jueves, 29 de agosto de 2024

Obsceno final



El Diario, 29 de agosto de 2024 

Luis Javier Valero Flores

Jamás se lo imaginaron, menos a la luz de los resultados electorales del presente año, López Obrador termina -¿?- su mandato en medio de uno de los peores espectáculos de la corrupción que ha acompañado a la clase política mexicana de los últimos lustros:

Señalado por ser omiso, en el mejor de los escenarios, de las actividades del cártel más poderoso del mundo, el Cártel de Sinaloa,  -según la DEA- y de su principal jefe, El Mayo Zambada; en medio de un inmenso baño de sangre; desdeñado y criticado acremente por los padres de los 43 de Ayotzinapa; criticada su principal reforma, ya no solamente por la inmensa mayoría de los trabajadores del PJF, jueces y magistrados federales, sino por los gobiernos de los aliados comerciales más importantes de México; con un paro inédito del Poder Judicial de la Federación; comparado negativamente con los mandatarios previos de las últimas 3 décadas por la dirigencia del EZLN;  y la cereza del pastel morenista, haberse convertido en el peor corruptor de los políticos mexicanos, a los que les entregó pedazos de poder para comprarlos, como si fueran dueños de equipos deportivos a la busca de «talentos» en el ‘mercado’ de los políticos.

Es el colmo. 

El senador morenista-verde, Manuel Velasco, ex gobernador de Chiapas, quien le enviaba dinero en efectivo, a través de uno de sus colaboradores, -David León- a López Obrador, por medio de sus hermanos -Pío y Martín López Obrador- fue quien anunció que Morena ya había conseguido los 3 senadores que les faltaban para contar con mayoría calificada en la Cámara de Senadores.

¡Qué bárbaro! Pasaron poco más de 6 años y Velasco siguió en lo suyo, en la ‘compra’ de políticos ¿Qué les prometería a los senadores  electos del PRD, que el miércoles anunciaron su incorporación al grupo de Morena?

Y como eso ‘sólo se hacía antes’, porque «nosotros somos diferentes», el coordinador de la nueva bancada de Morena, Adán Augusto López, declaró que nosotros «No vamos a comprar los votos que nos faltan, eso era en otros tiempos».

¡Ajá!

¿Qué le pasó a la 4T, incluida la segunda etapa, que son capaces de recibirlos, sin empacho alguno, como nuevos integrantes «de nuestro movimiento», como declaró la presidenta Sheinbaum?

¿O que en días pasados le ordenaran al fiscal de la CdMx, en un segundo momento, diera marcha atrás en la ejecución de la orden de aprehensión en contra de Javier Corral y lo rescatara, literalmente, a instancias de una llamada y un mensaje de WhatsApp, solo para que el ex gobernante chihuahuense se convirtiera en prófugo de la justicia local?

Pero antes, que lo hicieran candidato, sólo para que ni siquiera se acercara a alguno de los actos de la campaña de Morena y de Claudia. En ninguno 

¡Valiente candidato se echaron encima y, además, no lo pueden presumir!

¿Po’s cómo, si carga sobre sus espaldas dos procesos en su contra, su tesorero prófugo y su vocero bajo proceso y, además, un extendido rechazo a su gobierno?

Y en medio de la profunda crisis política prohijada por la férrea oposición de los integrantes del Poder Judicial de la Federación a la reforma judicial, un grupo de abogados de la capital chihuahuense, morenistas, lidereados por el aún diputado local, Oscar Castrejón, anunció la creación de la Asociación de Abogados en Defensa de la 4T.

A pesar de haber obtenido una contundente mayoría, los morenos no se sienten muy fortalecidos pues la nueva organización se enfocará a  «tener una representación jurídica robusta que defienda los principios y objetivos de la 4T en un contexto de creciente oposición y debate legal sobre las reformas propuestas». (Comunicado del GP Morena, 28/8/24).

