lunes, 29 de julio de 2013

Diez años ¿Perdidos?

Aserto No. 120, 28 de julio de 2013 Luis Javier Valero Flores Interrogado por un grupo de amigos, a mediados de mayo del 2002, acerca del futuro personal inmediato, respondí que editaría una revista mensual. Se corrieron las apuestas. El más benévolo afirmó que no llegaría al número 7. Poco más de un año después, anunciamos la aparición de Aserto. Hoy festejamos el 120, luego de una década que al momento del recuento, -no del personal, que ese al fin y al cabo es estrictamente circunstancial, porque depende en grado sumo del entorno-, de lo ocurrido en Chihuahua, queda la impresión que se perdió una década para las actuales generaciones. La mayor parte de lo más importante fue recogido en nuestras páginas, ya por la interpretación, o la crónica de nuestra larga lista de colaboradores, integrantes de la vasta diversidad política e ideológica de nuestra entidad, pero, sobre todo, en las portadas de la revista, las que hoy nos permiten hacer un somero recuento de lo protagonizado por los chihuahuenses. Así, el número inicial -en junio de 2003- presentamos a los precandidatos de los partidos que se han disputado todo en Chihuahua a lo largo de las últimas tres décadas. En una composición fotográfica aparecieron los priistas José Reyes Baeza y Víctor Anchondo y los panistas, Eduardo Romero, Javier Corral, Samuel Kalish y Jeffrey Jones. Luego, en concordancia con la magnitud de la tragedia, el tema de los feminicidios acaparó la atención de la revista. Las muertas de Chihuahua, denominamos la segunda edición, con una impresionante fotografía, la de unas ropas de mujer plasmadas sobre una plancha del Servicio Médico Forense, sin rastros cadavéricos a la vista. La fotografía impresionaba por lo que debía uno imaginarse acerca del sufrimiento de quien había sido una víctima más de la salvaje masacre feminicida que asoló a Chihuahua. La tragedia, aún mayor fue que, en lugar de amainar, se acentuó a niveles desesperantes en cuanto llegó la ola homicida a partir del 2008. Pero durante largos meses el asesinato de mujeres, las denuncias y el peregrinar de sus familiares ocupó nuestra atención, así como los reclamos de las organizaciones internacionales defensoras de los derechos humanos, que llevaron, casi diez años después a que la Corte Interamericana de los Derechos Humanos sentenciara al Estado mexicano por los múltiples atropellos cometidos, por omisión, a las víctimas, en primer lugar, a sus familiares y al conjunto de la sociedad. Años después, en su reclusión del penal de Chihuahua, entrevistamos a quien dos gobernadores chihuahuenses acusaron de ser el feminicida mayor del estado. Latiff Sharif negó, siempre, ser un asesino, soy inocente, repitió hasta su muerte, el feminicida favorito de los gobernadores Barrio y Patricio declaraba a Aserto su inocencia a pesar de haber sido sentenciado a 20 años de cárcel, por homicidio simple, de una sola mujer, y no por las decenas que frente a las cámaras declararon los gobernantes. Beneficiario de la posibilidad de la libertad, por haber transcurrido en reclusión más de la mitad de su condena, Sharif no quiso salir de la cárcel, y repitió una frase que muy pocos respetan: “De aquí salgo, o inocente, o muerto”. Lo cumplió, murió en la cárcel, víctima de los abusos carcelarios. A lo largo de estos diez años, un tema fue recurrente: Las irregularidades y tropelías cometidas en, primero, la aprobación de las cuentas públicas, y luego, al cambiar la ley, en la simple revisión de las cuentas públicas y en la permanente opacidad con las que se discuten y aprueban en el Congreso del Estado. Eso no ha cambiado ostensiblemente a pesar de las nuevas regulaciones en materia de fiscalización de los recursos públicos. La negociación entre las fuerzas políticas sigue siendo la tónica. Desde luego, para que las principales irregularidades no se sancionen. En estos 10 años, la mayoría del Congreso ha recaído en el PRI, pero el PAN le ha aprobado todas las designaciones de los principales responsables de la fiscalización, de cuyo trabajo luego se queja permanentemente. El tema de los políticos y sus divinos salarios no podía escapar al escrutinio de Aserto, periódicamente apareció sin que tal fenómeno se atenuara a pesar de las múltiples críticas realizadas por miles y miles de ciudadanos, en todos los tonos y formas posibles acerca de los salarios de los funcionarios, como los tituló el cartonista Kabeza, divinos. Poco a poco, casi sin darnos cuenta, ante nuestros ojos se acentuaba el nivel de confrontación de los cárteles de las drogas. Uno de los primeros escándalos, cuyas repercusiones llegan hasta nuestros días, fue la construcción del rastro TIF en Chihuahua y sus sangrientas secuelas, una de las cuales podía ser la del asesinato del regidor del PAN, el empresario Alonso Baeza, cuya muerte aún no se esclarece, del mismo modo que ocurre en miles de asesinatos. Sí, no exageramos, miles. En tanto, la ofensiva neoliberal continuaba. Priistas y panistas aprobaban en el Congreso de la Unión las reformas a las leyes del IMSS y del Issste, demoledores golpes a las conquistas laborales, fruto del mayor conflicto bélico en el país. Todavía en 2005 seguía el feminicidio, aquel que iniciara en el