jueves, 24 de noviembre de 2022

El “verdadero” partido de México



El Diario, 24 de noviembre de 2022

 Luis Javier Valero Flores 

En medio de una tremenda crisis de credibilidad, el dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno, luego de ceder ante la salvaje embestida mediática de la gobernadora campechana, Layda Sansores, que le hizo recular ante la postura presidencial de prolongar hasta el 2028 la presencia de las fuerzas armadas en las calles, asumiendo tareas de seguridad pública, con lo que casi se desploma la coalición opositora rumbo al 2024, se lanzó en una campaña propagandística verdaderamente lamentable.

Mediante spots radiofónicos y televisivos, el dirigente priista lanzó un mensaje que muy probablemente arrojará los resultados absolutamente contrarios a los que pensó.

Alejandro Moreno, con el viejo estilo de la oratoria, de la vieja clase política, nos espeta anuncio tras anuncio diciendo que el PRI “es el verdadero partido de México” y que los priistas son quienes “construimos este país”.

¿En qué país vive el presidente, aún, del Comité Nacional del PRI? ¿Acaso cuatro años después de la descomunal derrota sufrida por su partido, no se ha percatado de las razones que llevaron a un número muy grande de electores a abandonar sus siglas y sus candidatos?

En las vísperas de las muy importantes, esenciales para la existencia futura de su partido, elecciones en el Estado de México, en las que, sin la concreción de una alianza con el PAN y el PRD, perderán la gubernatura en la entidad en la que existen más de 11 millones de electores, antesala, sin duda, de la elección presidencial, “Alito” Moreno no se percata de la importancia de cambiar, personalmente, y de ese modo dar pie a la profunda transformación que deba emprender el partido que lo fue casi todo a lo largo de 70 años del siglo pasado.

Si no cambian en sus maneras de concebir, asumir y aplicar la política, estarán destinados, irremisiblemente, a la desaparición o, en el mejor de los casos, a la conversión de un minúsculo partido, inferior a la agrupación política que hoy recibe, todavía, entre el 8 y el 12% de las preferencias electorales, dependiendo de la elección y la zona en la que se levanten las encuestas, o se realizan elecciones.

Por los mensajes transmitidos, exhibidos, compartidos, por Alejandro Moreno, se advierte que la dirigencia nacional priista no entendió el mensaje enviado por la ciudadanía en las elecciones del 2018 (y las previas) en las que sufrió la peor de sus derrotas y que puede significar el tránsito de convertirse en un partido estrictamente “testimonial”, esto es en un partido sin posibilidad alguna, por lo menos en el corto plazo, de acceder al triunfo en las más importantes posiciones del poder público en el país.

O, acaso, como en el caso de Chihuahua, convertirse en el proveedor de algunos dirigentes y funcionarios a los gobiernos emanados del PAN, perdiendo, con ello, la posibilidad de intentar, por lo menos, convertirse en el partido político que nunca fueron, pues siempre -o casi siempre- fue la secretaría de asuntos electorales del gobernante en turno.

Y es que ante la más agresiva de las ofensivas políticas desplegadas en contra de los partidos del viejo régimen, montada por el presidente López Obrador a diario, centrada en demostrar que ese viejo estado de cosas se sustentaba en la corrupción -de lo cual dieron no pocos ejemplos, particularmente en el período 2010-2018- el dirigente nacional priista era denunciado nacionalmente como un gobernante con un amasijo de propiedades superiores a los 20 millones de pesos. 

¿Eso es el “verdadero” partido de México?

Y esa frase sintetiza el viejo esquema del priismo. El de asumirse como el único partido (algo en lo cual se asemejan con quien ocupa, ahora, Palacio Nacional) existente, o válido, en México, sin darse cuenta que el pluralismo y la modernidad se enseñoreó en el país, fenómenos a los cuales le dieron la espalda.

Por ello, y otras “pequeñas” cosas, López Obrador fue capaz de casi duplicar el voto histórico de la izquierda electoral mexicana en 2018.

Pero no terminan ahí los momentos de prueba para ese partido y su dirigencia. 

Morena y el presidente han resuelto presionar hasta el último momento en el intento de reformar las reglas electorales mediante una modificación constitucional.

¿Se mantendrán el PRI y Alito en la postura de oponerse a tal intento regresivo en materia electoral?

*Columna de Plata-APCJ: 2008, 2015, 2017 y 2022

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Fuente de citas hemerográficas: Información Procesada (INPRO)

https://www.inpro.com.mx

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