jueves, 19 de septiembre de 2019

¿La incapacidad de Morena o el autoritarismo de Corral?

Editorial. Aserto 177-agosto 2019
El zipizape de los diputados locales, a causa de la disputa por la presidencia de la mesa Directiva del Congreso del Estado, protagonizada esencialmente por los legisladores del PAN (primera minoría) y los de Morena (segunda minoría) nos reveló la profundidad de la degradación de la clase política, incapaz, ya no solamente de respetar la ley, sino los acuerdos, además de mostrar a plenitud el talante antidemocrático del grupo gobernante en Chihuahua, a cuya cabeza se encuentra el mandatario Javier Corral.
El problema para el morenaje estriba en que, precisamente de lo que se quejan en Chihuahua, de manera similar se duelen los diputados federales del PAN. Allá, en la Cámara de Diputados, los de Morena les hicieron cosa semejante a la que los de aquí, del PAN, infligieron a los compañeros del presidente: 
No respetaron la ley que establecía que en el ámbito local un diputado de Morena asumiera la presidencia de la mesa directiva. Igualmente, allá, los de Morena no aceptaron -inicialmente- acatar la ley, mediante la cual, el PAN, primera minoría, asumiera a su vez la presidencia del órgano legislativo federal.
Semejantes aparentemente en todo, hay, sin embargo, una pequeña diferencia. Allá, los del Morenaje no tenían necesidad de “comprar” voto alguno, merced a su mayoría relativa (50% más uno); pero acá, en Chihuahua, el PAN debió recurrir a mil y una maniobras -algunas de ellas, suponemos, extremadamente vergonzosas, bueno para el común de la gente- a fin de “convencer” a algunos diputados de otros partidos para que votaran junto a ellos y, finalmente, entregarle la presidencia de la mesa directiva al diputado del PANAL, René Frías, cuyos servicios son de un valor inestimable al gobierno del nuevo amanecer, y no solamente en el aspecto legislativo pues la actuación de este legislador, en la faceta de dirigente de la Sección 42 del SNTE, develada por un grupo de jubilados a los que se les cobra, ilegalmente, las cuotas sindicales, desde hace décadas, ha destapado lo que son una cantidad inmensa de recursos económicos literalmente robados a los más de 10 mil jubilados del estado.
De ahí que no había muchos motivos para sorprenderse del ascenso de Frías a la presidencia del Congreso, puesto al que el gobernador Corral no estaba dispuesto a dejar en manos del morenaje, y no solamente, como acusan los diputados de este partido, por afanes revanchistas, porque, se dice, no aprobaron la reestructuración de la deuda y porque, se especula, interpusieron un recurso de inconstitucionalidad, en conjunto con el PRI, cosa que deberá desestimarse pues el líder priista, Omar Bazán, asumió como Vicepresidente de la mesa encabezada por Frías.
A él no le cobraron el rechazo a la reestructuración de la deuda de Corral.
Pero la capacidad “seductora” del corralismo abarcó hasta la diputada de Morena, Ana Estrada, quien no acompañó a los diputados de su partido en la postura, a cambio la integraron como Pro-secretaria de la mesa directiva, en lo que fue la más reveladora del claro alejamiento del partido que la llevó hasta ese lugar.
Así, independientemente de la capacidad de los legisladores de Morena, sin duda, que en estos episodios legislativos lo que prevaleció el afán del gobernador por controlar todos los resortes del poder político en Chihuahua.

Igualito…

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