Debate, solo un tema: Seguridad

El Diario, 1 de junio de 2010
Luis Javier Valero Flores
Por distintas razones electorales, pero los dos más fuertes candidatos al gobierno de Chihuahua, el del PRI, César Duarte, y el del PAN, Carlos Borruel, aceptaron la propuesta que inicialmente hiciera el del PRD, Luis A. Orozco, de efectuar dos debates, uno de ellos en Juárez. Hoy se realizará, sin que se supiera hasta el mediodía de ayer, cuantos medios se involucrarían en la difusión directa del mismo, como si tal hecho no tuviera la importancia que implica la celebración de un evento, acaso el más importante de cualquier campaña electoral.
El escenario en el que debatirán los aspirantes no podía ser peor. Juárez es hoy, por desgracia, el escaparate que mejor refleja la incapacidad de toda la clase política, su impreparación para conducir al país en lo general.
Ahora ocupa la mayor de las atenciones la gravísima crisis de seguridad pública de todo México, pero sobre todo la abatida sobre Juárez. Refugio de cientos de miles de compatriotas, arrojados de sus lugares de origen (y no sólo del resto del país, también del Estado Grande) por la crisis económica, arribados a una ciudad que poco recibe del gobierno federal para afrontar problemas que rebasan sus capacidades, sede de una equivocadísima política económica, sustentada básicamente en las empresas “golondrinas”, y por si fuera poco, una de las rutas más importantes, en el mundo, del trasiego de drogas y dinero.
Sintetizado en aquellos rubros el complejo escenario del debate de hoy, debe añadírsele todo lo relacionado con la procuración y aplicación de justicia y en las supuestas o reales omisiones cometidas por la instancia de gobierno en manos del partido de enfrente.
Y ahora, sede de las políticas “sociales” de los gobiernos, razón por la cual ahora sostienen una soterrada lucha el gobierno federal y el estatal, presos de sus pretensiones en no dejarse arrebatar -mediante el uso de despensas, regalos, prebendas de todo tipo, agua, etc.-, el poder, o de alcanzarlo usando los presupuestos a su alcance.
No está por demás decir que en estos renglones -¡Quién lo iba a decir!- lleva notoria delantera el partido que durante la década de los 80’s vendió a los mexicanos que encarnaba el cambio. Escandaloso ejemplo de tal conducta es el programa “Todos somos Juárez”. Que a propósito de su estridente campaña acusando a los priistas de “piratearse” sus propuestas, el nombre de ese programa deriva de la consigna coreada por decenas de miles, en febrero de 1995, en el Angel de la Independencia, que decían: “Todos somos Marcos”, en alusión al comandante guerrillero del EZLN. ¡Vaya coincidencias!
¿Tendrán justificación las acusaciones de Borruel hacia la instancia estatal como la principal causa de la inseguridad vigente? ¿De veras puede un gobierno estatal afrontar, solo, tal situación? ¿Tendrá razón Duarte en acusar solamente al gobierno federal del mismo fenómeno?
¿Tendrán razón en usar tal problema como arma de campaña? ¿Quién les creerá que una vez terminada la misma, el ganador podrá actuar de manera “coordinada” con el resto de los niveles de gobierno, si durante estas semanas se la pasaron descalificando a los de enfrente?
¿Piensan que la ciudadanía cree que lo sufrido hasta ahora es fruto de la acción de un solo nivel de gobierno?
¿Menos aún si lo propuesto por ambos, es más de lo mismo que hasta ahora hemos tenido en materia de seguridad pública, y las propuestas efectuadas parecen más encaminadas solo a obtener votos de quienes están hartos de la inseguridad?
En los países con pena de muerte ¿Ha disminuido la ola homicida? ¿Lo ha hecho con la instauración de la cadena perpetua?
Bueno, pues no hay que ir muy lejos. Aquí en Chihuahua, hace ya años que se elevaron las penas para los feminicidas, el único problema es que no les avisamos de tal reforma a esos criminales y la tasa de asesinatos contra mujeres se fue por las nubes en los dos últimos años.
Y el modelo de coordinación propuesto por Borruel, el de Baja California, tampoco ha ofrecido mejores resultados ¿Por qué? A po’s es que allá no se disputan los cárteles, el de Sinaloa y el Juárez, la plaza y la ruta, pero pregúntenles a los habitantes de Zacatecas, Durango, Jalisco, Nuevo León, Nayarit y Guerrero, solo por mencionar a los estados de las matanzas del domingo, si allá no existen, también, operaciones “coordinadas” como las de acá.
¿Será ese el debate de hoy?
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