¿Acaso se estarán preparando a, una vez aprobada la reforma judicial, presentarse como candidatos a jueces, magistrados o ministros, ya sean locales o federales, para que los votantes de Morena, llegado el momento, una vez aprobada la reforma, los identifiquen como los ‘buenos’ para los puestos?

¡Híjole, tiempos muy aciagos se ciernen, no sobre nuestro futuro, sino sobre el presente!

Si no se detiene la reforma judicial, último bastión societario para hacerle frente al inmenso poder de quienes hoy lo han tomado por asalto, pues la mayoría que obtuvieron, no los faculta para actuar como si hubieran ganado la mayoría calificada en la Cámara de Diputados.

Columna de Plata-APCJ: 2008, 2015, 2017, 2022 y 2023

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domingo, 25 de agosto de 2024

Volver a empezar



El Diario, 25 de agosto de 2024

Luis Javier Valero Flores 

El venezolano Hugo Chávez resultó más demócrata que López Obrador y el morenaje. Le propuso aprobar una nueva constitución y se convocó a una elección. 

Para aprobarla se necesitaba una mayoría calificada de dos terceras partes de los votos. No la alcanzó y, sin empacho alguno, Chávez anunció que no habría nueva constitución.

López Obrador y Claudia no convocaron a cambiar a la  Constitución ni a construir un nuevo régimen político, no.

Con la previsible aprobación mayoritaria del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, a mediados de la semana, ratificando la decisión del INE de otorgarle al morenaje mayoría calificada en la Cámara de Diputados, se habrá concretado el verdadero golpe de Estado ‘blando’. Quien lo ejecuta es el presidente de la república.

Pretende con una chicanada, propinada con todo el peso del poder presidencial, asumir una mayoría de 2/3 de los diputados que el electorado no le otorgó a Morena-PT-PVEM en las urnas.

Vamos, ni siquiera a la candidata presidencial el electorado le entregó esa cantidad de votos.

El bloque gubernamental obtuvo una mayoría aplastante en la elección presidencial del 61% y una contundente victoria para diputados del 54%, pero no en los márgenes necesarios para efectuar los cambios exigidos tercamente por López Obrador.

Hoy, el partido que llegó bajo las banderas de la izquierda mexicana, de una parte de ellas, la que le apostó durante los últimos 30 años a la lucha electoral para transformar al país, se ha convertido en un remedo del partido oficial del viejo régimen.

En aquel régimen, el presidente era el todopoderoso, sí, pero estaba sujeto contrapesos establecidos de manera implícita en las estructuras del viejo régimen, porque contaba con estructuras y organizaciones que si bien se sometían al presidente, le recordaban que tenía límites temporales y que una vez terminado su período terminaba, también, su vida política.

Hoy no hay tal, el presidente López Obrador le impuso a su candidata la agenda electoral y ahora, ya como Presidenta electa, le ha impuesto a un importante número de los integrantes del gabinete, la agenda presidencial de los primeros meses y hasta los rasgos centrales de lo que será un nuevo régimen.

Por supuesto no será el régimen anhelado por generaciones de activistas, luchadores, derechohumanistas, académicos, intelectuales y organizaciones de la sociedad civil que propugnaron por uno en el que el respeto a los derechos humanos fuera el eje central de la actuación gubernamental.

En aquellos lejanos años el presidente de la República era no solamente el jefe del Estado mexicano, sino también el jefe de gobierno, de las fuerzas armadas, del Partido y, además, responsable de la política electoral en México, a través de uno de sus subordinados, el Secretario de Gobernación.

Lo que hoy entrega López Obrador es radicalmente distinto a lo soñado, incluso a lo prometido por él a lo largo de 18 años en busca de la presidencia.

Traicionó a los esfuerzos de una sociedad que en los últimos 40 años intentó, por diversos medios, acotar el poder presidencial, presionando para la creación de órganos electorales autónomos, obligando al régimen a aceptar como norma constitucional la transparencia  y el acceso a la información pública como un derecho de los ciudadanos; obligándolo a crear organismos autónomos con la capacidad para vigilar y sancionar en materias claves de la economía mexicana, en la generación de la energía eléctrica, en el otorgamiento de las concesiones en telecomunicaciones y en el encargado de sancionar las actividades económicas para evitar los monopolios.

