jueves, 24 de marzo de 2016

Vive bus, pesadilla total

El Diario, 24 de marzo de 2016
Luis Javier Valero Flores
Como reza una de las frases más recurrentes -sobre todo entre los economistas-, la peor de las tormentas, es decir, "la tormenta perfecta" para la oposición, se ha abatido sobre el PRI y sus candidatos; los choferes del transporte urbano de la capital, mayoritariamente afiliados a la CTM, decidieron cumplir su amenaza, realizada un par de semanas, y paralizaron la ciudad por unas horas.
A contrapelo de la asamblea del priismo, aquella, la que resolvió formalmente el método de designación del candidato al gobierno de Chihuahua, en la que Doroteo Zapata, líder de la CTM chihuahuense, hizo la propuesta, en una ceremonia que parodió aquellas reuniones del pasado, de cuando Fidel Velázquez "destapaba" al candidato del PRI a la presidencia de la república, ayer los choferes de esa central -y de otras más pequeñas- resolvieron parar el transporte urbano capitalino, provocando el caos total en la ciudad lo que develó la enorme incapacidad gubernamental para resolver de manera definitiva la transformación del sistema de transporte urbano, lo que se convertirá -es, ya- en el principal problema no resuelto de la administración estatal de César Duarte.
Las consecuencias no se constreñirán al ámbito del transporte, es seguro que una parte de los usuarios -los más desarrollados democráticamente- castigarán al gobierno con el único instrumento que tienen a la mano, el voto, por lo menos en la capital, de ahí que el candidato del PRI, Enrique Serrano, se haya apresurado a declarar que el Vive Bus representa un problema, "sólo en la capital".
Y es que, por lo menos en las primeras horas del paro, el caos fue total en las áreas aledañas a la terminales pues en tanto los choferes paraban,  en protesta por la falta de respuestas a asuntos tan elementales como el pago de horas extras, afiliación al IMSS, etc., grupos de usuarios bloqueaban la Av. Pacheco en protesta por la falta de servicio y amenazaban (hasta el momento de redactar las presentes notas) con secuestrar camiones para poner en marcha el servicio que el gobierno estatal no ha sido capaz de proporcionarlo, como es su obligación, por más que declare que lo ha concesionado, pues en última instancia es el responsable legal de su prestación.
Así, por la vía de los hechos los usuarios han destapado una de las posibles soluciones, la de la requisa, a fin de que la autoridad estatal tome en sus manos la totalidad del transporte urbano y no solamente, como hasta ahora, la ruta troncal, en virtud de que los concesionarios no han tenido capacidad para hacerlo, ni, tampoco, para cumplir con sus obligaciones patronales.
Ahora bien, de ser cierto, como afirman los concesionarios, la incosteabilidad del transporte como negocio, entonces es momento de que se empiece a transparentar el financiamiento realizado por el gobierno de César Duarte al mismo, realizado para garantizarles las utilidades que reclaman los concesionarios.
Desde hace meses se dice que los ingresos no han podido, ni siquiera, igualar los egresos de la prestación del servicio, lo que ha motivado el subsidio gubernamental a los concesionarios, sin reglas, sin regulación, sin partidas presupuestadas para ello.
Entonces más vale requisar el transporte, retirar las concesiones (para lo cual se requiere el puntual cumplimiento de la ley a fin de que los amparos que promuevan no prosperen) y poner en funcionamiento un nuevo servicio de transporte urbano en la capital.
Les va en ello el triunfo en las elecciones próximas.
Sí, porque de no hacerlo es muy probable que una parte importante de su electorado (casualmente el que mayoritariamente usa el transporte urbano público) podría "despertar" electoralmente y castigar al PRI, así su candidata a la alcaldía, Lucía Chavira, podría "pagar" las consecuencias de una política absolutamente errática, de la cual da cuenta el hecho que por la Secretaría de Desarrollo Urbano -responsable de la planeación urbana y de la movilidad- han transitado, ya, seis secretarios, amén de por lo menos tres responsables directos del Vive Bus, y en la fase previa, otros dos.
¿Por qué no se ha resuelto este problema?
¿Será por la cercanía de Doroteo Zapata a la actual administración estatal? ¿Será cierto que el PRI requiere de los servicios electorales de la central sindical, a pesar del enorme rechazo que tiene entre los choferes?
¿O será que el gobierno de Duarte lo necesita para mantener el control corporativo en la gran masa de asalariados de la industria maquiladora, más que desde el punto de vista electoral, y de eso se aprovecha la dirigencia sindical para mantener en vilo a la población de la capital chihuahuense?
Es muy alto el costo, puede convertirse en uno mayor, el electoral y si ya ni éste les importa, entonces más vale buscar a quien encomendarnos.

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