jueves, 6 de junio de 2019

¿Agrupaciones policiacas, escenario de disputa criminal?


El Diario, 6 de junio de 2019
Luis Javier Valero Flores
El asesinato de Óscar García Díaz, (quien se desempeñaba como agente del Ministerio Público coordinador de Proyectos Especiales de la Fiscalía General del Estado, y que tenía como principal antecedente haber sido subdelegado de Procedimientos Penales de la Procuraduría General de la República en Chihuahua) realizado el lunes pasado en la capital del estado, no es un homicidio más.
En la práctica fue ejecutado el jefe policiaco que ocupaba, seguramente, en las corporaciones estatales, el tercer lugar en importancia, y el cuarto de todas las agrupaciones policiacas en la entidad, si incluimos en esta clasificación al delegado de la Fiscalía General de la República.
Más notoriedad adquiere el hecho si se enfatiza en que Oscar García Díaz ocupó, así fuera por breves momentos, la titularidad de la PGR, a la salida de César Augusto Peniche de esa oficina, para ocupar la de la Fiscalía del Estado.
Anotados así los hechos, y ante las declaraciones del Fiscal Peniche -consistentes en la existencia de “enemigos” al interior de la dependencia- no puede explicarse racionalmente el hecho de que García Díaz fuera acribillado sin que personal alguno de custodia lo acompañara al momento del atentado.
¿Porqué estaba solo jefe policiaco tan importante?
Podrán argüirse cientos de cosas, el hecho real es que, según lo han declarado sus jefes, se encontraba dedicado a investigaciones “especiales”, en un área alejada del resto de los integrantes de la dependencia, a fin de evitar las filtraciones de información ya que su trabajo era indagar sobre algunos de los asuntos criminales más riesgosos sobre los cuales debería guardarse el mayor hermetismo posible, pero fue acribillado en una zona céntrica de la ciudad 
Bueno, la infiltración, o la existencia de “halcones” (los informantes) al interior de las agrupaciones policiacas, podría explicarse, en una primera hipótesis, si las dependencias fueran monolíticas y no estuvieran, como se presume, absolutamente infiltradas por los grupos criminales enfrentados entre sí, en lo que es una reedición de la pasada oleada violenta del 2008-2012, pero que ahora pareciera tiene un nuevo ingrediente: El de que la confrontación tiene como escenario, también, el interior de las agrupaciones policiacas.
Han caído alrededor de 66 elementos policiacos en lo que va del gobierno de Javier Corral, incluso de manera más grave que en los años anteriores, las ejecuciones han tenido como objetivos centrales a los elementos policiacos, con graves señalamientos, de los mismos grupos criminales, a varios de los jefes policiacos.
Los hechos reveladores de la raigambre de la corrupción al interior de las agrupaciones son variados y numerosos, baste señalar el último de ellos que una persona fue baleada por un agente ministerial en Parral; el herido fue hospitalizado, horas después, un comando lo secuestró, horas después su cadáver fue encontrado.
Baste señalar que al mismo García Díaz, “recientemente se le abrió una  investigación por extorsión, dieron a conocer investigadores de la Fiscalía General de forma extraoficial… Hay al menos dos víctimas que lo denunciaron directamente, entre ellos un empresario peruano que fue detenido recientemente en las instalaciones del Complejo Estatal de Seguridad, a quien habría solicitado dinero para no proseguir una investigación”. (Nota del Staff, El Diario de Chihuahua, 4 de Junio 2019).
No tiene atenuantes, entre la corrupción y la ineficiencia, el estado ha sido el escenario para el homicidio de más de 5 mil 700 personas en la actual administración, ahora la víctima fue uno de los jefes policiacos más importantes en la entidad.
Shhhh, no levanten la voz, no hagan ruido.

asertodechihuahua@yahoo.com.mx; Blog: luisjaviervalero.blogspot.com; Twitter: /LJValeroF

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