Traicionó a una sociedad que impulsó, presionó y alcanzó la creación de un organismo encargado de vigilar y sancionar las violaciones a los derechos humanos de los mexicanos, cometidos por las autoridades de todo tipo, con la creación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, organismo que apareció de manera simultánea con los organismos estatales de los derechos humanos y como consecuencia de la creación de diversas organizaciones no gubernamentales derechos humanistas en todo el país.

Todo lo anterior será parte del pasado pues, ya con la artificial y falsa mayoría calificada que le otorgó el INE en la Cámara de Diputados, aprobarán la extinción de siete órganos autónomos: la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece); los institutos Federal de Telecomunicaciones y Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales; el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), y las comisiones Reguladora de Energía (CRE), Nacional de Hidrocarburos (CNH) y Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu).

López Obrador heredará a Claudia Sheinbaum un Estado militarizado pues ha impuesto, como eslabón final de su gobierno, que la Guardia Nacional pase a la Secretaría de la Defensa Nacional, con lo cual se pondrá el último clavo al ataúd de la seguridad pública en manos de civiles.

No es de ahora, la militarización, creciente, de la seguridad pública tiene 50 años. El paso final lo dará el presidente López Obrador pues la militarizará al 100%.

Lo harán en la peor demostración del fracaso de los mílites en esta materia. Los mexicanos asesinados en el presente sexenio rebasarán los 220 mil; más una igualmente dolorosa cifra de desaparecidos, que rebasa los 50 mil en el presente sexenio, en el que, como nunca, las bandas del crimen organizado han rebajado al Estado mexicano, a grado tal que el episodio de la captura-entrega del Mayo Zambada es la principal evidencia de la inutilidad del actual gobierno en esta materia.

Es un escándalo. A pesar de contar con un vasto sistema de seguridad y de espionaje, el gobierno lopezobradorista no ha sido capaz de detectar cuál fue el mecanismo por el cual ‘secuestraron’ al Mayo Zambada -en la versión de este último- ni del lugar exacto del cual salió el avión.

Vamos, no saben nada. Y no lo sabrán.

¡Qué ridículo!

Además, con un sistema de salud pública en la más profunda de sus crisis, agravada por la pandemia, que los exhibió con toda crudeza.

Dejará el presidente López Obrador un régimen que es, a no dudarlo, neoliberal, a pesar de todos sus discursos. No sólo no afectó a los intereses más grandes propietarios en el país, sino que pactó  alianzas con la élite empresarial de México, los convirtió en sus asesores y en los principales beneficiarios de su política económica, de tal manera que las fortunas de los 10 hombres más ricos de México, crecieron mórbidamente en su sexenio.

López Obrador adelgazó al máximo al Estado mexicano, medida que es una de las más neoliberales de la economía; lanzó al mercado de las estancias a cientos de miles de infantes, hijos de trabajadoras a las que, en lugar de crear la red del Estado mexicano de las estancias infantiles.

El López Obrador, candidato del 2006, 2012 y el 2018 desapareció.

Aquel que pregonaba que como resultado de su gobierno, nadie se sentiría obligado a emigrar, en busca de una mejor oportunidad de mejores condiciones de vida, se transformó en el presidente que elogió el crecimiento exponencial de las remesas de dólares que los paisanos enviaron en cifras sin precedentes a México, como si fuera un logro de su gobierno.

López Obrador no es un hombre de izquierda, su partido, Morena no fue capaz de impulsar la construcción de la hegemonía del pensamiento de izquierda, no de la hegemonía electorera de Morena, sino del pensamiento de izquierda.

En cambio, en el proceso electoral en el que el presidente violó más veces la ley electoral, durante meses sometió a los integrantes de los órganos electorales a una presión sin precedentes; amenazó con cambiar el marco legal que hacen posibles, viables, creíbles, ciertas y legítimas las elecciones, y luego, previendo que necesitarían ganar los litigios post-electorales que desembocarían en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), de la manera más tramposa posible no envió a la Cámara de Senadores, las propuestas de dos integrantes de este tribunal para que sustituyeran a quienes habían terminado su encargo y de esa manera asegurar que las decisiones le favorecieran.

