domingo, 27 de julio de 2014

El Pemexproa y sus beneficiarios

El Diario, 27 de julio de 2014
Luis Javier Valero Flores
“Mientras que en la Cámara de Diputados se pactaba el rescate del pasivo laboral de Pemex el miércoles pasado, el líder de los trabajadores petroleros, Carlos Romero Deschamps, festejaba en grande. Fue una convivencia para 2 mil 500 secretarias que se prolongó por ocho horas en la sede de la sección 34 del sindicado, en Azcapotzalco, donde los petroleros fueron agasajados con lomo de cerdo, espagueti, tamales y antojitos.
De igual modo, bebieron ron, tequila, whisky y cerveza. La Orquesta Contraste los puso a bailar al ritmo de la cumbia, la salsa y el chachachá, y también hubo una rifa, en la que se repartieron monederos electrónicos, pantallas LCD, viajes a Acapulco y un automóvil último modelo. 
Una gran manta daba la recepción al líder gremial: "¡Bienvenido, ésta es tu casa!”. En su discurso, Héctor Sosa, secretario general de la sección 34, felicitó a Romero Deschamps "por su destacada, firme e inteligente intervención en los acuerdos de aprobación en la reforma energética”. (Nota de Benito Jiménez, Reforma, 25/VII/14).
Dos estampas parecieran retratar nítidamente el regreso del PRI a la Presidencia de la República; muestran dos aspectos elevadamente perjudiciales para el país, aparentemente distintos, pero que son parte del mismo fenómeno largamente sufrido por la absoluta mayoría de los mexicanos: La manera de gobernar de este partido, en la que el patrimonialismo es consustancial.
Las fotografías de estos hechos son hasta obscenas. Por un lado se aprecia (Reforma, primera plana, 25/VII/14) al líder de los trabajadores petroleros, el senador Carlos Romero Deschamps, rodeado de decenas de eufóricas mujeres, secretarias de Pemex, en un salón de eventos en el que ruidosamente festejaban a las empleadas, justamente a unas horas de que en las Comisiones de la Cámara de Diputados se pactaba que el “pasivo laboral” de Pemex se asumiera como deuda pública. Esto es, que la deuda de Pemex con sus empleados, consistente en 1 billón 200 mil millones de pesos adquiriera aquella calidad.
En la otra estampa, se observa a otros no menos eufóricos cadetes de la academia de policía de Juárez, que corrían luego de ser sorprendidos en las afueras del local del PRI municipal, a donde los llevaron a afiliarse, como requisito -así se lo dijeron al reportero varios de ellos- para acceder a la policía municipal; hecho desmentido (¡Pero por supuesto!) por César Muñoz, jefe de la Policía Municipal, quien dijo “claro que no, no es un requisito. No creo que hayan asistido por esa causa”. (Nota de Iván Lucio Alvillar, El Diario, 25/VII/14).
O sea, sí fueron a las oficinas de su partido ¿A qué irían, entonces, a limpiarlo? ¿A poner en práctica lo aprendido?
Pero unas son las declaraciones de los funcionarios y otra es la realidad: “El hecho se registró a las 6 de esta tarde en la avenida Lerdo y Galeana, donde los cadetes arribaron con familiares a bordo de camiones de transporte de personal…  Agentes municipales y de Tránsito resguardaban la zona”. (Ibídem).
Si en el sexenio de Vicente Fox nos escandalizamos por el monto del “Pemexgate”, que ascendía a poco más de mil 100 millones de pesos, la deuda de Pemex con sus trabajadores (por supuesto que al sindicato dirigido por Romero Deschamps) es para dejarnos anonadados, es igual a alrededor de 24 años del presupuesto del gobierno de Chihuahua y a una cuarta parte del presupuesto federal de este año.
Esa deuda es como si el gobierno de Chihuahua le debiera a sus trabajadores 12 mil 500 millones de pesos, de los poco más de 50 mmdp del presupuesto de este año.
No puede ser, no debe ser.
Es de tal dimensión la incongruencia, la sin razón de esta deuda que conforma prácticamente la mitad del total de los pasivos de la empresa.
¿Estamos en contra de las conquistas laborales? Por supuesto, no, pero el monto de esa deuda esconde en realidad el mundo de corruptelas en que permanentemente han vivido las cúpulas sindicales, en plena connivencia con los altos mandos de Pemex a lo largo de su historia.
Muestra vívidamente que la más grande empresa mexicana ha sido manejada con los peores modos, ninguno de los cuales tiene que ver con la eficiencia y la honradez. Al contrario.
Y esos métodos no fueron cambiados en la docena panista, no, también en los dos sexenios el otorgamiento de las prebendas a los caciques sindicales de Pemex continuó sin obstáculo alguno, incluso hasta unas cuantas semanas antes de la salida de Felipe Calderón.
¿Cuáles son las razones para que nada haya cambiado en las relaciones de Pemex y su sindicato, que, incluso, sean los mismos dirigentes los que ahora pactan con el equipo de Peña Nieto y antes con Zedillo, Fox y Calderón?
¿Los veremos en pocos meses -como en Rusia, en el que los dirigentes “comunistas” de la caída del “socialismo real” se convirtieron en los dueños y altos ejecutivos de las empresas privatizadas- como los nuevos magnates de la industria petrolera, del mismo modo que los últimos cuatro directores generales de la empresa?
