La guerra de Culiacán ¿Ya nos llegó?

El Diario, 12 de diciembre de 2024

Luis Javier Valero Flores 

Luego de más de 500 muertos, 19 vehículos diariamente robados a mano armada y más de 600 personas desaparecidas, a lo largo de tres meses de enfrentamientos entre las bandas del crimen organizado en Culiacán, la de los ‘Mayitos’ y la de los ‘Chapitos’, columnas centrales del Cártel de Sinaloa, no puede dejarse de efectuar el ejercicio, especulativo si se quiere, de que esa guerra sostenida en tierras sinaloenses, tenga sus réplicas en distintas regiones del país, entre ellas Chihuahua.

Y quizá la más cercana, la constituida por el denominado ‘Triángulo dorado’, cuyo eje central lo es Guadalupe y Calvo, municipio en el cual se han presentado, -de manera regular así ocurre-, pero en las últimas semanas, con un recrudecimiento de los hechos violentos, ante los cuales, como en Sinaloa, las fuerzas armadas y las policíacas se han visto claramente rebasadas.

Los episodios se repiten, especialmente en las rancherías, pero que ha llegado a la cabecera municipal cuando, en la semana anterior, quemaron y robaron un negocio, «así como del levantón y posterior homicidio de dos hombres.. el pasado lunes. (Nota de Francisco Córdova, El Diario, 11/12/24).

Además, los grupos criminales han intentado -y lo logran- crear el pánico, ahora a través de la difusión de la imposición de un ‘toque de queda’, por medio de un mensaje en redes sociales: 

«Atención: Por este medio de comunicación se le avisa a la comunidad que a partir de las 6:00 PM no se permite estar afuera de sus hogares. Por ejemplo en la calle, etc. Por su atención gracias». (Nota de la redaccion, El Diario/Chihuahua, 10/12/24).

Aún ahora, a juzgar por la respuesta oficial, en la sierra de Chihuahua el conflicto se da entre los grupos que han protagonizado esta guerra en los últimos años, « De acuerdo a la versión de autoridades la pugna entre los grupos delictivos "La Línea" y El Cartel de Sinaloa ha dejado decenas de muertos y diversos enfrentamientos que han incluso siendo grabados en videos». (Ibídem).

Como sea, pareciera ser, a juzgar por las cifras hasta el día de hoy sin un incremento total en el número de homicidios, lo que es, de por sí, preocupante, pues ese ritmo de asesinatos, aunque en la mayor parte de los casos las víctimas directas sean, o solo aparentemente, personas involucradas de alguna manera con el crimen organizado; de todos modos y de distintas maneras, ese nivel de violencia afecta al resto de la población, sobre todo, más a las más pequeñas, poblacionalmente hablando.

No son, por desgracia, los únicos hechos que pudiera especularse se derivan del enfrentamiento sinaloense. Sabido es que desde tiempos muy lejanos, Chihuahua ha formado parte de las pugnas de los grupos del crimen organizado, en especial de los sinaloenses y que el conflicto puede ser que haya llegado hasta aquí.

Pero, aún sin tomar en cuenta ese conflicto, el número de homicidios en el año,  hasta el 11 de diciembre, nos ha llevado a ocupar el cuarto lugar en el país, con mil 872, cifra muy semejante a la del año anterior, en la que Chihuahua terminó con 2 mil 72 homicidios y que en el presente, si continúa la actual tendencia, terminaremos con alrededor de dos mil víctimas fatales en el año.

Esas cifras nos llevan a una tenebrosa realidad, la de ubicarnos, si se considerara a la entidad como una nación, a la tasa de 50.7 homicidios por cada 100 mil habitantes.

Basta decir que cifras como esas, son las que tenían algunos de los países centroamericanos que cursaron con oleadas extremas de violencia, particularmente El Salvador y Honduras y que son semejantes, en la actualidad, a las que padece Venezuela.

Es obvio asentar que ninguno de esos países cuenta con la desventaja, vista exclusivamente al analizar este problema, de formar parte de la frontera con los Estados Unidos, lo que ha llevado a Chihuahua a tener un lugar preponderante  en el tráfico internacional de drogas.

Por desgracia, ante los hechos aquí referidos la respuesta ha sido la misma (quizá haya que efectuarlo de esa manera) pero ante la cual, es evidente, se deben hacer más cosas.

Columna de Plata de la Asociación de Periodistas de Cd. Juárez (APCJ): 2008, 2015, 2017, 2022 y 2023

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