domingo, 25 de julio de 2010

Intromisiones y voto azul rural

El Diario, 25 de julio de 2010
Luis Javier Valero Flores
Aparentemente sin conexión, pero en el fondo mostrándose como dos evidencias del modo con el que Felipe Calderón y su grupo están encarando los procesos electorales, los resultados en Chihuahua y la postura del gobierno federal, de rechazar el acuerdo del IFE, mediante el cual lo encontraron responsable de haber violado la ley electoral, son caras de la misma moneda.
El órgano electoral llegó a la conclusión que Calderón había violado la ley al transmitir, en cadena nacional, un mensaje en el cual el tema era el de la seguridad pública, por pura casualidad el asunto más criticado por la sociedad, y al cual la mayoría de las encuestas señalaban como el tema que más votos le costaría al partido gobernante en las elecciones estatales del 4 de julio, tal y como ya le había sucedido en las federales del año anterior.
Por todos los medios, la administración federal ha rechazado la resolución del IFE, porque “censura el discurso del Presidente de la República” y porque, dijo el subsecretario de Gobernación, Roberto Gil, el organismo electoral “carece de atribuciones para acusar o sancionarlo (a Calderón) por la difusión de un discurso dirigido a los ciudadanos” y se soslaya el derecho a la información de los ciudadanos.
El miércoles, el IFE llegó a la conclusión antes señalada, pero que estaba impedido de sancionar a Calderón por las “restricciones legales en torno del Presidente”.
El nuevo secretario de Gobernación, Francisco Blake Mora, para demostrarnos su lealtad a Calderón, afirmó que la “seguridad nacional no está sujeta a fechas electorales”, pues es un tema “por encima de cualquier interés particular o de partido” y defendió vehementemente los mensajes a la nación como el “necesario” puente de comunicación del Ejecutivo federal con los mexicanos.
Pero tal vehemencia y tal interés de Calderón por imbuirnos tranquilidad, a través de un mensaje en cadena nacional, no apareció en la terrible semana anterior, cuando estalló un coche-bomba en Juárez, masacraron a 18 personas en Torreón, cientos de personas ligadas a los cárteles colapsaron la ciudad de Monterrey, se localizó una narcofosa en la urbe regiomontana y decenas de mexicanos caían abatidos en todo el país, víctimas de la guerra de los cárteles del narcotráfico.
¿Por qué razón Calderón no salió a darnos un mensaje de aliento, con motivo del bombazo y del hallazgo de decenas de kilos del explosivo usado en el atentado juarense, hechos que constituyen un parteaguas en la crisis de seguridad pública?
¡Ah, po’s es que ya no hay elecciones!
Pueden argumentar mil y un cosas, lo cierto es que de la activa participación de Calderón en los procesos electorales hay numerosas evidencias, una de ellas, y constituye una sorpresa, es la elevada preferencia electoral por el PAN en los municipios más pobres de Chihuahua, que rascándole podrá encontrarse la estrecha relación de tal crecimiento electoral con la aplicación de los distintos programas de la Secretaría de Desarrollo Social.
Tal podría ser la principal explicación al sorpresivo crecimiento del PAN en las zonas rurales, algo que sólo esporádicamente había tenido, y de manera muy puntual.
Y es que los resultados en los municipios (hasta el último conteo del PREP) sí son sorpresivos, mientras que el candidato priísta a la gubernatura, César Duarte, ganó en 59 municipios (pero no pierde en ninguno de los más poblados de la entidad) y los candidatos a diputados, tanto del PRI, como de la alianza con Panal y Verde, triunfaron en 20 de los 22 distritos, el PAN obtuvo triunfos en 23 alcaldías, el PRD en 2 y la alianza PRD-PAN en Carichí, los candidatos priístas a las alcaldías sólo ganaron en 41 municipios.
Sin embargo, el PAN no sostiene su hegemonía en Chihuahua, Guerrero, Madera, Meoqui, Parral y Saucillo.
Tres años atrás, el PRI ganaba 50 municipios, el PRD uno y el PAN 16.
Así, Carlos Borruel ganó la elección en los municipios de Allende, Bocoyna, Coyame, Santa Isabel, Julimes, Ocampo, Satevó y Uruachi. Llama la atención que salvo en Allende, el panista gana en los municipios donde sus compañeros a las alcaldías también lo hicieron.
