domingo, 16 de junio de 2013

Debates: luz y sombra

El Diario, 16 de junio de 2013 Luis Javier Valero Flores La semana de los debates organizados por el Instituto Estatal Electoral (IEE) culminó con la celebración de dos que se convirtieron en sus extremos. El de los candidatos a alcalde de Juárez fue el súmmum de todo lo malo. No se recuerda una jornada peor, en materia electoral, a la de la noche del miércoles pasado. Todo falló, la conducción del acto, la transmisión por televisión y radio; la de internet se caía a ratos, la imposición de cortes comerciales de hasta 5 minutos y medio, como si el programa fuera el más atractivo de la noche y los televidentes estuvieran al punto del infarto esperando la reanudación del debate. Sin embargo, una luz de esperanza se abrió con el formato del debate de los representantes de los candidatos a diputados de Chihuahua, organizado por la Asamblea Municipal Electoral de Chihuahua (AMECh), pues por primera ocasión se atrevieron, a lo largo de todo el debate, a hacer una sola pregunta, o que discurrieran el mismo tema, todos los candidatos. Lógico, apareció el debate, el primero en la historia reciente de Chihuahua, organizado por un órgano electoral. Por ello, nuestro reconocimiento. Pero hasta este debate adoleció de la característica de todos los realizados: se celebraron casi en la clandestinidad. Si el día de las elecciones la máxima autoridad es la electoral, que hasta mando sobre los cuerpos policiacos tiene, no podemos entender por qué no utiliza todos sus recursos legales, su capacidad de convencimiento, y obtiene los que las instancias gubernamentales poseen a fin de lograr que los concesionarios de radio y televisión accedan (¡por el amor de dios!) a transmitir los debates. O se les plantean otros esquemas de utilización de los tiempos oficiales, ahora usados en cada estación para transmitir los spots de candidatos y partidos. Bastaría con el ahorro de transmisión de spots, de dos días, para que cada estación transmitiera el debate. Y es que los actos centrales de las campañas electorales, por lo menos para los órganos electorales, debieran ser los debates que está obligado a organizar. No hay ningún otro evento en el que la ciudadanía pueda apreciar a plenitud las capacidades de los candidatos ni que se pueda convertir en el mejor impulso a la participación, desde las facultades y atribuciones del órgano electoral. Pero si se deja al arbitrio de los concesionarios de radio y tv (por lo menos la mayoría) dará lugar a eventos que son una verdadera grosería a la sociedad en su conjunto y una afrenta a los órganos electorales, pues no hubo posibilidad alguna de que los electores pudieran seguir la transmisión, fue pésima. Y si a lo anterior le agregamos el factor del formato, con cinco candidatos y al que a uno le preguntaron de naranjas, al otro de tomates, al otro de sandías, a otro de mangos y al restante de nueces; para luego ofrecerles un tiempo para la réplica y la contrarréplica y los consabidos cortes comerciales, pues no hubo ciudadanos que estuvieran al pendiente, o que pudieran seguir el hilo del pensamiento de cada uno de los candidatos en un evento de poco más de 3 horas de duración. Un desastre. Es de tal magnitud, que los dirigentes municipales juarenses del PRI y del PAN solicitaron se realizara otro, y que éste sí contara con una adecuada cobertura radial y televisiva. Le agregaríamos, además, que se realizara bajo el formato de la misma pregunta y el mismo tema para todos los candidatos, sólo así se le podría llamar debate a los insulsos y aburridos actos de presentación de candidatos y propuestas. Es tan malo el formato, que les da oportunidad a todos los candidatos a leer sus propuestas, tanto en la exposición del tema, como en las réplicas y contrarréplicas. En el de Juárez, todos lo hicieron, salvo algunos momentos el del PRI, Enrique Serrano, y la del PAN Antonieta Pérez. El peor, Hugo Avitia, del PT, que en sus exposiciones hizo un largo listado de buenas intenciones y propuestas que pasaban por todos los niveles de gobierno, menos por el municipal. Luego, llamó la atención que todos los aspirantes a la alcaldía juarense hicieran énfasis en ser juarenses (y con pedigree), en una ciudad en la que cerca de la