Al mismo tiempo, impulsó la llegada de una mujer a la presidencia del INE -Claudia Taddei-, cuyos vínculos familiares, todos, están en Morena.

Luego, la secretaria de Gobernacion, María Luisa Alcalde, nos regresó al pasado, aquel de cuando el secretario de gobernación era al mismo tiempo, el encargado de la política interior del país, el responsable de los procesos electorales de su partido, el PRI, y, al mismo tiempo, el presidente del órgano electoral.

Las cifras de diputados alcanzados por Morena en el cómputo del INE son las mismas dadas a conocer por Alcalde desde el 3 de junio.

Al contrario de lo que sostiene Morena, los electores no le otorgaron a ese partido la autorización para efectuar la reforma judicial, ni efectuar cambios constitucionales. Obtuvo mayoría de votos, sí, pero en específico los electores no le otorgaron la facultad de efectuar cambios constitucionales.

La determinación de los organismos electorales será un tremendo paso, en la traición, a los principios democratizadores de la izquierda, o de una parte importante de la izquierda mexicana de los últimos 30 años, que le apostaron todo a la búsqueda de alcanzar un régimen democrático, lejos de los tufos autoritarios que emana el lopezobradorismo.



Si hubiese que buscar una descripción del gobierno de la 4T, nada mejor -¡Quién lo fuera a decir!- que la certera y ácida descripción que hizo el sub comandante Marcos (EZLN) de él: «(López Obrador) tuvo el autoritarismo de Díaz Ordaz; el nacionalismo de cartón piedra de Luis Echeverría Álvarez, la demagogia corrupta de José López Portillo, la mediocridad administrativa de Miguel de la Madrid, la perversidad de Carlos Salinas de Gortari, la vocación criminal de Ernesto Zedillo, la ignorancia enciclopédica de Vicente Fox, el militarismo, la mecha corta de Felipe Calderón y la frívola superficialidad de Enrique Peña Nieto».

Ni modo, habrá que empezar de nuevo, a impulsar la creación de todos los contrapesos y figuras necesarias para acotar al presidencialismo de esta época, acaso más autoritario que el del pasado.

Columna de Plata-APCJ: 2008, 2015, 2017, 2022 y 2023

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jueves, 22 de agosto de 2024

Relación Claudia-Maru ¿La determinará Corral?



El Diario, 22 de agosto de 2024

Luis Javier Valero Flores 

Descartada la discusión sobre si la determinación del fiscal anticorrupción, Abelardo Valenzuela, para dar curso al proceso penal en contra del ex gobernador Javier Corral, obedece a una intención revanchista o no, porque sin duda alguna ese componente está presente y porque sería ilusorio pensar que no lo existe, el tema más importante en este affaire lo constituye si la frustrada detención influirá en el rumbo de las relaciones entre la gobernadora de Chihuahua y la presidenta de México.

No se trata, como muchas veces se sostiene acerca de las relaciones entre mandatarios, en las que se pone el énfasis en las relaciones personales que dejan de lado las que debieran importarle, no solo a los involucrados, sino fundamentalmente a los gobernados, en este caso a Maru Campos y Claudia Sheinbaum, las institucionales.

Importa detenerse en este tema porque, desgraciadamente, a pesar de todas las alternancias partidarias ocurridas a lo largo del siglo, el marco institucional para la distribución regulada, ajena a la discrecionalidad de los recursos contenidos en el presupuesto federal, es inexistente.

Lo prevaleciente es la piedra angular del presidencialismo mexicano: El reparto de dinero público por el presidente mexicano.

Pocos recuerdan los tonos triunfales, de verdaderas fiestas con las que se desarrollaban las giras presidenciales del viejo régimen, porque en ellas el mandatario en turno repartía a diestra y siniestra dinero a raudales, ya fuera en obras, servicios, en efectivo  y aumentos salariales.

