lunes, 4 de abril de 2016

¿Y al Papa quién le informó?

Aserto 152, marzo de 2016
Luis Javier Valero Flores
Perdidas en el tráfago de las informaciones acerca de los acontecimientos, del interesado enfoque dirigido a atenuar la gravedad de las declaraciones papales, de la euforia de una parte de la población por la visita del jerarca católico, la inesperada declaración vertida por Jorge Bergoglio debería ser el centro de una vasta investigación.
En el vuelo de regreso a Roma, el Papa Francisco les ofreció ua conferencia a los periodistas acreditados ante el Vaticano. Luego de enaltecer a los mexicanos, como no queriendo la soltó: ”… Ahí, en Ciudad Juárez, hubo un pacto de 12 horas de paz por mi visita. Después seguirán a luchar entre ellos, los traficantes”.
Si bien la ola homicida disminuyó grandemente en Juárez frente a lo que ocurrió en el período 2008-2011, además de que en los meses precedentes bajó sensiblemente el promedio de asesinatos, -hasta a menos de 30 mensuales- en las semanas previas a la visita del Papa, la curva se había elevado ligeramente hasta promediar uno diario, pero en el curso de la visita papal el saldo fue “blanco”, de acuerdo con el fiscal General del Estado, Jorge González Nicolás, “razón por la que hemos sido felicitados”, como afirmaría en el curso de un acto celebrado con el total del personal de su dependencia, encargado de contribuir a la seguridad del Papa en Juárez.
Las palabras de Bergoglio deberá ser correctamente analizadas. No se refirió a la actuación de las autoridades, ni a la participación de éstas en la obtención de una tregua; no, habló de un pacto entre los grupos criminales, acatado por todos,  si nos atenemos a los resultados, y en el que, a semejanza de otros lugares y otras épocas, las palabras del pontífice develan que una parte de la tranquilidad de la urbe juarense depende de esos grupos criminales.
Lo cierto: “Previo a la visita de Francisco esta frontera registraba 51 asesinatos, casi uno diario. Él último crimen registrado el día 16, pocas horas antes de su arribo a Juárez, de acuerdo con los datos de las autoridades investigadoras, estaba directamente relacionado con el narcomenudeo”. (Nota de P. Mayorga, Juan de Dios Olivas y L. Sosa, El Diario, 20/II/16).
Lo llamativo del caso, es que las autoridades -de todos los niveles- en lugar de tratar de desmentir, de interpretar o de desestimar las declaraciones del Papa sobre el tema que más preocupación y dolor ha traído a los juarenses, ninguna ha emitido una sola declaración encaminada al esclarecimiento de los hechos, porque una cosa es cierta: Alguien le informó al Papa de la existencia de esa tregua.
¿Quién, con la cercanía y confianza necesarias, le informó al Papa de ello?
¿Quién fue? Porque, con toda seguridad Bergoglio no se atrevería a hacer una aseveración de tal magnitud; puede no coincidirse con sus posturas, pero que a partir de su nombramiento, han estado exentas de frivolidad, salvo, obviamente, las bromas realizadas en el curso de algunas conversaciones con los reporteros o algún visitante, pero la ahora abordada la hizo en el contexto de un resumen de la visita a México, en el que abordó los asuntos más generales de la misma y en la que expresó las razones del porqué pudo efectuar las actividades en el antiguo Paso del Norte sin problemas.
Y es que las descalificaciones o las interpretaciones gubernamentales asombran. El gobernador de Chihuahua, César Duarte, descartó la posibilidad de una tregua: “Para nada, no se distorsione (sic) de ninguna manera el tema, no hay ninguna tregua con el narco, nosotros hemos cada vez acreditado que se detiene a cada grupo delictivo, que se les incautan drogas, se les quitan armas, por el delito que sea, no hay tregua alguna”, dijo.
Afirmó que el combate al crimen sigue y que la detención de grupos del crimen organizado, la incautación de droga y armas “por homicidios o por el delito que sea, del grupo que sea”, lo demuestran.
Lo dicho, el Papa no habló de una tregua del gobierno con los criminales, a menos, como lo sostienen algunos especialistas en materia de crimen organizado, entre ellos, Edgardo Buscaglia, de que intenten, adelantándose, desestimar la existencia de una “pax mafiosa”, esto es, que el gobierno ha pactado con diversos grupos criminales la paz: “Al Papa se le escapó de la boca, ya que a veces este Papa habla de más o de menos, una confidencia que llegó a su conocimiento previo y reveló uno de los cientos de pactos de impunidad y pax mafiosa que ocurren en México con la complicidad de las autoridades”.
Por su parte, el Secretario de Gobierno, Mario Trevizo, mencionó que la visita a Juárez dio una muestra del grado de civilidad de la sociedad, y que no hubo ninguna tregua. “No hubo tregua, imagínese, tregua con quién, lo que el Papa dice y valoró es que su estancia en Juárez no hubo ningún incidente que lamentar”.