mitad tiene sus orígenes fuera de ella ¿Será porque le achacan a los “foráneos” haber sido los primeros en irse cuando arreció la ola homicida? Pero en este debate, y en todos los presenciados por el escribiente, salvo una excepción –Javier Garfio, del PRI en Chihuahua, y a momentos– todos los candidatos leyeron su presentación y los temas abordados; no hubo uno solo que pudiera discurrir su propuesta sin recurrir a la lectura, así ¿Cuál debate, si todos traen texto para leer, o responder, aunque lo escrito no venga al caso? De ese modo, sólo flashazos tuvimos en el debate. Serrano presentó como su mejor argumento para ser elegido, el de la experiencia, a lo que Pérez respondió que ella no era fruto de la imposición; ah, pero su asesor sí, diría momentos después el aspirante del Movimiento Ciudadano, Federico Ziga (que se refería a Javier Corral, aunque sin mencionarlo por el nombre). Momento, ¡Corte comercial! Cinco largos minutos. Enseguida vino un episodio de locura. En la ciudad que ocupó, durante largos años de tragedia, el primer lugar mundial de violencia, todos los aspirantes, como si no pertenecieran a los partidos de donde emanaron los gobernantes de todos los niveles que fungían en esa noche, se acusaron unos a otros. Bueno, hasta la del PRD, Graciela Espejo, ex panista de altos cargos, tanto en las administraciones municipales como federales de este corte partidario, fue capaz de criticar la inacción de los gobernantes, crímenes de lesa humanidad llamó a los homicidios ocurridos en el antiguo Paso del Norte, por desatención del gobierno, dijo. Antonieta Pérez llegó al colmo de decir que “ninguna autoridad” había blindado el centro de la ciudad. Y lo dice la candidata del partido que envió miles de soldados y policías federales a vigilar las calles de Juárez. Ante esta temática, Serrano respondió con la propuesta de crear jueces de paz. Y luego, corte comercial!!! Al regreso, Espejo, del PRD ¡defendió el esquema de seguridad pública de Calderón! No sería lo único, Antonieta Pérez dijo que ella no gobernaría con ocurrencias, ¡¡¡“como la del mando único”!!! ¡Por favor! que alguien le diga que esa es una propuesta de su compañero de partido, Genaro García Luna, secretario de Felipe Calderón, también su compañero de partido. Las ocurrencias son de su partido, le dijo Serrano, los juarenses las pagamos con sangre, respondió, quizá en su mejor momento de esa noche. Pero en la contrarréplica, Pérez logró, también, quizá, su mejor respuesta, trajo a colación aquella propuesta realizada por Serrano de penalizar a las víctimas que pagaran las extorsiones; Serrano adujo que ni siquiera había llegado a iniciativa y que había sido una propuesta del empresariado. Pérez leyó la nota del periódico Reforma, fecha incluida y acusó a los gobernantes priistas de haber destrozado la ciudad. Quien destrozó Juárez fue el gobierno de Calderón, respondió Serrano. Y justamente en este momento, en el que las críticas de Pérez eran más incisivas, el candidato de Movimiento Ciudadano, Federico Ziga, acusó de varias cosas a la del PAN, entre otras la de tener en su contra una acusación penal. Y ya plantados en el terreno de las promesas, Antonieta anunció que ella traería a los Indios de Juárez a la primera división del futbol mexicano, en tanto que Serrano prometió que en un año de su gobierno terminaría las obras del Plan de Movilidad Urbana y ya estaría funcionando el nuevo sistema de transporte urbano; además, dijo que no le faltarían recursos económicos a Juárez, pues él los gestionaría, porque sabe cómo hacerlo y llamó a los ciudadanos a confiar en él, pues es el candidato de las propuestas y el de las reformas aprobadas en el Congreso del Estado en la actual legislatura. A estas alturas ya le habían molestado a Antonieta las acusaciones de Ziga por lo que lamentó, dijo, que el PRI “haya traído ayuda”. Tal fue el tono de ese debate, pero lo prolongado, la falta de una buena transmisión y el escaso número de personas que lo siguieron harán que las tendencias previas no cambien; en esta ocasión el debate no le sirvió a nadie. De repetirse el ejercicio, es de desear que partidos y órganos electorales atiendan los reclamos de la sociedad. Ojalá.

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