jueves, 13 de noviembre de 2014

Misoginia ¿Y algo más?

El Diario, 13 de noviembre de 2014
Luis Javier Valero Flores
La renuncia de la diputada Teporaca Romero a la dirigencia estatal del Organismo Nacional de Mujeres del PRI (OMNPRI) en Chihuahua, por las razones argumentadas en la carta dirigida al presidente estatal del PRI, Alejandro Domínguez, es de extrema gravedad, no sólo para su partido, sino para la sociedad toda.
La acusación de que la dirigencia partidista es misógina no debiera ser tomada a la ligera, ni soslayada como lo ha hecho Domínguez. Está dirigida al partido gobernante en la entidad y que ejerce, en estos momentos, una sólida hegemonía; no es, por tanto, una acusación cualquiera.
Quien lo ha hecho se trata de una militante destacada. Representa al PRI en un distrito de la capital, forma parte de la dirigencia estatal (por dirigir al organismo de las mujeres priistas), posee una larga carrera partidista, ha mantenido un espacio editorial en El Diario de Chihuahua durante años y es, además, por si fuera poco, hija del Secretario General de Gobierno, Raymundo Romero.
Deberá abonarse a su favor, con relación a esta última relación, que la mayor parte de los cargos ocupados en su partido los alcanzó cuando su padre no era parte del actual grupo gobernante.
Es probable que por esa misma libertad (la que le permite esta estructura partidista) con la que ha actuado en la vida política que ha mantenido una relación de camaradería con Lucía Chavira y Marco Adán Quezada, éste el ex alcalde de la capital del estado.
La renuncia de Romero pudiera ser el primer hecho, evidente, tangible de lo que fue una difícil relación entre el ex alcalde y el Gobernador Duarte.
No estará lejos de la realidad que éste haya sido el factor central que pueda explicarnos lo que en otros momentos pareciera inverosímil: Relata Romero que la OMNPRI fue ubicada en un edificio sin agua potable, teléfono ni energía eléctrica.
¿Qué dirigente estatal se atreve a hacerle eso a la dirigente de las mujeres del partido y por añadidura hija del segundo de a bordo en Palacio?
¿O esta actitud, la renuncia y las muy populares respuestas de Raymundo Romero -Pregúntenle a Tachiquín- reflejan la disparidad de opiniones en el seno del gabinete estatal; acaso la disputa por las próximas posiciones y la lucha por la candidatura al gobierno estatal?
Las razones esgrimidas por la diputada Romero no son para desdeñarse, al contrario.
Revela, o insinúa, además, así lo nieguen quienes ocupan las dos sillas principales de Palacio, las divergencias, contrariedades, diferencias (por lo menos de matiz) existentes; inexplicables por otra parte pues bastaba con una renuncia, presentada o solicitada por el titular del Poder Ejecutivo en Chihuahua a su Secretario para que no se hiciesen aparentes y demostrasen que a unas cuantas semanas de la postulación de los candidatos a las diputaciones federales existía unidad al interior del priismo.
Hoy pueden presumir de todo, menos de eso, pareciera que las reyertas están a la vuelta de la esquina, justamente en el peor momento político del gobierno de César Duarte y cuando están a punto de resolver las candidaturas a las diputaciones federales.
Y en eso renuncia Teporaca Romero ¿Cómo es posible que la hija del segundo hombre más poderoso del actual gobierno -por lo menos en el papel- renuncie, no solo de manera tan intempestiva sino, además, tan ácidamente?
La carta de renuncia es escalofriante. La respuesta del dirigente del PRI estatal, Alejandro Domínguez, lo es más: “Se trata de cambios normales en el partido”.
Y es que la diputada dijo que la actual dirigencia del PRI en el estado de Chihuahua “se ha distinguido por su sectarismo, misoginia, falta de inclusión de todas las expresiones al interior, secuestrando al partido con actitudes autoritarias, violentando los derechos políticos de las y los militantes enmarcados en los Documentos Básicos del partido, así como en los ordenamientos internacionales de derechos humanos… he sido violentada institucionalmente por medio de agravios e intrigas agudizadas por la falta de perspectiva de género de la actual dirigencia estatal… la equidad de género, lejos de ser practicada como una mirada de hombres y mujeres en la búsqueda de la igualdad formal y real, es utilizada en demagogia, útil sólo para el discurso”.
Arguye que ejerció un liderazgo que incluyó “a mujeres provenientes de todas las corrientes internas del priismo; dejamos atrás el club de Tobi, lo que molestó a la dirigencia estatal…”. Y dice que en su proyecto (como dirigente del MNPRI) “fui hostigada por esta Dirigencia Estatal, porque nunca estuvieron de acuerdo en mi visión y ejercicio de liderazgo que incluyera a mujeres provenientes de todas las corrientes internas del priismo, dejamos atrás el club de Tobi, esto molestó a la Dirigencia Estatal”.
No son los únicos entuertos. El martes 11, Fermín Ordóñez Arana, dirigente municipal del PRI en Chihuahua, presentó una licencia por tiempo indefinido. Adujo que se lo había solicitado su partido. Pero el dirigente estatal, Alejandro Domínguez Domínguez, “aseguró que Ordóñez pidió separarse de su encargo por motivos personales”. (Nota de Jaime Armendáriz, El Diario de Chihuahua, 12/XI/14).
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