Casta dorada
El Diario, 31 de julio de 2012 Luis Javier Valero Flores Terminaba el gobierno de Francisco Barrio en Chihuahua y el escándalo era mayúsculo. Además de haber sorprendido a los chihuahuenses con la “nómina confidencial”, el panista decidió otorgarle a sus compañeros de gabinete, sólo a los del primer nivel, un pago extra, por término de gestión, que, sumados el de todos ellos, hizo un total superior a los 7 millones de pesos. Los blanquiazules se fueron del gobierno local cargando con el descrédito de haber despedazado una de las características que más habían presumido antes de llegar a gobernar: la de la honestidad a toda prueba. En el camino habían dejado atrás otro de sus presuntos capitales, el de ser buenos administradores. Ni una ni otra habían enseñado en el desempeño gubernamental. Es decir, dejaban la fama de ser malos administradores y de gustarles mucho el dinero, más si éste era público. Muchos chihuahuenses quisieron creer que esa había sido sólo una experiencia con los...