El verdadero ejecutor del presupuesto federal era el presidente.

Esa práctica persiste hasta el presente, ciertamente acotada, pero todavía la mayor parte de los recursos federales son manejados directamente por los funcionarios nombrados por el presidente en cada entidad y son, en la mayor parte de los estados, superiores a los que les llegan por la vía de las participaciones federales, es decir, de las partidas incluidas en el presupuesto federal, entregadas a las administraciones estatales y que se ejercen con plena soberanía por éstas.

Así, hasta los tiempos de López Obrador, éste ha determinado, por su cuenta, bajo sus muy personales determinaciones, la construcción, o no, de infinidad de obras y servicios necesarios en las entidades y él ha sido, igual que en el pasado, quien determina qué obras, en qué estados y cuando se deban llevar al cabo.

Si esto es así, entonces el factor personal, la empatía y las aficiones político-partidarias de cada gobernador influyen, a veces determinantemente en las decisiones presidenciales.

O peor aún, el hecho de que, siendo de la oposición, ‘se porte bien’ a los ojos del presidente.

De ahí la importancia del episodio de la frustrada detención de Javier Corral ¿Creerá Claudia que en ella existe un sustrato, real, mensurable, evidente, del mal uso de los recursos públicos de su ahora colaborador?

O, por el contrario, ¿Como el presidente, que en todos los casos en los que gente cercana a él es acusada de alguna corruptela, los exculpa y los declara inocentes, se colocará por encima de instituciones, evidencias y procesos y lo exculpará, sólo por el hecho de formar parte de su equipo?

¿Y entonces, de inmediato, enfríe o suspenda las relaciones con la mandataria local?

¿Habrá diferencias con la forma de gobernar de López Obrador?

Por supuesto se desea que sí; hay evidencias de que las podrá haber.

Hay una, cardinal, y es la de que el presidente, en todo momento, tuvo como eje de sus acciones la competencia electoral. Todos sus empeños fueron en ese sentido.

A lo mejor Claudia no gobernará igual.

Sin embargo, la fallida detención de un colaborador de la presidenta electa es, por supuesto, un agravio a Sheinbaum y más aún porque Corral no podrá acceder a ningún otro nombramiento que el de senador, (pues estará a unos días de tomar posesión) que le brindará la protección necesaria para no afrontar el proceso legal en su contra, sino hasta que pierda el fuero en 2030.

Y, además, porque no podrá ser nombrado titular de la hipotética Agencia Anti Corrupción, cuya creación él la propuso y al frente de la cual se decía podría quedar; pero si la dependencia se ubicara como una dependencia más, sin que se le otorgue fuero a su titular, entonces Corral deberá decirle adiós a ocuparla.

¿Podrán superar ambas mandatarias el antecedente de las pésimas relaciones entre Maru y López Obrador?

Lo veremos.

Ojalá sí.

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domingo, 18 de agosto de 2024

Javier Corral: Compendio del morenismo



El Diario, 18 de agosto de 2024 

Luis Javier Valero Flores 

En muy pocas ocasiones un incidente, un suceso o un personaje sintetiza un fenómeno, un movimiento o un partido.

Ese es el caso de Javier Corral. Compendia la degradación política del partido del presidente.

Fúrico crítico de López Obrador, bastaron unas cuantas señales para que Corral se convirtiera en un zalamero del presidente y de la presidenta Sheinbaum; para ello sólo se requirió la promesa de una senaduría y hasta ¿Porqué no? un cargo en el gabinete.

Como decenas, centenas de antiguos militantes de los partidos del viejo régimen para que se olvidara de todo su pasado militante, ideológica y políticamente contrario a lo que ahora pregona y le dieran un impulso histórico al fenómeno político mexicano del momento, el chapulineo.

Ineficaz gobernante, cometió los errores necesarios para que la Auditoría Superior del Estado (ASE) le señalara la comisión de varias irregularidades merecedoras de sanciones penales.

