martes, 6 de julio de 2010

Apabullante

El Diario, 6 de julio de 2010
Luis Javier Valero
Dos son las principales conclusiones inmediatas a la celebración de los comicios del domingo anterior: el rechazo mayoritario a la gestión de Felipe Calderón en todo el país y el creciente abstencionismo en las entidades con mayores índices de violencia.
No de otra forma podemos leer los resultados de la denominada jornada de “súper domingo”, en la que fue convocado el 39 por ciento del padrón electoral del país a elegir a doce gobernadores. La derrota del PAN, el partido gobernante, es estrepitosa, no la atenúa, ni siquiera, el previsible triunfo de las coaliciones del PAN y PRD en los estados de Sinaloa, Puebla y Oaxaca, y la cerrada lucha en Veracruz, en el que la diferencia entre el candidato panista y el priista es mínima.
De igual modo, sorprendentemente, el candidato de esa alianza en Durango alcanzó una votación sin precedentes en la vecina entidad (44.7 por ciento de José Rosas Aispuro, contra 46.4 de Jorge Herrera).
Mal hace el dirigente nacional del PAN, César Nava, en vanagloriarse de las cifras alcanzadas y de los triunfos obtenidos, en todos los casos se trata de candidatos que apenas ayer eran militantes destacados del PRI, con la excepción de Gabino Cué, virtual gobernador oaxaqueño, que lleva casi una década fuera del tricolor, luego de haberse convertido en alcalde de la capital con los colores del Partido Convergencia hace nueve años.
Los restantes candidatos, Mario López (Malova) de Sinaloa, y Rafael Moreno Valle, hasta hace muy poco eran priístas. Malova aún se reclama miembro de ese partido. Y en el resto del país puras malas noticias para el blanquiazul. Les debe doler seriamente la derrota en Aguascalientes, entidad en la que perdieron la totalidad de las alcaldías y ahora serán una absoluta minoría en el congreso, luego de gobernar durante doce años de manera ininterrumpida.
De lo ocurrido en el resto del país llama poderosamente la atención el triunfo de Malova en Sinaloa, y fundamentalmente en Los Mochis, municipio (Ahome) del cual fue alcalde entre 2001 y 2004. En todas las encuestas de ese último año salía invariablemente adelante. Su partido decidió no postularlo. Seis años después y convertido ya en senador, se repitió el fenómeno, siempre era el preferido en las encuestas. Nuevamente el PRI decidió optar por otro para la candidatura. Ahora es el virtual ganador gracias a que en Mochis obtuvo ¡118 mil votos, contra 28 mil de su oponente! En el municipio que gobernó obtuvo más del 20 por ciento de los votos totales en la entidad.
Y luego se ufana César Nava de sus candidatos. Cosa semejante ocurrió en Puebla.
Metidos de lleno en el mundo de las paradojas, resulta que el único candidato del PAN, con raigambre en su partido, panista pues, Carlos Borruel, también perdió, junto a su partido en una anunciada y dolorosa derrota que la atenúa el hecho de conservar –o alcanzar– el llamado corredor azul, conformado por Delicias, Camargo y Jiménez y alcanzar un número récord de presidencias municipales (21 o 22), a cambio de perder uno de sus bastiones históricos, el distrito 17 de la capital del estado y conservar, quizá como los únicos en todo el estado, los distritos 03 y 04 de Juárez.
Tales resultados conforman la más baja participación electoral en la historia reciente de Chihuahua y encienden los focos de alerta acerca de la legitimación social de quienes accederán al gobierno a partir de octubre próximo. Según las últimas cifras del PREP, la participación electoral rondaba el 36 por ciento (por tanto, el abstencionismo será del 64 por ciento) y se convertirá en la más baja de la jornada nacional electoral del domingo pasado.
Renglón aparte merecen los dispares resultados de la elección en Chihuahua, respecto de los obtenidos por la mayoría de las últimas encuestas, las previas a la elección, salvo en el caso de la capital en la que la diferencia a favor del candidato priísta, Marco Adán Quezada, rondó los veinte puntos, no así en el caso de Juárez en el que la ventaja de Murguía era menor al 14 por ciento pues en ellas se anunciaba una victoria de los priístas por más de veinte puntos de ventaja.
Habremos de esperar para los números finales y, por tanto, las lecturas respectivas, en tanto anótese que entre los municipios más importantes el PAN gobernará Delicias, Camargo, Jiménez, Nuevo Casas Grandes, Ojinaga y Guachochi; y el PRI lo hará en Juárez, Chihuahua, Cuauhtémoc, Parral y Madera.

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