más cercanos colaboradores, Miguel Ángel Yunes, es el candidato del PAN al Gobierno de Veracruz, en Chihuahua hace alianza con el PRI.
Pero flacos favores vino a hacerles a sus amigos, lanzada en contra de Borruel, descalificó la promesa de campaña de éste, en cuanto a que la educación, dice, será gratuita. Ni tarda ni perezosa, la maestra se lanzó a pontificar que las cuotas escolares no desaparecerán “por considerarla (la promesa) un verdadero engaño” pues el gobierno, sostiene, no aporta recursos económicos para el mantenimiento de las escuelas.
Y ahí aparece la paradoja pues la mayoría de las organizaciones de padres de familia se identifican, por supuesto que corporativamente, ¡con el PAN! y han sido utilizadas como punta de lanza en las campañas en contra del uso del condón, en contra de la aprobación del aborto, en las campañas en contra de la aprobación de los matrimonios.
¡Híjole! ¿Entonces cómo hacerle, si las autoridades están impedidas a cobrar cuotas escolares y Borruel impediría que las cobraran las agrupaciones de padres de familia, y éstas son las más cercanas –ideológicamente– a su partido?
No se preocupen, son las contradicciones de quienes, dicen, están empeñados en el desarrollo democrático de la nación… y hacen las mismas cosas que efectuaban los gobernantes de hace 60, 50, 40, 30, 20 años…

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