Al frente de la ASE se encontraba -y se encuentra- un antiguo funcionario de la Cámara de Senadores, -Héctor Acosta Félix- elegido por el Congreso del Estado a instancias de Corral que, en su momento, dirigió autoritariamente, del mismo modo que el presidente hace con los senadores y diputados de la 4T.

Es la ASE de Acosta Félix la que iniciara el proceso en el cual Javier Corral ha sido señalado como responsable del desfalco de 98 millones de pesos y, a diferencia de las otras causas que se le siguen, no se inició en la actual administración estatal.

Sigamos con el compendio.



A punto de ser aprehendido, llama por teléfono y acude prontamente el Fiscal de la CdMx, Ulises Lara, a rescatarlo; así, Lara se colocó en el primer fiscal de la historia que “rescata” a un imputado y en lugar de actuar de acuerdo con la ley, vamos, dejando de lado la solicitud de colaboración de la Fiscalía de Chihuahua, sino en su calidad de agente del ministerio público de la capital, que tiene frente a sí a una persona con una orden de aprehensión, no actuó deteniéndola y enseguida indagar si tal orden era legal y revisar si ya estaba en curso la colaboración con Chihuahua.

Años atrás, algunos de los más destacados del morenismo y alguno -ahora- de la oposición, protagonizaron acción parecida. 

En 2010, ya con una orden de aprehensión en su contra, Julio César Godoy Toscano (hermano del ex gobernador michoacano, el perredista y hoy morenista Leonel Godoy) fue ingresado a la Cámara de Diputados en la cajuela del vehículo del entonces diputado federal Guadalupe Acosta Naranjo y se resguardó en la oficina de Alejandro Encinas, coordinador de los diputados del PRD.

No tenían a la mano un fiscal ‘carnal’.

Peor, el fiscal Lara, siguiendo las consejas presidenciales, le dio seguimiento a aquella de -no me vengan con que la ley es la ley- y decidió en ese momento, de palabra, desistirse de la colaboración, violando con ello un titipuchal de ordenamientos legales.

Lo efectuado por Ulises Lara se corresponde al modo en que llegó a la titularidad de la fiscalía: No era abogado -cosa que exige la ley- y en cosa de un día obtuvo el título de una universidad desconocida y en ese mismo lapso la SEP le extendió el reconocimiento a sus estudios «profesionales».

Además, el caso de Corral fue abordado en la reunión de seguridad del ¡gabinete presidencial!. 

«El lunes 10, el mandatario federal abordó el tema en la reunión del Gabinete de Seguridad en Palacio, según han confirmado a este diario fuentes con conocimiento del encuentro…». (Nota de Zedryk Raziel, El País, 15/8/24). 

https://elpais.com/mexico/2024-08-15/javier-corral-el-plan-de-chihuahua-para-arrestar-al-exgobernador-en-ciudad-de-mexico.html

«… La posibilidad de un secuestro movilizó los engranes del Gobierno federal. El secretario de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval, dispuso un grupo de escoltas militares para que protegieran a Corral día y noche y en todos los lugares». (Ibídem).



Así, el ex gobernador, acusado de corruptelas, al igual que otros “amigos” del presidente, señalados por causas semejantes, por el solo hecho de haberse pronunciado como integrantes de la 4T, obtienen, de inmediato, salvoconducto de honestos.

En el colmo de los casos, como Corral, protección militar!

Y si faltaran elementos -¡Po’s cómo no, faltaba más!- la exculpación presidencial, en la ceremonia central del morenismo, la conferencia mañanera.

En la que, además, el presidente, sin más elementos -por lo que se ve- que sus propias elucubraciones encontró que la razón para perseguir penalmente a Corral obedece al revanchismo de la gobernadora, merced a los viejos agravios entre ambos personajes del panismo y a que, no lo dijo, pero lo dejó entrever, el ex gobernador César Duarte «ya anda libre», dando por hecho que ahora, con la ciudad por cárcel, sí está en condiciones de exigirle a Maru el encarcelamiento de Corral.

