domingo, 7 de mayo de 2023

Se baja Maru; se sube Loera




Luis Javier Valero Flores

El Diario, 7 de mayo de 2023

  • Maru no buscará la presidencial. Loera le disputará a Pérez Cuéllar la alcaldía juarense

En la semana que concluye, dos de los principales actores políticos de la entidad, la gobernadora Maru Campos y el delegado del gobierno federal en Chihuahua, Juan Carlos Loera, anunciaron sus definiciones electorales.

Luego de que, durante meses, la gobernadora atendiera las peticiones de la dirigencia nacional de su partido y de que oyera las opiniones favorables mayoritarias de su entorno más cercano, en el sentido de pronunciarse como una de las opciones presidenciales, a pesar de las innegables condiciones adversas para ello en la entidad, decidió anunciar que no buscará ser la candidata del PAN a la presidencia de la república.

“… ni aunque me la ofrecieran... yo tengo un compromiso con los chihuahuenses, el trabajo ha sido muy arduo... ha sido muy difícil sacar el barco del atolladero en donde estaba…”, afirmó la gobernadora en entrevista banquetera.

Sin duda que tanto los factores externos, como los internos, contribuyeron a esa decisión, la que, a pesar de las opiniones de sus críticos, habrá que considerar positivamente pues los chihuahuenses -todos- desean que los gobernantes elegidos cumplan con la tarea que tan arduamente buscaron y para la cual los convencieron de votar por ellos.

Es que unas son las valoraciones de las dirigencias nacionales y otras las que deberán efectuar quienes ocupan cargos de elección popular, y más si este es el resultado de una elección reciente. 

Las primeras están obligadas a valorar las reales posibilidades de sus militantes mejor ubicados en el ánimo electoral nacional, pero también debieran considerar los compromisos adquiridos con el electorado de una entidad, o un municipio.

Un factor por demás importante en esas valoraciones es el de las mayores o menores posibilidades de los mandatarios estatales, a quienes se les propone lanzar a una contienda presidencial. 

Por el momento todas las encuestas -independientemente de la confiabilidad que cada quien les tenga- indican una clara ventaja de Morena y sus aliados frente al bloque opositor -PAN, PRI y PRD- al que reiteradamente Movimiento Ciudadano se niega a sumarse.

Y si las condiciones “externas” (nacionales) son desfavorables para las aspiraciones presidenciales de Campos, las internas lo son más. 

No es nada nuevo, las condiciones en las que recibió el gobierno estatal hacían prever un muy difícil inicio en las finanzas públicas, lo que incidiría en prácticamente todos los aspectos del gobierno, especialmente en la salud y la educación pues, dos factores, a cual más de desfavorables, las afectarían, por un lado la lenta recuperación económica nacional (a los niveles prepandemia) y, por otro, la descontrolada inflación, lo que afectaría, además de la disminución de los ingresos propios, los procedentes de la federación.

A ello se le agrega la tremenda carga de la deuda, tanto la directa (soportada por los ingresos estatales, derivados de la recaudación y otras vías, como los que la federación asigna a la entidad), como las soportadas por otras fuentes, especialmente las derivadas de las diversas figuras de la deuda contratada con base en el peaje de las carreteras concesionadas. 

Por otra parte, la seguridad pública, que se agravó en la parte final del corralismo, en una tendencia creciente, prácticamente durante todo el gobierno del nuevo empresario librero de la capital. 

Al inicio del gobierno de Maru Campos no cambió esa tendencia; por el contrario, se agravó por el incremento de la nueva plaga aportada por el mundo de las drogas, el fentanilo, y las consecuentes disputas por el mercado minorista, tanto de esta droga, como las de la ya presentes.

Hay un factor más a considerar, el aportado por el hostigamiento presidencial a la gobernadora, que arreció en cuanto anunció que se sumaba a la lista de aspirantes presidenciales panistas y que alcanzó niveles máximos en la crisis de los migrantes fallecidos en el centro migratorio del 27 de marzo.

AMLO visitó Juárez, y no sólo no vio a los migrantes heridos, a las familias de los muertos, ni a la gobernadora Campos, y tampoco, esa sí que fue una sorpresa, al delegado federal, Loera de la Rosa.

El mensaje presidencial fue tajante, además de las frases lanzadas a los manifestantes que lo interpelaron: “Te mandó Maru, mi amor”.

