jueves, 29 de enero de 2015

Propósitos de año nuevo

Editorial, Aserto 138-Enero 2015
Contra los deseos de los gobernantes y, sobre todo de la ciudadanía, el año 2015 no apunta al optimismo; al contrario, por lo ocurrido en la parte final del anterior es posible que la economía mexicana atraviese por uno de los peores en los tiempos recientes.
El grupo gobernante insistió machaconamente, para que tuviera mejor acogida social la reforma petrolera, en que la economía mexicana no estaba “petrolizada”. La abrupta disminución de los precios del crudo en el mercado internacional echó por tierra, estrepitosamente, tales afirmaciones.
En los días presentes, el precio internacional del petróleo ronda los 45 dólares por barril, muy por debajo de los 78-79 calculados por los diputados en el presupuesto de ingresos para este año.
El daño a las finanzas públicas será enorme; tan solo de enero a noviembre del 2014 la baja en los ingresos petroleros fue del 3.5%, por lo que seguramente en 2015 se ahondará tal disminución.
No es la única repercusión negativa para México, la reforma energética promovida por Peña Nieto tenía como uno de sus pilares la explotación del gas shale, a través del método de la fracturación, pero el costo de producción ronda los 20-30 dólares razón por la que las empresas interesadas en él probablemente opten por otras alternativas.
Tal disminución repercutió en la economía mexicana, y sumada a otros factores llevaron a una devaluación del peso (algunos sostienen, en el mundo, que es una sobrevaloración del dólar), lo que hará que algunas economías regionales, como la chihuahuense, puedan sufrir repercusiones negativas, las que podrían disminuir si la economía norteamericana lograra un moderado crecimiento, de alrededor del 1%, lo que podría desencadenar, por lo menos, el mantenimiento de la dinámica económica de Chihuahua, tan dependiente de los niveles de consumo de los norteamericanos, dado el peso de la industria maquiladora en la economía chihuahuense.
Así, ante una previsible disminución de las aportaciones federales (por la baja de los precios del petróleo) y un muy modesto crecimiento norteamericano, lo más probable es que para los chihuahuenses el 2015 no sea tan promisorio como la propaganda oficial difunde.
Quizá el entorno económico mejore discretamente con la campaña electoral, dados los niveles de gasto de los partidos políticos, y por las aportaciones  a las campañas electorales realizadas por los capitanes de la industria y la economía chihuahuense, pero es mejor prepararse para un muy discreto crecimiento en este año.
Pero si el entorno económico no es de lo más agradable, lo sucedido en lo político sí que es para preocuparse profundamente. Estamos en la peor crisis de credibilidad de las últimas décadas, la percepción de que la impunidad es el rasgo característico de la clase gobernante se extiende viralmente; tanto el asunto de la “Casa Blanca”, de la familia Peña Nieto, como el de la Unión Progreso, de Duarte y sus compañeros, se presentan como evidencias palmarias de la gran corrupción existente en los medios gubernamentales.
Tiene más explicaciones congruentes el asunto de las inversiones del Gobernador Duarte en la Unión Progreso, que el de la casa de la esposa de Peña Nieto, el conflicto de interés está a la vista de los mexicanos. 
En cambio, el Gobernador Duarte deberá presentar las pruebas más contundentes que demuestren que su fortuna se logró de manera legítima y legal. Demostrarlo se convertirá en el tema central de su gobierno, de no hacerlo irá al despeñadero social y, sobre todo, al político-electoral.
Deberán demostrar, Duarte y su Secretario de Hacienda -Jaime Herrera- y el presidente de la Junta Central de Agua -Carlos Hermosillo- que sus actos estuvieron apegados a Derecho, de lo contrario el despeñadero del gobierno y su partido será cosa de días.
De ahí el enorme reto de la Unión Ciudadana, la agrupación surgida al calor de la denuncia presentada por Jaime García Chávez, de transitar por la ya inminente campaña electoral sin que los ánimos electorales la capturen para convertirla en mero instrumento electorero.
De ese modo, el 2015 se presenta como la oportunidad, por lo menos en el ámbito de las luchas y exigencias ciudadanas en Chihuahua, de transitar hacia estadios superiores.

¿Lo logrará la sociedad chihuahuense? Ese sería uno de los mejores propósitos para el año que inicia.

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