Si fuera cierto esto ¿A poco no podía dar esa orden desde el interior del penal, cuando ahí se encontraba?

¿A qué esperar y arriesgarse a lo que está a punto de ocurrir, es decir, a que Corral tome protesta como senador de Morena y en los tiempos en los que, dijo el presidente, ya se acabaron los fueros, Corral sí lo tenga y no pueda ser aprehendido sin antes ser sometido a un proceso de desafuero, cosa que no harán los diputados morenistas?

Y en el sexenio en el que todas las denuncias y acusaciones de corruptelas cometidas por algún morenista obedecen al espíritu “politiquero” de los “conservadores”, la presidenta no podía quedarse atrás y aseverar que el intento de aprehensión de Corral obedecía a una persecución política.

¿Porqué no serán capaces de declarar que esperarán a las resoluciones de las autoridades correspondientes?

¿Porqué se atreverán a declarar inocentes a los señalados, algunos con abundantes evidencias, sin tener a la mano el conocimiento preciso, pleno, de los casos?

¡Ah, no, es que son de los nuestros y, por tanto, por definición, son inocentes! Como por ejemplo, el gobernador sinaloense, Rubén Rocha Moya.

¿Porqué, por ejemplo, alguien de los cercanos a la presidenta no viene a conversar con el auditor Acosta Félix y los auditores ejecutores de las auditorías de este caso?

¿Porqué dejarle la vía libre a quienes, desde Chihuahua, le ‘malinforman’ al presidente, a él, que “está informado de todo”, pues, como lo dijo -el presidente sabe todo lo que pasa en el país?

¿Será?

Y ya puestos en el camino, ¿La jueza Quinto de Distrito en Amparo de la Ciudad de México, Patricia Marcela Diez Cerda, podrá salvarse de la ‘quema’ de la reforma judicial?

Es que ella le otorgó el amparo a Javier Corral ¿Ya la considerarán de los jueces ‘buenos’, esos que atienden diligentemente las peticiones del morenismo.

Por supuesto, no creo que ella haya actuado ‘diligentemente’, lo más probable es que estaba casi obligada a otorgarlo en contra de la orden de aprehensión. Deberá resolverlo el próximo 27 de agosto. 

¿Y si no se lo otorga de manera definitiva, la lincharán?

Con toda seguridad, sí.

Finalmente, más allá de las vendettas de los gobernantes locales -que existen, a pesar de sus declaraciones- lo cierto es que los dos ex gobernadores más recientes -Duarte y Corral- presumiblemente cometieron corruptelas por las cuales están bajo sendos procesos.

Podrán argüir que son ‘politiquerías’, revanchas o que obedecen a las ambiciones políticas de los que llegan, pero existen suficientes evidencias que han llevado a diversas autoridades a presumir la comisión de algunos delitos.

Por lo menos en el caso de Duarte pudiera ya no haber dudas, autoridades judiciales de EU y México han presumido que así fue y está a la espera de que inicie ¡Por fin! El juicio que lo determinará.

En el de Corral, existen suficientes evidencias de las irregularidades, algunas de ellas denunciadas por la ASE hasta cuando era el mandatario.

Todo apunta a que habremos de esperar el término del gobierno de Claudia, si es que se aprueba su propuesta de abolir la reelección.

Si no se aprueba, veremos a Corral buscar desesperadamente la candidatura senatorial en 2030 para extender su ‘manto de impunidad’ ¡Hasta el 2036!

¡Válgame! ¿Tendrá algún rasgo de similitud con lo efectuado recientemente por Alito Moreno en el PRI, que será presidente de ese partido, si todos los dioses así lo acuerdan, hasta 2032?

Tendremos suficiente tiempo para lamentar el retraso de las autoridades judiciales locales en fincarle los cargos por la supuesta comisión de distintos delitos del neomorenista, al que ahora, con mayor o menor ímpetu, los morenistas locales salen a defenderlo, después de haberlo criticado ásperamente en su gobierno.

No, no son iguales, pero ¡Ah, cómo se parecen!

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