jueves, 6 de octubre de 2022

Un día muy malo para el país



El Diario, 6 de octubre de 2022

 Luis Javier Valero Flores 

La mayoría de los senadores tomaron una decisión, el martes, que conforme pase el tiempo habremos de lamentar seriamente. 

Ese día, en el pleno de esa cámara tomaron la decisión de prorrogar hasta el 2028 la participación de las fuerzas armadas en la seguridad pública, con lo que, de facto, decidieron que esa materia dejaría de ser responsabilidad de la autoridad civil.

Lo hicieron en el peor de los momentos, cuando las fuerzas armadas son el centro del escándalo desatado por las filtraciones de #guacamaya, que las han mostrado como ajenas al respeto a la legalidad; ambiciosas, con planes que le dan a conocer al presidente hasta que van muy avanzados y cuando las fuerzas policiacas civiles cursan, quizá, la peor crisis en la que prácticamente todos los grupos criminales existentes hasta este momento se han empoderado al grado de marcar la agenda de las fuerzas de la seguridad pública de todo el país, de todos los órdenes de gobierno, ante el pasmo -por decirlo suavemente- del presidente de la república.

Hay que decirlo claramente, en contraposición al discurso oficial, y al mayoritario prevaleciente, el fracaso en el combate a la inseguridad no es de, solamente, las fuerzas policiacas civiles, sino, también, de las agrupaciones armadas, las que han participado directamente en este tema, con altibajos, en ese combate.

Chihuahua es, dolorosamente, ejemplo de ello, ya sea en la sierra, o en el centro de la entidad, o en el norte fronterizo, los asesinatos siguen acumulándose, independientemente del color partidario del gobernante en turno, o del color de los uniformes de las fuerzas del orden.

Todas, absolutamente todas han fracasado.

Sirvan como ejemplo los hechos de que, cuando desaparecieron los estudiantes de la normal de Ayotzinapa, en septiembre del 2014, todos los jefes policiacos municipales de la región eran militares, en activos y licenciados, o en retiro, pero que, dadas las regulaciones de la Sedena, todos deberían obtener, para ejercer esos cargos civiles, la autorización del General Secretario de la Defensa Nacional.

Más. En algún momento, de la primera década de este siglo, la mayoría de los secretarios de seguridad pública estatales eran militares en las mismas condiciones que las relatadas en el ámbito municipal de aquella región de Guerrero, hoy asolada nuevamente por una masacre en San Miguel Totoloapan, en la que se habla, de acuerdo con los primeros reportes, de cerca de 20 víctimas fatales.

¿Era necesaria la reforma propuesta por López Obrador?

De ninguna manera, lo que debió hacer la actual administración, era haber efectuado lo que sus antecesores no fueron capaces de hacer, crear los organismos policiacos necesarios para, no solamente combatir a la delincuencia, sino prevenirla y que, cuando fuera necesario, como está regulado hasta este momento, con la legislación previa a la del 2019 y a la posterior, que se hiciera uso de las fuerzas armadas para coadyuvar con las policías civiles.

Hoy parece estar lejano tal escenario, cuando la militarización -y no solo de la seguridad pública- es un hecho prácticamente irreversible, bajo este gobierno, y que muy difícilmente será revertirlo, cualquiera que fuera la fuerza ganadora en la presidencia de la república y del Congreso en las elecciones del 2024.

López ha cometido un gravísimo error, el de empoderar a las fuerzas armadas a un grado que ningún presidente de la era moderna había osado, rompiendo, así, una de las reglas de oro de la democracia contemporánea: El poder político debe estar en manos de los civiles, no de los militares.

El presidente ha hecho exactamente lo contrario, ahora hasta una empresa turística les ha autorizado, algo que #guacamaya ha develado y que al paso de los días sumirá al mandatario en cada vez una más profunda crisis de credibilidad.

Resultó que el presidente que clamó a los 4 vientos que no mentía, es desmentido casi a diario por las revelaciones de las hacktivistas.

Nos llevaremos como recuerdo suyo las estridentes y molestas carcajadas de cuando se mofaba de los medios que daban cuenta de las masacres perpetradas en su gobierno.

¿Se reirá igual en la intimidad?

Ojalá que no.

*Columna de Plata-APCJ: 2008, 2015, 2017 y 2022

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Fuente de citas hemerográficas: Información Procesada (INPRO): https://www.inpro.com.mx

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