Pues no, las palabras del Papa no admiten más interpretación que lo dicho, los grupos criminales pactaron una tregua mientras desarrollaba sus actividades en Juárez.
Más claridoso, el secretario de Seguridad Pública Municipal de Juárez, César Omar Muñoz Morales, dijo desconocer a qué pacto se refería Su Santidad y más institucional el presidente municipal suplente de Juárez, Javier González Mocken, señaló que “la jornada de paz que se vivió durante la visita papal se debió a la presencia y despliegue de fuerzas federales, estatales y municipales”.
Los desmentidos, o los intentos por atenuar el impacto de las aseveraciones del Papa Francisco vinieron, también, del mismo Vaticano. “El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, dijo desconocer cómo es que el Papa se enteró de la tregua de 12 horas de la que informó Francisco tras su visita a Ciudad Juárez el pasado 17 de febrero”. (Nota de Irene Savio, Agencia Reforma, 27/II/16).
“Me sorprendió a mí también (la revelación del Pontífice)… No sé mucho, así que no tengo mucho que decir al respecto… Creo que una interpretación obvia es que, cuando (hay) una visita del Papa, todas las personas se dan cuenta de que es un momento muy importante, y por eso todos colaboran para que el evento se pueda desarrollar de manera serena… Al mismo tiempo, el Papa es consciente de que lo que puede ser un momento de paz no es una solución permanente de los problemas. Yo lo interpreté así”. (Ibídem).
Pero los gobernantes mexicanos, en lugar de desmentir el dicho del Papa, o de argüir su desconocimiento del asunto -como lo hizo el vocero del Vaticano- optaron por negar la existencia de un pacto entre los narcos ¡y el gobierno!
“El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, dijo ayer en esta ciudad que no existió ninguna tregua a la violencia pactada con las organizaciones del narcotráfico durante la visita del Papa Francisco”. (Nota de Horacio Carrasco, El Diario, 24/II/16).
Sería repetitivo en las declaraciones, “Osorio Chong agregó que ‘con este Gobierno’ no hay posibilidades de que los criminales pacten tregua alguna, pues hasta se detuvo a capos que no aprehendieron otros gobiernos”. (Ibídem).
“… no hay posibilidad con este Gobierno de entrar en ninguna tregua… Lo hemos demostrado y validado día a día con detenciones que no pudieron hacer otros gobiernos, que sólo este Gobierno ha podido hacer”, diría.
Desatada la controversia por las declaraciones de la supuesta hija del Chapo Guzmán, los símiles son naturales. Los hechos tienen la misma estructura. En tanto que Rosa Isela Guzmán, informó que su padre ha financiado a políticos mexicanos, además de otras cosas igualmente graves, lo expresado por el Papa devela que las bandas criminales se asumen como responsables de lo ocurrido en Juárez en los últimos meses.
¿Por qué no hacen lo mismo? Por supuesto, guardando las formas que deben respetarse cuando se trata del Jefe de un Estado amigo del país.
Ante las declaraciones de la hija del Chapo el subprocurador Gustavo Salas Chávez, titular de Subprocuraduría Especializada en Investigación Contra la Delincuencia Organizada (Seido), anunció que la PGR busca “establecer la identidad de la fuente de información” y, en su caso, citarla “para que presente formal denuncia o testimonio personal ante los fiscales federales”. (Nota de la Redacción Aristegui Noticias, 7/III/16).
Salas Chávez afirmó que tienen la obligación de investigar los delitos que se persiguen de oficio cuando hayan tenido noticia de éstos; que está obligado a “corroborar la veracidad de cualquier información, a efecto de evitar que se generen actos injustificados que causen molestia a particulares, derivados de un actuar procedimental indebido”, por lo que “ha procedido a realizar diversas diligencias, encaminadas a establecer la identidad de la fuente de información y, en su caso, otorgar la posibilidad a dicha persona, que permita recabar su formal denuncia o testimonio cierto, por parte de quien dice tener conocimiento de diversos hechos delictivos”.
Al hacerlo, dijo que la dependencia inició los trámites necesarios con las autoridades extranjeras (pues Rosa Isela Guzmán es ciudadana norteamericana y reside en ese país) a fin de concretar lo arriba citado.
Bueno ¿Y porqué no han hecho lo mismo con El Papa?
Sólo preguntarle…

De lo contrario, dan pie para preguntarse ¿Acaso, contrariamente a lo señalado por todos los funcionarios gubernamentales, éstos fueron los encargados de efectuar lo necesario para pactar una tregua entre los grupos criminales en Juárez?

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