Pero además obtuvo elevadas votaciones, casi iguales a las de Duarte en Balleza, Batopilas, Coronado, La Cruz, Chínipas, Gómez Farías, Guachochi, Guadalupe DB, Matachí, Moris, Nonoava, San Francisco de Borja y Valle de Zaragoza. Varias de ellas con triunfos a las alcaldías, es decir, la votación por el PAN fue consistente y, característica generalizada, en municipios con muy elevada marginalidad.
Tal tendencia se ratifica en los resultados de la elección a las alcaldías pues el PAN ganó en Angel Trías (recupera), Ascensión (refrenda), Balleza, Bocoyna, Buenaventura (recupera), Camargo (refrenda), Coronado, Coyame, Delicias, Guachochi, Jiménez, Julimes (recupera), Manuel Benavides, Nuevo Casas Grandes (por tercera ocasión consecutiva), Ocampo, Ojinaga (refrenda), Praxedis G. Guerrero, San Francisco de Borja, Santa Bárbara (recupera), Satevó (refrenda), Uruachi (refrenda) y Valle de Zaragoza.
Mientras en 2007 el PAN ganó en Chihuahua, Nuevo Casas Grandes, Madera, Ojinaga, Camargo, Saucillo, Jiménez y Parral y el PRI en Juárez, Cuauhtémoc y Delicias, en cambio, en 2010, el PAN aumenta el número de alcaldías ganadas, al pasar de 16 a 23. Así, el PRI pierde las alcaldías (que estaban en su poder) de Angel Trías, Balleza, Bocoyna, Buenaventura, Casas Grandes, Coronado, Delicias, Carichí, Guachochi, Ignacio Zaragoza, Julimes, Ocampo y Valle de Zaragoza.
Tal elevación del voto, en zonas tradicionalmente priístas ¿Será porque el PRI siempre había tenido el control de los programas gubernamentales de apoyo al campo y ahora lo tiene el PAN, claro, todavía sin la estructura paragubernamental que había construido el tricolor, pero que parece haber alcanzado elevados niveles de inserción social y con jugosos dividendos electorales?
Lo anterior, junto con las inesperadas visitas –a Juárez– de cuatro secretarios de Estado, muy pocos días antes de las elecciones, incluido el Secretario de Educación, y la resolución del IFE, acerca del discurso presidencial, parecería confirmar que en Los Pinos sólo se piensa en términos de la sucesión presidencial.
La revisión del discurso del 15 de junio confirma el aserto anterior. Nada nuevo existía en ese momento (bueno, lo de siempre en el México de hoy, decenas de ejecuciones en prácticamente todo el territorio nacional) que justificara la cadena nacional para transmitir el discurso de Calderón, el cual tampoco aportaba cosas nuevas a sus discursos de los últimos tres años en materia de seguridad pública.
Entre otras cosas, dijo que “desde el primer día de mi Gobierno, hemos combatido con fuerza y con determinación al crimen organizado”. Luego, en algunas deshiladas frases trató de explicarnos su teoría acerca del crecimiento de los cárteles de la droga, eran de bajo perfil antes (¿se acordará de incidentes, no tan de bajo perfil como el bombazo en un hotel de lujo en Guadalajara, de los sembradíos de Búfalo, de las matanzas en Vallarta, en Cancún, de los levantones y las narcofosas en Juárez, etc.?)
Ubicó al año 2004 como el del recrudecimiento de los enfrentamientos violentos porque en “Estados Unidos se levantó la prohibición de vender armas de asalto”.
A partir de entonces, afirmó, los criminales ampliaron el universo de delitos y el control de zonas del país y entonces, como el Chapulín Colorado, decidió que el gobierno federal “tenía que intervenir, porque las organizaciones criminales se empezaron a meter directamente con la gente, con ciudadanos como tú”.
Pero nada dice, sólo para dar una cifra, que hasta antes de la llegada de las fuerzas federales a Juárez, la proyección de ejecuciones sería de alrededor de mil en todo el año 2008, pero que la llegada de las fuerzas salvadoras las catapultó, sólo en el antiguo Paso del Norte, a poco más de mil 600.
La parte final de ese mensaje era un recuento de las cosas efectuadas hasta entonces por su gobierno, e insistió en la tesis de Genaro García Luna (“no nos damos cuenta, pero vamos ganando la guerra”, dijo): “Tenemos una estrategia de largo plazo contra la delincuencia y que está en curso. En esta primera etapa, estamos debilitando de manera contundente al crimen organizado. Le hemos propinado golpes importantes a todos los cárteles, sin excepción…”.
Como si fuera remate de mitin electoral, dijo que “La razón de esta lucha eres tú y tu familia”.
Y todavía protesta porque el IFE catalogó este discurso de violatorio del marco legal electoral.

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