“Con todo respeto a la señora Gobernadora, está haciendo politiquería, porque también tiene aspiraciones, es también de los precandidatos a la Presidencia, que ya son como 100, los del bloque conservador, ojalá y no se vayan a rasguñar mucho… nosotros estamos atendiendo a los migrantes y lo vamos a seguir haciendo”. (Nota de Claudia Guerrero, Reforma, 20/4/23). 

Esos factores, y otros aportados por la actual administración estatal, han llevado a muchos chihuahuenses a otorgarle bajas calificaciones a su desempeño y a darle una mejor calificación, por el contrario, al presidente López Obrador, hasta ubicar a Chihuahua a la mitad de las entidades, en las calificaciones que la encuesta de Mitofsky le otorgaba al tabasqueño en marzo.

En esa misma encuesta, la gobernadora se ubicaba en el 9o. lugar, entre los mandatarios estatales.

En abril cambiaron levemente las cosas. La aprobación al presidente alcanzó una de las disminuciones mayores en el país, al bajar 5.6 puntos y ubicarse en 57.1%, además de descender 3 lugares en el ranking nacional.

Asimismo, en febrero, en Delicias, la aprobación al presidente se ubicó en 62.3%, en el lugar 52 de 150 municipios encuestados, por encima de Juárez, que alcanzó 61%, en el lugar 58; Chihuahua, en tanto, se ubicó en el lugar 126 con el 49.1%.

Si esas son las calificaciones de las encuestadoras, los factores y hechos que pueden posibilitar la baja en la aprobación a la gobernadora son diversos; destaca, como desde hace mucho tiempo, la oleada de homicidios, la mayoría generados sin duda por las bandas del crimen organizado que, por momentos, llegan a niveles de verdadero escándalo y que han llevado a la gobernadora Campos a efectuar una acción como la asumida por el ex gobernador Corral, la de sustituir a la policía  municipal de Nuevo Casas Grandes.

Ante esa ola homicida se han topado y han fracasado, a juzgar por los episodios que se suceden unos a otros, cada vez más salvajes, tanto el gobierno estatal, como el federal. 

Como en el pasado, por ninguna parte aparece la estrategia adecuada que la enfrente.

El fracaso es de esas dos instancias de gobierno, en esa calificación sólo se podría incluir a los gobiernos de, a lo mejor, 5 o 6 municipios, los de mayor población en la entidad, los únicos que cuentan con los recursos necesarios para sostener una aceptable policía municipal.

Es, por tanto, entendible y justificada la negativa de la gobernadora a participar como contendiente en la elección presidencial. 

En sentido contrario, y probablemente también en condiciones desfavorables, se pronunció el delegado federal, Juan Carlos Loera, al autoproclamarse como su propia “corcholata”, para deslindarse de cualquiera de los aspirantes presidenciales de su partido: Yo no tengo 'corcholata' ¡Yo soy mi 'corcholata'! Voy a buscar participar en la encuesta, quiero ser presidente de Juárez y vamos a ver cuáles son las condiciones que se van a pedir, cuándo se estaría planteando la encuesta, y esperemos que sí sea una encuesta… ”. (Nota de César Lozano T., El Diario, 3/5/23).

Y es que, para nadie es un secreto, la opinión determinante en la designación de candidatos, tanto para los legisladores federales, como para las gubernaturas y las presidencias municipales más importantes del país, es la del presidente.

En los meses precedentes han corrido los rumores del enfriamiento entre el delegado Loera y la Secretaria del Bienestar, Ariadna Montiel, cuyo manto protector había extendido la fuerza de Loera, derivada de su cercanía con el presidente, pero los rumores encontraron un importante sustento en la última visita presidencial, a cuyo desarrollo no fue invitado (se trataba de una reunión estatal de los “servidores de la nación” por tanto, empleados bajo su dirección) y en la que la secretaria Montiel, además de coordinar dicha reunión, le dió la bienvenida a López Obrador, “porque me siento chihuahuense”.

Buscar la alcaldía juarense, y no la senaduría (cuya primera fórmula, se dice, recaería en una candidata) sería la ruta de Loera, en la cual enfrentaría al alcalde juarense.

No parece favorable para el delegado federal y menos ahora que hasta la dirigente estatal de Morena, Brighite Granados, (su sobrina) se tomó la foto con Pérez Cuéllar, en lo que pareció ser lo que los políticos  desean se tome de ese modo, en un mensaje político.

*Columna de Plata-APCJ: 2008, 2015, 2017 y 2022

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