martes, 11 de agosto de 2015

El nuevo líder priista

Mega Radio, 10 de agosto de 2015
Luis Javier Valero Flores
¿Cómo se enteraron, la mayoría de los priistas, que en la práctica ya tenían nuevo presidente, sin siquiera haber iniciado el proceso de sucesión de César Camacho?
¿Cómo funciona la democracia interna en el PRI que, de inmediato y como un solo hombre, todos los dirigentes y funcionarios públicos se pronuncian por uno de ellos para que asuma la máxima responsabilidad partidaria?
Y, luego, como si los mexicanos no supiéramos hasta la saciedad la forma en que se ejerce la "democracia interna", el nuevo ungido declara que se presentó con el Presidente Peña Nieto ¡"a informarle de su decisión y que estaría atento a los requerimientos de la convocatoria para satisfacerlos"!
Tomado por sorpresa, Beltrones no tenía el nombre de la mujer que lo acompañaría como "candidata" a la Secretaría General, pero a los días ¡Oh, sorpresa, supo que sería la diputada electa y expresidenta municipal de Metepec, Carolina Monroy del Mazo, pero por supuesto integrante del Grupo Atlacomulco y por si faltara pedigree, ¡Prima del "Señor Presidente" Peña Nieto!
¿Quién la escogió como compañera de fórmula de Beltrones, porque éste no fué, como era lo lógico?
Además, para que no cundieran las falsas apreciaciones, Beltrones se apresuró a declarar que sería "un presidente del PRI cercano a Peña Nieto".
Conocidas de antaño sus aspiraciones presidenciales, puso énfasis en declarar que no buscaría la Presidencia en 2018.
¿Qué llevó a Peña Nieto a realizar una designación ajena a su grupo?
Hoy parece cambiar la visión de Peña Nieto, es probable que hayan tomado nota de que el acto de despedida de Camacho, la segunda ovación más fuerte -después de la propinada a Peña- fue la recibida por Beltrones.
Pero probablemente lo que más haya influido en su ánimo -y en el de sus asesores y compañeros de equipo- fueron las elecciones del pasado 7 de junio,  en ellas el PRI perdió 66 presidencias municipales, 25 diputaciones locales y las gubernaturas de Querétaro, Michoacán y Nuevo León, además de que dejará de gobernar a 10 millones de mexicanos.
Más aún, y probablemente de ahí se desprendieron las preocupaciones de Peña Nieto en su discurso de la "despedida" de Camacho, fue que los jóvenes entre los 18 y los 38 años, que representan 45% del electorado, votan muy poco por el PRI.
En una encuesta de salida realizada "por la empresa Parametría encontraron  que 40% de quienes votaron por candidatos priistas a diputados federales tienen 56 años o más. De igual forma, 49% de las personas que manifestaron no tener estudios dijeron haber votado por el PRI, así como 42% de los que sólo cursaron la primaria". Es decir, el perfil del votante promedio del PRI es de baja escolaridad, menores niveles de ingreso y habitante de colonias populares o de poblaciones rurales, principalmente.
En una forma totalmente contraria a lo sucedido en 2012, cuando la candidatura de Enrique Peña Nieto tuvo aceptación entre votantes de clase media urbana, en la elección del 2015 se cayó y el PRI perdió 2 millones de votantes. Además, la primera encuesta del periódico Reforma López Obrador apareció en el primer lugar de las preferencias (42%), y el priista mejor ubicado Osorio Chong, en el 5o.
Todo lo anterior puede explicar el sorpresivo cambio del equipo de Peña , pero corre riersgos. Es probable que Beltrones no defina, por ejemplo, las candidaturas a las 12 gubernaturas del próximo año, y las 7 del año siguiente, pero sí tendrá, gracias a su extendida participación política, la posibilidad de influir de modo importante en esas candidaturas.
Del mismo modo, no se le puede descartar de la carrera presidencial. Beltrones tendrá encima, no solo la vigilancia presidencial, sino la de sus "delfines" y sólo podrá alzarse con la candidatura si Peña Nieto así lo resuelve.
Podrán decirse mil cosas, pero luego de la enorme exposición del Gobernador César Duarte, sobre sus aspiraciones crece la certidumbre que el candidato (a) del PRI será nombrado por el Presidente Peña, podrá vetar, pero probablemente en peores condiciones que antes.
La historia política de Beltrones no abona en el sentido de la renovación del PRI, al contrario.
Fallecido el ideólogo priista, Beltrones se acogió a la sombra de Fernando Gutiérrez Barrios, el hacedor de las dependencias del espionaje mexicano y de los cuerpos de seguridad del gobierno mexicano. Algo de eso le quedaba, cuando, ya como gobernador de Sonora, prácticamente secuestró al presunto asesino de Luis Donaldo Colosio, Mario Aburto. Lo llevó a pasear a las playas de Tijuana, en un episodio, de los más oscuros de la clase política mexicana.

El será el nuevo dirigente del priismo, es la "nueva" cara del partido gubernamental en México.

No hay comentarios:

Publicar un comentario