CISEN: ¿Regreso a los viejos tiempos?

El Diario, 22 de junio de 2010
Luis Javier Valero
La información publicada ayer en su columna por el periodista Raymundo Riva Palacio (El Diario, 21/VI/10), en la que asume como una realidad que “el órgano de inteligencia civil dedicado a la seguridad interna mexicana, regresó a los viejos tiempos del espionaje político” al dar cuenta, según documento en el que se apoya, del espionaje que ese organismo está efectuando, entre otros, sobre el gobernador de Chihuahua, José Reyes Baeza, el secretario de Finanzas, Cristian Rodallegas, los candidatos del PRI al gobierno estatal y a la alcaldía juarense, César Duarte y Héctor Murguía, respectivamente, y a la encargada de finanzas de la campaña del candidato a la alcaldía capitalina, Marco Adán Quezada, vino a confirmar lo que habían venido señalando diversos dirigentes y funcionarios priístas.
Es de la mayor gravedad la denuncia periodística, a la que se suma la difusión –entre los legisladores federales priístas– de un documento del PRI, en el que se denuncia la existencia de una carta de Miguel Angel Yunes, el candidato panista al gobierno de Veracruz, dirigida a Felipe Calderón en el que le solicita abiertamente mayores apoyos económicos y humanos para sus actividades proselitistas. Va más allá, de acuerdo con tal información, pues le solicita más agentes federales “para que sea posible el desarrollo de comicios dignos y limpios en el estado”.
La participación del CISEN en las campañas electorales deberá ser desmentida de inmediato –de no ser cierta– por los panistas, de lo contrario llevarán al país al abismo de las confrontaciones políticas, lo único que nos falta, pues conforme se acerque el 2012 la tensión crecerá.
Y si es cierta, también de inmediato, deberán ser cesados todos los funcionarios de tal organismo y sus jefes, Fernando Gómez Mont por delante, pues su indebida e ilegal participación en actividades de tal índole pone en riesgo la muy endeble democracia mexicana y lleva al país a confrontaciones por demás innecesarias.
Pero esas son las exhortaciones conducentes, las que se les deben realizar a quienes conducen tan de mala manera al país. Su deuda para con los compromisos democráticos crece geométricamente, no sólo llegaron diciendo que debería de extirparse a las alimañas, tepocatas, víboras negras y demás, gritaba a voz en cuello Vicente Fox, sino que se negaban, siquiera, a usar los servicios del Estado Mayor Presidencial para su protección y se quejaron, durante décadas y en menor intensidad que las fuerzas de izquierda, de la existencia de organismos gubernamentales que sometían a la población a prácticas de corte fascista al querer violar la privacidad de los ciudadanos con la intención de acotar a las fuerzas opositoras del régimen.
Ahora hacen exactamente lo mismo que sus ancestros en el gobierno, sólo que con mayor torpeza y mayor cinismo. Habrá más de un lector que dude de tales asertos, pero ¿Será posible que solamente los gobernantes priístas sean los protagonistas de las grabaciones filtradas a los medios de comunicación? ¿De veras se cree que solamente los gobernantes emanados del PRI sean los que cometen tales excesos? ¿No es un maniqueísmo creer tal cosa, es decir, que en el PAN están solo los buenos y del PRI –o del PRD en 2006– están todos los malos?
Para desgracia nuestra, la crisis de la clase política nos llegó en el peor momento –quizá también lo que vivimos, en materia de seguridad pública y situación económica sea resultado de esa crisis–, porque no se trata solamente de que se efectúen grabaciones de las conversaciones de actores políticos, sino de los varios proyectos presentados por el calderonismo que tienen un inquietante tufo autoritario: La propuesta de contar con una sola policía (propuesta retomada por el senador Gustavo Madero); el intento de contar con una credencial con datos más allá de los contenidos en cualquier identificación de los países desarrollados; la propuesta de reforma penal de Calderón; el uso del ejército en tareas policíacas y la defensa a ultranza efectuada por Felipe Calderón.
Son muchas las evidencias, el peligro crece. El panismo democrático debiera iniciar el rescate de las tareas que se habían propuesto de llegar al gobierno, el país lo necesita.

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