Avidos de respuestas, tal pareciera que sólo hay una, la del patrimonialismo característico de los gobiernos priistas. Sus gobernantes (muchos) creen que los recursos públicos son para mantener la hegemonía de su partido y que pueden usarlos discrecionalmente. 
El problema es que tal conceptualización abarca a las personas, de ahí el hecho de llevar a los cadetes a la afiliación a su partido sin el menor resquemor, total, no hay nada malo en afiliar masivamente al PRI a quienes mañana serán quienes se encarguen de la seguridad pública y en este tenor hasta pudieran servir para algunas tareas partidarias en los procesos electorales.
Y si en las academias de policía se realizan tales prácticas ¿Cómo no hacerlo con los trabajadores de la principal empresa mexicana, precisamente aquella de la cual se obtiene una tercera parte del presupuesto federal?
Porque en el fondo se trata de no tener problemas, disidencias o cualquier cosa que se le asemeje al interior de las instalaciones petroleras, de ahí la permanencia de una casta sindical, quizá de las más corruptas en el mundo, aquella que le endilgó al presidente Miguel de la Madrid la frase: “Si se cae Pemex, se cae usted, señor presidente, se cae el país”, cuando se sintieron amenazados por el mandatario que no se atrevió a tocarlos.
El problema es que técnicamente la deuda de Pemex, toda, forma parte de la deuda pública mexicana y que, como tal es respaldada por el gobierno, pero antes de asumirla como tal, lo correcto debería ser el saneamiento de ella, no solamente la relativa a los trabajadores que incluye el pago de pensiones, primas, bonos y aguinaldos de los empleados sindicalizados de Pemex, sino también el conjunto de las operaciones financieras de la empresa, la que no debería arrastrar un endeudamiento de tal magnitud si obtiene ingresos anuales de 700 mil millones de pesos.
Mucho menos se justifica con la otra gran empresa -“la de clase mundial”- la CFE, cuya deuda asciende a 500 mil millones de pesos y que también será absorbida por la administración central federal, en lo que es un burdo “borrón y cuenta nueva”.
Todo iba bien para la dupla reformista -PRI y PAN- hasta que llegaron al tema de los subsidios a las tarifas eléctricas (algo que desde poco antes de asumir Peña Nieto la presidencia, Luis Videgaray anunció su desaparición). En el proyecto original estaba planteada la desaparición de los subsidios, lo que traería aparejada, no la tan prometida disminución de las tarifas eléctricas sino lo contrario.
Ni tardos ni perezosos decidieron quitar esa propuesta -algo deben haber leído acerca del rechazo ciudadano- y luego, prácticamente todos los legisladores federales priistas y sus voceros oficiosos, se dedicaron a publicitar que el subsidio “se mantendría” y casi nos piden, a lo largo de los últimos días, en los que desfilaron por cuanta estación de radio, periódico o portal digital se les presentó, que les agradezcamos no haber respetado la propuesta del presidente Enrique Peña Nieto, totalmente contraria a lo prometido por éste a lo largo de la campaña electoral.
¡Ah, bueno, es que, a pesar de encontrarnos a un año de las elecciones federales de mitad de sexenio, los tiempos electorales ya están aquí y es muy probable que tal cantaleta la escuchemos repetidamente en la próxima campaña!
Nos van a prometer que en cuanto se concrete la reforma energética, ahora sí con énfasis, las tarifas eléctricas van a bajar.
En tanto, la casta dorada petrolera seguirá apoyando al partido en el gobierno, y éste deberá pagar las facturas a costa de todo un pueblo que en pocos meses ha perdido una de sus mayores riquezas, la que le representaba una tercera de los ingresos del gobierno federal.
Los hemos cambiado por unos espejitos… igual que el año pasado.
¡BASTA!.- Bajo ningún argumento se puede justificar la matazón desatada por el gobierno israelita. Con ese motivo, distintos grupos de ciudadanos juarenses han lanzado la convocatoria a manifestarse frente al Consulado norteamericano -“No keremos esta guerra”-, el próximo martes a las 6 PM, coincidente con la convocatoria a una manifestación de rechazo a la política de EU en apoyo a los actos genocidas de los israelíes, que se realizará ese mismo día frente a la embajada norteamericana.
Podrá argumentarse, bajo alegatos chabacanos, que es un conflicto ajeno a nosotros, pero nunca habrá suficientes argumentos para justificar actos genocidas, y lo que ocurre en la Franja de Gaza es eso. 
Nadie como la diputada israelí, Ayelet Shaked, lo ha dicho mejor. Escribió en su cuenta de Facebook que las madres de los “terroristas” palestinos deberían ser asesinadas porque dan a luz a “pequeñas serpientes”.
“Tienen que morir y sus casas deben ser demolidas. Ellos son nuestros enemigos y nuestras manos deberían estar manchadas de su sangre. Esto también se aplica a las madres de los terroristas fallecidos”, escribió la diputada del partido ultranacionalista Hogar Judío.
Escuche, de lunes a viernes a las 6 pm, en Chihuahua, Aserto Radio 102.5FM, o por www.antenafm.mx

asertodechihuahua@yahoo.com.mx; Blog: luisjaviervalero.blogspot.com; Twitter: /LJValeroF

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