gobierno del panista Francisco Barrio, se acentuara en el del priista Patricio Martínez y llegara hasta el del también priista, José Reyes Baeza. Dimos cuenta de la llegada de las forenses argentinas que identificaron 50 cadáveres de mujeres cruelmente asesinadas. En el gobierno de Reyes Baeza se aprobaba la ley de transparencia y la reforma penal que instauró los juicios orales en materia penal. Al mismo tiempo, informábamos del intento de desafuero de Andrés Manuel López Obrador, ya para entonces, parodiando la propaganda gubernamental, pusimos en portada que Chihuahua era “tierra de ejecuciones”. Los principales temas de Chihuahua seguían abordándose en la revista. Contribuimos a la develación del proyecto de la denominada ciudad Vallina, en Juárez, desmesurado y descarado intento de quitarle a esta ciudad sus reservas de agua. Enseguida el relevo de Fox y la movilizadora electoral de Andrés Manuel López Obrador, junto con la disputa post electoral que a la postre obligó a los partidos y la administración de Felipe Calderón a aprobar la reforma electoral que prohibió la propaganda política en radio y televisión. Un nuevo escándalo nos cimbró, el de los ilegales salarios de las esposas de los alcaldes, ante lo cual el Congreso del Estado les lanzó un ultimátum, en enero de 2007, para que los devolvieran. Sigue pendiente la resolución. Ya en 2007 dábamos cuenta de la destrucción de la Tarahumara por las empresas mineras y publicábamos las primeras imágenes de la explotación de oro por medio de la lixiviación de cianuro de sodio en el municipio de Ocampo. Ese mismo año se presentó la peor cifra de abstencionismo en la entidad, al tiempo que publicamos un extenso reportaje sobre las corruptelas realizadas para permitirle nuevos asentamientos de menonitas que llevarían, escribimos, a que se acabara el agua del desierto. Dos mil ocho, el año del principio de la tragedia homicida empezó muy temprano con el asesinato del dirigente campesino, Armando Villarreal Marta. Y en junio del 2008, apareció la matanza, la primera de Villa Ahumada, luego, los secuestros, la matanza de Creel, que denominamos el color del miedo; la irracional guerra de Calderón, sin sustento, afirmaron el ex vocero de Fox, Rubén Aguilar, y el canciller de ese gobierno, Jorge Castañeda. 2010, la contienda en medio de la matazón; el altercado o atentado en contra de Reyes Baeza; las adquisiciones de la familia Borruel y de inmediato el inicio local de la crisis en el PAN; Corral, un peligro para el PAN, le dijeron sus propios compañeros del gabinete de Calderón. Enseguida la polémica entre Cruz Pérez Cuéllar y Javier Corral, diva, catalogó el primero al actual senador. En tanto crecía la oposición popular a la operación Conjunta Chihuahua, considerada por todos como un fracaso. Juárez, la tragedia nacional, en julio de 2010. Una nación rota por la guerra de Calderón. Las novedades en la Iglesia católica, el nuevo arzobispo de Chihuahua, Constancio Miranda, directo de Toluca. Al tiempo que César Duarte festejaba su triunfo y las críticas se cebaban en el gobernador saliente, Reyes Baeza, éste afirmaba, tajante, -Seguiré en la política. En ese año, 2010, uno de los peores en la masacre de Chihuahua, Aserto se extendía y durante medio año transmitimos semanalmente Aserto Tv a través del canal 10 de Cablemás. Inmediatamente después, en septiembre, nacía Aserto Radio, en Antena FM. En el mes de la patria llegará a su tercer aniversario. Pero si las cifrsas de las ejecuciones realizadas en los años precedentes espantaban, lo ocurrido en 2011 es para no olvidarlo jamás. La ola homicida se extendió salvajemente e hizo palidecer las cifras de los feminicidios de la década anterior, al tiempo que la disputa por La Tarahumara se extendía no solamente en el aspecto criminal, sino también entre los pobladores de los yacimientos de oro. A ese conflicto se sumaría, meses después, el del agua, que llegaría al extremo del asesinato, aún no esclarecido, de Ismael Solorio, esforzado dirigente campesino, de El Barzón-Chihuahua y originario del ejido Benito Juárez, municipio de Buenaventura. Sin la emoción popular del 2006, nuevamente el más destacado dirigente de la izquierda mexicana, Andrés Manuel López Obrador, contendió por la presidencia de México. Perdió ante el regreso sin gloria del PRI, que lo hizo montado en una vasta operación financiera -ilegal- y de movilización de todos los recursos humanos en poder de los gobernadores priistas. Creyentes que la crisis de la deuda dejada por Humberto Moreira, a su paso por la gubernatura de Coahuila, era un fenómeno exclusivo de nuestros vecinos, sorprendió a la mayoría de los chihuahuenses saber que la deuda de Chihuahua era ya del orden de los 25 mil millones de pesos. Enseguida, la caída de Gordillo, hasta la debacle política de las elecciones actuales. Tal es el recuento, sucinto, de lo presentado por Aserto a sus lectores, tan solo en sus portadas. Es el fruto del trabajo de quienes creamos, mes a mes, sin interrupciones, esta publicación que no es, a eso aspiramos, sino un reflejo de lo acontecido en nuestra entidad, de los sueños de quienes escriben aquí, de quienes nos leen, a ellos nos debemos. Gracias.

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