jueves, 15 de julio de 2010

La viga en el ojo propio

El Diario, 13 de julio de 2010
Luis Javier Valero Flores
Las declaraciones del diputado Miguel Jurado Contreras, subcoordinador del Grupo Parlamentario del PAN, en el sentido de solicitar la comparecencia del Presidente Consejero del Instituto Estatal Electoral (IEE), Fernando Herrera, para que “rinda cuentas sobre la manera en que ejerció los recursos otorgados para este año, principalmente en lo relativo a la promoción del voto” (Nota de Silvia Macías, El Diario, 12/VII/10), ilustran fehacientemente el ánimo y posturas de una buena parte de la clase política.
Apenas dos días atrás, el mismo legislador había expresado una justa autocrítica, al expresar que los partidos le habían fallado a la sociedad.
Nada de malo tendría que se presentara Herrera ante el Poder Legislativo, sería, además de novedoso, enriquecedor escuchar las opiniones de quien dirigió el proceso electoral. Pero ese no es el meollo del asunto abordado por el diputado Jurado.
Para empezar, pide cuentas a quien le tocaba hacer la menor de las tareas en cuanto a la promoción del voto pues éste es un año electoral, es decir, le correspondía a los partidos y sus candidatos realizarlo, ésta, al contrario de la postura de muchos actores políticos, no le corresponde, exclusiva ni mayoritariamente al IEE, esa es una responsabilidad, fundamentalmente, de los partidos y los gobernantes, y más en un año electoral.
Y quien propone una revisión de tal asunto ocupó elevados cargos en la precampaña de su partido, y en numerosas campañas previas ¡Válgame!
No deben escabullirle a sus responsabilidades. A la grave situación nacional en materia económica y de seguridad pública, deberemos agregar la profunda crisis del sistema de partidos vigente en el país.
Que los partidos, los políticos y los legisladores se encuentren en los últimos lugares de credibilidad ciudadana es la mejor explicación del elevado abstencionismo prevaleciente en muchas regiones del país, y especialmente en Chihuahua.
A tal descrédito ha contribuido como ningún otro el partido del diputado declarante. En la mismísima noche del triunfo de Vicente Fox, reunidos alrededor del Angel de la Independencia, miles le exigieron al virtual triunfador de esa noche: “¡No nos falles!”.
Asentar tales argumentos tiene justificación. En el año 2000 se derrotó no solo al PRI, sino a un viejo régimen, devenido en autoritario y carcomido severamente por la corrupción y la desconfianza ciudadana.
Las elecciones de aquel año fueron una especie de referéndum acerca de la permanencia del PRI en el gobierno, la mayoría de los votantes decidieron que no y con ello abrieron un enorme paréntesis de esperanza esperando que las frases foxistas se convirtieran en realidad. No más tepocatas, alimañas ni víboras prietas.
Diez años después, ese partido, que concitó la esperanza de muchos millones de mexicanos, es portador y emblema de la mayoría de los defectos que le achacamos durante años al PRI. Lo logró en muy pocos años, su desgaste es severo, los resultados alcanzados en todas las elecciones posteriores a la presidencial del 2006 lo demuestran.
No hay mejor promotor de la participación electoral que los buenos gobiernos, la congruencia entre el decir y el hacer. En esa fórmula mágica, los políticos mexicanos, especialmente los que fueron integrantes de las fuerzas de oposición hasta antes del 2000, tienen una mayor responsabilidad, la tienen porque nos llamaron a derrotar a un régimen autoritario y a construir uno democrático.
Ahora el PRI está en un virtual regreso. Y lo está con todas sus variantes, las buenas, las regulares y las malas. Chihuahua se ubica entre las primeras, aunque no integralmente, pero lo sucedido en otras entidades da escalofríos. Hoy mismo la mayoría de los priistas sueñan en el regreso a Los Pinos de la mano del gobernante mexiquense, Enrique Peña Nieto, portador y protagonista de los peores defectos del priismo gobernante, no de ahora, de siempre, é impuesto, por la vía de los hechos, por el principal acervo de los poderes fácticos en México, el principal negocio televisivo del país.
Si hubiese necesidad de ejemplos, ahí está lo hecho por ese gobierno en Atenco, ahora señalado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación como de gravísimas violaciones al orden constitucional ¡Nomás!
Y todavía andan buscando (los políticos) a ver quién es el responsable del abstencionismo.
Correo electrónico: Aserto1@netscape.net
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